viernes, 29 de abril de 2016

La estructura de las revoluciones científicas ("The Structure of Scientific Revolutions"), de Thomas S. Kuhn

Desde que leí el librito "What is this thing called Science", de Chalmers, tenía pendiente hincar el diente a este clásico de la filosofía de la ciencia. Que, por cierto, también es un librito.

Y magnífico, añado desde este momento. El libro se lee en un soplo, está magníficamente escrito y es entretenido y absorbente, lo que puede parecer increíble a la vista de su temática.

En este ensayo, Kuhn propone una teoría sobre cómo avanza la ciencia, que sorprenderá a la mayor parte de la gente, pero que cuando se entiende y reflexiona, es bastante descriptiva del proceso científico. Kuhn parte de la base de que la historia del proceso científico no tiene nada que ver con lo que nos cuentan los textos científicos, pues la función de estos no es explicar cómo evoluciona la ciencia, sino proporcionar un estado del arte en un momento dado. Y ello conlleva necesariamente eliminar, o mejor reformular, los paradigmas pasados que han sido superados por los actuales. Paradigmas que en su momento se consideraron tan científicos por la comunidad de investigadores como se consideran los actuales.

Ya aquí he introducido el concepto de paradigma, que es quizá la principal aportación de Kuhn. Para el autor, un paradigma es mucho más que un conjunto de teorías o una metodología: se refiere a una forma compartida de entender el mundo y buscar explicaciones sobre él mismo. Dentro del ámbito del paradigma, los científicos investigan problemas, propuestos por el paradigma y según las reglas del mismo.

Lo que ocurre es que en estos procesos de investigación, insisto, según las reglas del paradigma, de vez en cuando se detectan anomalías, hechos que no parecen conformarse o poderse explicar de acuerdo a las herramientas que proporciona el paradigma. Dichas anomalías pueden ser aparcadas y resueltas en el futuro conforme al paradigma, o pueden acumularse hasta generar insatisfacción en algunos científicos. Será alguno de estos quien, en algún momento, vaya relajando las exigencias del paradigma para conformar la anomalía, o incluso llegue a proponer uno nuevo en que dichas anomalías se puedan explicar. Es como consecuencia de esta crisis y su solución cómo se producen las revoluciones científicas que dan título al ensayo.

¿Y por qué me dedico a leer tan inesperados tratados? Bueno, la inquietud viene ya de largo, y tiene que ver con la insatisfacción que producía la teoría económica tradicional y que, en un momento dado, me impulsó a abandonarla en favor de la escuela Austriaca para la elaboración de mi tesis doctoral. La cuestión sería qué me llevó a pasar a dicha Escuela, y porque no hay una migración general a la misma, habida cuenta de sus bondades (obvias para mí).

Kuhn da algunas respuestas. Se resumen en que la adopción de uno u otro paradigma no es realmente una cuestión científica, no es algo que se pueda resolver acudiendo a un paradigma superior de validación de paradigmas. Es algo en lo que solo se puede usar la persuasión, la discusión, la propaganda... pero no hay forma de demostrar lógica o científicamente que un paradigma es superior a otro. Es más, si no hay un mínimo de científicos que opten por el nuevo paradigma y empiezan a mostrar al resto de la comunidad científica sus bondades, éste no llegará a desarrollarse, por mucho que alguien lo pueda considerar superior o incluso aunque lo sea. En este sentido, la visión Kuhniana del progreso científico presenta evidentes elementos comunes con el emprendimiento empresarial.

Aparte del desarrollo filosófico, son también apasionantes los recorridos históricos que brevemente aporta sobre algunos desarrollos científicos. Difícil de conocer para los legos, precisamente porque los libros de texto no se detienen en estos paradigmas fallidos. Por ejemplo, gracias a Kuhn he conocido la teoría del "phlogiston" que postulaba que los materiales combustibles lo eran por contar entre sus componentes el elemento así llamado, que se liberaba durante la combustión.

Seguiré escribiendo sobre este tema, pero ya más relacionado con los cambios de paradigma en teoría económica.




jueves, 28 de abril de 2016

Las venas abiertas de America Latina, de Eduardo Galeano

Mi primer contacto con este clásico de la "economía" para Latinoamérica fue a través del Manual del perfecto idiota latinoamericano, que leí en enero (y cuya entrada publiqué oportunamente). El segundo fue por un compañero colombiano, quien me dijo que el libro estaba bien y, más importante, que era corto. Sin olvidar que me comentó que lo obligaban a leer en algunos colegios de la región.

