viernes, 26 de febrero de 2016

Una historia natural de la violación ("A natural history of rape"), de Randy Thornhill y Craig T. Palmer

Tras haber leído La tabla rasa de Pinker, mi sed por temas de psicología, genética y evolución se ha despertado de forma en principio algo tímida. Empiezo por éste, citado por Pinker, que trata de un tópico siempre polémico y que por eso me parecía especialmente provocador.

He de decir que he tenido suerte con la elección: el libro me ha parecido esclarecedor, bien redactado, con buena estructura científica y, sobre todo, apasionante. Como tiene un tópico más estrecho, es más fácil estructurar algunas ideas básicas para entender el evolucionismo de lo que lo hace Pinker, por lo que se consolidan algunos conocimientos que apenas había adquirido.

Algunas de las ideas que me han pareciodo más importantes:

1) El factor explicativo más relevante para explicar el diferente comportamiento de los sexos en las distintas especies animales es el nivel diferencia de "inversión" que tiene que hacer cada uno de ellos para conseguir reproducirse.

En el caso del ser humano, es claro que la mujer tiene que invertir muchos más recursos para reproducirse que el hombre: le tiene que dedicar el cuerpo durante 9 meses como mínimo, mientras que el mínimo que le dedica el hombres es, bueno, ya sabéis.

Eso hace que en estas especies, como en el caso del ser humano, las mujeres constituyan el cuello de botella reproductivo. En consecuencia, los hombres compiten por las mujeres mucho más que éstas lo hacen por nosotros. Todo esto condiciona, por ejemplo, lo que los hombres buscan en las mujeres, y lo que las mujeres en los hombres, y lo explica de una forma muy convincente.

2) El dolor es una adaptación psicológica consecuencia de la evolución. Nos duelen aquellas cosas que dificultan nuestras posibilidades de supervivencia y reproducción. Es lógico que a aquellos individuos a los que no les dolían las heridas, por ejemplo, hayan tendido a extinguirse, y evolutivamente dominen aquellos a los que sí les duelen, pues las heridas ponen en peligro la supervivencia.

3) Con ambas bases, se puede explicar la existencia de violaciones desde un punto de vista científico-evolutivo. En efecto, los hombres que violaban conseguían más reproducciones de las que hubieran conseguido sin hacerlo; de hecho, puede que en ocasiones fuera la única forma que tenían de reproducirse.

A su vez, como a la mujer la violación "exitosa" le suponía un gran coste en términos reproductivos sin haber podido elegir, se han generado mecanismos de dolor específicos para la mujer violada. El temor a este dolor ha hecho que en las sociedades se tienda a condenar la práctica, precisamente porque los familiares de la mujer quieren evitar que este hecho se produzca.

Los autores incorporan en su obra las consecuencias de cada hipótesis y los experimentos que se han desarrollado para testear dichas predicciones. Por ejemplo, que los hombres tienden a violar a mujeres jóvenes, en lugar de infantes o ancianas: esto no sería así si la razón (última) de la violación no fuera buscar la reproducción. Esto es, el violador actúa guiado por sus instintos inmediatos de buscar satisfacción sexual, que se han generado la razón última de incrementar sus posibilidades de reproducción.

4) Frente a la explicación científica de la violación, los autores nos cuenta la explicación "social" de la violación, que básicamente tendría que ver con el deseo de los hombres (en general) de supeditar al sexo femenino mediante la violencia. Esto es, los violadores no lo hacen por tener sexo, sino por una conciencia colectiva de que así demuestran su superioridad a las féminas y las mantienen oprimidas.

Evidentemente, para cualquiera con sentido común y sin necesidad de experimentos, esta teoría no se sostiene. Solo a una mujer se le puede ocurrir que un hombre no viola por deseo sexual (y no lo digo como comentario machista, sino porque las mujeres no parecen tener la misma "pasión" sexual que los hombres, hablando en general).

Termino con un aspecto de este libro que me ha llegado directamente al corazón, y que posiblemente haga que le dedique un artículo en el IJM: las normas relativas a la violación se han construido sobre la base teórica que da la explicación social, y no sobre la explicación científica. Por tanto, su eficacía es previsible, eso si no son contraproducentes.

¿Sabéis lo qué pasa con la economía? Pues eso.

2 comentarios:

Marzo dijo...

Hmmm... ¿Cómo quedan otras normas históricas, anteriores a la actual explicación social?

Ferhergón dijo...

Yo creo que las normas históricas (tanto explícitas como de costumbres), al menos las que conozco y las referidas en el texto, son compatibles con la explicación científica: ie, que la violación tiene motivación sexual para reproducirse. Por ejemplo, la presencia de "carabina" o el burka en países islámicos, o la propia consideración de la violación como delito tanto por la sociedad como, sobre todo, por los hombres de la familia de la violada (lo que sería incompatible con la explicación social).

Pero yo de esto sé muy poco.