sábado, 20 de febrero de 2016

Rebelión en la Granja ("Animal Farm"), de George Orwell

Estoy seguro de que esta historieta la leí de pequeño o de adolescente. Así que se trata de una relectura, ahora en el idioma original, lo que siempre da para descubrir nuevos matices o acceder a reflexiones ocultas en la traducción.

La historia es sobradamente conocida: los animales de una granja se rebelan contra los humanos que la poseen. Los cerdos lideran la rebelión, y poco a poco se hacen con el dominio de la granja y son lo que pasan a dirigiral con la inestimable ayuda de una camada de perros. Para conseguir sus fines, los cerdos se valen de las herramientas clásicas totalitarias, como la propaganda o el miedo. Durante la narración nos da tiempo incluso a asistir a una purga entre los cerdos.

Por supuesto, la historia es alegórica, y el propio Orwell se encarga de identificar quién es quién en paralelo con el comunismo de la URSS. No me detendré demasiado en ello.

Mis reflexiones van sobre la traducción del título, que no es muy buena. Realmente, la rebelión ocurre al principio y el resto de la novela nos cuenta cómo se organiza la granja con el nuevo régimen. Por eso, creo que la traducción no es tan descriptiva como el título original. De hecho, parte de las cosas más importantes suceden cuando ya nadie se acuerda de que hubo una rebelión, ni siquiera los cerdos o los dueños de otras granjas.

Por otro lado, el título en inglés es realmente el nombre de la granja: Animal Farm, de la misma forma que las granjas vecinas se llaman Smith Farm o Johnson Farm. Como es bien sabido, las otras granjas en un momento dado empiezan a entrar en negocaciones con la Animal Farm, y se refieren a ella así. Johnson Farm llega a un acuerdo con Animal Farm.

Otra cosa: la famosa frase "Todos somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros" tiene su origen en este libro. De hecho, es con la que se cierra el manifiesto Animal al final del libro (al principio de la rebelión, la frase "Todos los animales somos iguales").

Como frase ingeniosa, siempre ha estado bien. Pero donde cobra todo su sentido es en relación con los sucesos que ponen colofón a la rebelión. Y es que al final todo lo que hacen los cerdos es para parecerse más y más, y para ser aceptados por los humanos. Así que la segunda parte "somos más iguales que otros" hay que entenderla en relación con los humanos, no en abstracto.

Y es que al final todo el montaje de la rebelión es para que los cerdos hagan lo mismo que hacía el granjero. Esto es, toda la revolución comunista a lo que llevaba era a sustituir un rey por otro, según Orwell. Hombre, con algunas vidas perdidas de por medio, aunque estas Orwell las deja convenientemente reducidas en número para que no se pierda la ilusión del comunismo.

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