El caso es que me animé con su lectura. Y ha merecido la pena, por una razón: el señor Galeano escribe francamente bien. El libro se lee del tirón, es absorbente y es entretenido, y además te cuenta muchos episodios históricos que son interesantes y en algún caso desconocidos. No se le puede negar al autor una gran cultura, sobre todo de en la parte histórica: son pocos los errores factuales que se le pueden encontrar.

El autor repasa de forma bastante completa la explotación de los recursos naturales de Latinoamérica durante la historia posterior al descubrimiento de América. No se olvida de ningún país, de todos hace un repaso sistemático, ni de ningún recurso. Empezando por el oro y la plata, nos llevará al estaño boliviano y a los diamantes y, cómo no, al petróleo. Y también vuelve su vista a todo tipo de plantaciones, que disecciona prolijamente: cacado, azúcar, banana... todos los productos tópicos del sur de américa pasan por sus páginas.

Lo que es una pena es que, por lo demás, el libro sea bazofia intelectual y demagógica. Galeano no se molesta en razonar, solo acumula hechos históricos narrados con un evidente sesgo ideológico, que empieza en el propio vocabulario utilizado. La prueba de que es un libro demagógico es que aunque te saltes páginas en su lectura (algo que me ha pasado involuntariamente) no tienes la sensación de haberte perdido nada de fondo: lo leas por donde lo leas continúa el exabrupto contra todo lo que no sea lo que le gusta a Galeano (supuestamente el sistema comunista de planificación central y para todo el subcontinente).

La misma cosa le parece mal o bien según quien la haga; las cosas contrarias les parecen mal las dos si las practica alguien que no sea de su agrado. Le parece mal el proteccionismo (menos cuando lo practica Cuba) y le parece mal el libre mercado; le parece mal el minifundio (deja a sus propietarios en la pobreza) y el latifundio (deja a los no propietarios en la pobreza); le parece mal que inviertan en América los países europeos o los EEUU, y también que no inviertan. Todo le parece mal, menos lo que hacen Cuba, Haiti y en algunos momentos Paraguay (el libro se escribió en 1970, por eso no hay loas a los actuales régimenes venezolano, boliviano o nicaragüense, supongo).

Y todo lo hace sin el mínimo razonamiento económico, solo a base de usos sesgados de las palabras. Por ejemplo, hay un ataque constante contra el hecho de que el propietario no resida en las proximidades de la propiedad que le produce la riqueza, como si eso fuera bueno o malo para el pueblo. Pero revela la forma de ataque que practica inmisericordemente Galeano.

Dos reflexiones al hilo de la lectura: la primera es sobre cómo refutar estos libros. Estas líneas le habrán llevado al autor, asumiéndole una mínima cultura, quizá un mes o dos de trabajo. Quien se empeñe en refutar su análisis seriamente tendrá que hacer un trabajo mucho mayor, aunque sea en la búsqueda de datos serios para contradecir lo que cuenta Galeano. Y ello sin olvidar que el trabajo de lógica y razonamiento será muy superior. Este libro de 200 páginas necesitaría varios volúmenes para una refutación mínimamente seria. Así no se puede, y la única solución parece que sería responder a su vez con una buena carga de demagogia (como quizá trataban de hacer los autores del Manual citado al principio, aunque en éste hay bastante más razonamiento). Pero, puestos en esta tesitura, gana el que más capacidad tenga de llegar al público, y aquí a los liberales se nos gana por goleada.

La segunda reflexión se refiere a la confusión sobre las empresas que reside en el imaginario de la mayor parte de las personas (y a la que dediqué hace no mucho un comentario en el IJM). Galeano imputa terribles prácticas comerciales y de otro tipo a numerosas empresas (y también a muchos gobiernos en Latinoamérica). Sin embargo, nunca llega a despejar si dichas empresas actúan con privilegios legales o, por el contrario, en un mercado libre. La sospecha que se cierne a partir de la escueta información que proporciona al respecto, es que en una abrumadura mayoría de ocasiones las empresas que hacían las conductas denunciadas por Galeano lo hacían gracias a la protección y privilegio del respectivo gobierno, no al competir en un mercado libre. El caso más paradigmático parece ser la guerra de Paraguay.

En definitiva, no se pueden negar los males denunciados por Galeano con su magnífica retórica. Y tampoco que ellos sean posiblemente culpa de gobiernos y de las relaciones corporativas gobierno-empresas. Pero parece obvio que la solución no pasaría, como deja entrever Galeano, por otro tipo de gobiernos.

Termino: merece la pena leerlo, pero hay que hacerlo bien pertrechado con unos buenos conocimientos económicos para que disfrutes la lectura sin quedar corrompido por las ideas.

lunes, 25 de abril de 2016

El informe de Brodeck ("Le rapport de Brodeck"), de Philippe Claudel

De Claudel acabo de leer dos libros: "La nieta del señor Linh" y "El mundo sin los niños". Ambos me resultaron bastante atractivos, por lo que no tuve dudas en sumergirme en este libro, que ya alcanza el formato de novela.

"El informe de Brodeck" es uno de esos libros que prometen, prometen... y al final no cumplen. Me recuerda en cierta forma a los primeros de Arturo Pérez-Reverte, que tras unos planteamientos magníficos e intrigantes, resultaban incapaces de resolver bien la trama. Salvando las distancias, por supuesto, pues este libro de Claudel no trata de misterios arcanos y conjuras ocultas con mensajes cifrados.

Brodeck es el habitante de una aldea perdida en las montañas, seguramente limítrofe entre Francia, Alemania o Suiza. En esa aldea ocurre algo trágico ("L'Ereignis", mezcla de alemán y francés) y al protagonista y narrador del libro se le encarga un informe al respecto, informe para posterior remisión a las autoridades. Por supuesto, parte de la trama es llegar a saber en qué consistió tal evento, protagonizada un misterioso personaje forastero al pueblo, al que todos conocen como "L'Anderer" (El otro).

Sin embargo, la redacción del informe lleva a Brodeck a rememorar episodios pasados de su vida, que constituyen la mayor parte de la novela. Estos episodios no se narran en forma de memorias, sino de forma desordenado, dejando al lector el trabajo de ubicarlos en la secuencia vital del protagonista-narrador. Nos enteraremos así de las dos llegadas de Brodeck a la aldea y el contraste entre ambas; de cómo fue enviado a estudiar a la capital (de cuyo nombre no se nos informa), de cómo vivió aqui la Noche de los Cristales Rotos, y de cómo a su vuelta al pueblo fue enviado a un campo de concentración judio.

Brodeck nos cuenta también algunos de los episodios vividos en dicho campo, al que obviamente (pues es el narrador de la historia) sobrevivió. Especialmente curioso es el episodio de la Zeilenessessin, la "Comedora de Almas".

En todo caso, y ese es el problema que para mí tiene la novela, ninguno de estos eventos de las memorias de Brodeck parecen tener relación con el Ereignis que supuestamente esta documentando el protagonista. Uno espera que al final todo encaje en su sitio y la novela quede redonda, pero ello no ocurre, o si lo hace, es de una forma tan sutil que yo no me he dado cuenta.

De todas formas, el libro está bien escrito. Una un vocabulario bastante rico y también formas dialectales en las que incorpora deformaciones del alemán. Y en cuanto a reflexiones o frases interesantes, también tiene unas cuantas, como cuando dice que "ser inocente entre culpables es como ser culpable entre inocentes", refiriéndose a su posición en la aldea tras el Ereignis. O, estando en la ciudad con la tensión creciente que conducirá a la Noche de los Cristales Rotos nos dice que "la ignorancia de la multitud triunfa sobre la sabiduria de la soledad". Finalmente, también son muy interesantes las reflexiones a que da lugar el diálogo del protagonista con el cura de la aldea, que rezuma escepticismo.

viernes, 22 de abril de 2016

Novelas para niños I ("Romane für Kinder I"), de Erich Kästner

Este volumen integra varias de las novelas más conocidas de Kästner. Algunas de ellas ya las he leído y, como esa lectura fue el año pasado, han recibido su correspondiente entrada en este blog. Me refiero a "Als Ich ein kleiner Junge war" y "Emil und die Detektive".

Aquí hablaré de las novelas que aún no había leído, que en concreto son tres: "Emil und die drei Zwillinge", "Anton und Pünktchen" y "Der 35.Mai oder Konrad reitet in die Südsee". También hay una serie de cuentos cortos, algunos de cierto interés.

El primero de ellos es la continuación de "Emil und die Detektive", y de hecho empieza con un prefacio en que Kästner nos cuenta cómo sufre un déjà-vu con su libro al llegar al sitio de Berlin en que comienza la aventura, al tiempo que están comenzando a rodar la peli sobre el libro.

Como ya he dicho otras veces, una de las cosas más características de las novelas para niños de Kästner son sus prólogos y epílogos. Además, suelen ser de las partes más interesantes del libro. Aquí se confirma la teoría: tanto Emil como Anton tienen su prólogo, y son bastante mejores que el tercero de los libros, que no es más que una narración fantástica del viaje del tal Konrad al Südsee.

En Emil und die drei Zwillinge, Emil y algunos de sus amigos detectives viajan a las playas del norte de Berlin a pasar sus vacaciones (Warnemunde). Allí se encuentran con unos acrobatas actuando en un hotel, a uno de los cuales se verán impulsados a ayudar como consecuencia de la actuación de otro de ellos. Estos acrobatas son los tres gemelos del título.

Aunque el relato tiene momentos de interés, dista bastante de la originalidad y frescura que destilaba el primero de los libros de Emil, el de los detectives. Aquí nos encontramos una historia bien narrada y trenzada, pero demasiado convencional para llegar al atractivo de su predecesora.

Anton und Pünktchen está al parecer inspirada en una historia real que Kästner tuvo oportunidad de leer en algún periódico. La historia se basa en la amistad de los dos niños que le dan título: Anton es de familia modesta y encima tiene a su madre enferma, por lo que no da abasto entre deberes escolares y domésticos; Pünktchen, en cambio, es una niña de familia rica a la que sus padres no prestan demasiada atención, por exceso de trabajo en el caso del padre, y por desidia, en el de la madre. La relación entre ambos se produce a través de la niñera, quien por las noches se escapa para bailar con su novio y deja a la niña al cuidado de (supuestamente) la madre de Anton.

A partir de aqui, se nos cuentan diversas peripecias con el estilo delicioso a que nos tiene acostumbrados Kästner. Cada capítulo termina además con una reflexión del autor sobre algún sentimiento aflorado en el capítulo. Dichas reflexiones, para no confundirlas con lo que está contando, Kästner avisa al lector que las escribirá en cursiva.

Por últumo, Der 35. Mai es una historia fantástica convencional e infantil, carente de esas reflexiones que adornana las novelas del autor, y también en general de interés. Konrad y su tío, acompañados por un caballo parlante (Negro Kavallo) se dirigen al Südsee a través de extraños territorios. Hay un país donde la comida sale directamente preparada de plantas y animales; está el mundo al revés, donde son los adultos los que van al cole, y también hay otro sitio donde los grandes héroes historicos compiten en juegos de mesa, en el que nuestros héroes tendrán que discutir con Napoleón y Julio César para recuperar su sitio en el auditorio.

Como curiosidad, llamativa para un teleco, también pasan por una ciudad eléctrica en la que la gente usa teléfonos móviles.¡Momento Julio Verne en Kästner!

En fin, otra agradable lectura de Kästner, aunque el único de los tres relatos a la altura de sus grandes clásicos en Anton und Pünktchen.

martes, 19 de abril de 2016

Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed, de Jared Diamond

Es este un libro bastante conocido, en que el autor nos trata de explicar por qué han colapsado algunas sociedades históricas, o porque podrían tener riesgo de hacerlo algunas modernas.
Para Diamond esto se puede explicar con base en cinco parámetros: cambios en el medioambiente, cambios en el clima, sociedades con que se comercia, sociedades hostiles, y valores y actitudes de la sociedad.

Armado con esta metodología, el autor se embarca en la explicación de por qué colapsaron sociedades como las de la isla de Pascua (quizá el capítulo más conocido de su libro), los Anasazi en el medio Oeste norteamericano (muy enfocado en el valle de Chaco), los Maya o los Vikingos en Groenlandia y en Canadá. También analiza la situación que están viviendo algunas sociedades modernas que les aproxima, según él, al colapso, tal como Montana en los EEUU, China o Australia. Y también recoge algunos casos de éxito, a su modo de ver, como los Vikingos en Islandia, Nueva Guinea o el Japón medieval.

Lo más inquietante de este libro no es, sin embargo, la situación de aparente colapso a la que nuestro modo de vida nos lleva (siempre según el autor). No, lo más inquietante es que un científico tenga las narices de hacer un libro explicando el colapso de las sociedades sin referencia a sus relaciones sociales y económicas, y encima el libro tenga éxito y sea asumido por mucha gente. Eso sí que es preocupante.

Y es que Diamond, pese a su anuncio metodológico, en la práctica se limita a explicar el colapso de las sociedades que analiza en base exclusivamente al criterio de sostenidad medioambiental. Esto es, nos explica con todo lujo de detalle y bases científicas qué acciones de cada sociedad hicieron que se deteriorara su entorn natural, hasta el punto de hacer insostenibles los medios con los que sobrevivían, y llevando las sociedades a su desaparición. Con decir que llega a explicar el genocidio de Ruanda con esta base, está casi todo dicho.

Conste que yo no pongo en duda (no podría hacerlo) que esas hayan sido las secuencias que han llevado al deterioro del medio ambiente y a la desaparición de los recursos en que se soportaba cada una de las sociedades analizadas. Es más, creo que esta "historias" están impecablemente contadas, con mucho rigor y al mismo tiempo son entretenidas. Además de sorprendentes, claro.

No, lo que me alucina es que el científico se quede en esas causas inmediatas en vez de buscar más allá: ¿por qué no cuidaban sus recursos? Esa es la cuestión, no que se deterioran por no cuidarlos. Y para responder a esa pregunta el primer paso es preguntarse si existía la propiedad privada o no, y así sucesivamente. Sin este análisis, el libro pierde todo su rigor, como lo hacen las recomendaciones del autor basándose en sus defectuosos análisis. Así, es lógico que sus soluciones pasen por replantearnos nuestros valores para mantener el medio ambiente, una visión muy dictatorial. No deja de ser curioso, no obstante, que confiese que los únicos países en que se ha planteado vivir, aparte de sus EEUU natales, Inglaterra y Australia, que son generalmente vistos como países con mucha libertad.

En todo caso, un libro apasionante desde el punto de vista del medio ambiente y también histórico en algunos momentos, muy bien escrito y sustentanto, pero al que le falta la mitad del análisis: el análisis económico. He aprendido mucho, aunque confieso que por momentos me indignaban sus contradicciones y el evidente sesgo socialista del autor.

sábado, 16 de abril de 2016

Lolita, de Vladimir Nabokov

Este es uno de esos libros clásicos que cualquier lector que se precie de serlo debe leer, y que sin embargo uno nunca encuentra tiempo para leer. Como tantos otros, muchos de los cuales resultan decepcionantes. Afortunadamente, no es el caso de la magnífica novela de Nabokov, cuya lectura es un placer exquisito y del que nadie debería privarse.

Y es un placer no precisamente por las connotaciones del mito erótico (ahora me referiré más a este tema), sino por la magnífica prosa de Nabokov. ¡Cómo escribe este tipo! Parece mentira que el inglés no sea su lengua materna. De hecho, mi primera intención era leerlo en español porque pensé que originalmente estaba en ruso. Pero no, su versión original está en inglés. Nabokov es de esos tipo que escribe tan bien, tan bien, que su mera lectura supone tal placer que uno termina no enterándose de lo que le están contando. Atentos a la riqueza de vocabulario, que es raro encontrar, y a ese estilo irónico distante que contribuye a que no seamos capaces de tomarnos completamente en serio lo que nos está contando. Y eso que algunas de las cosas que nos cuenta, sin llegar a trágicas, sí son al menos dramáticas.

Otra sorpresa para mí insospechada: no hay nada como leer el libro del supuesto mito para desmontarlo. En este caso, el mito de Lolita. Yo lo tenía interpretado como el mito de los señores mayores que se enamoran (no necesariamente de forma platónica) e la inocencia de las niñas. Y asumía que la historia de Lolita sería una de dos: 1) la lucha y frustración del señor mayor por contener sus pederastas deseos, o 2) las artimañas de las que se valdría para conseguir sus carnales objetivos. Cuando la historia empieza, parece que la historia es la segunda. Pero poco dura el engaño: la tal Lolita puede que, sí, sea una niña, pero de inocente no tiene un pelo. Por lo tanto, la novela de Lolita es realmente una tercera variante, en que tenemos a una jovencita aprovechándose y burlándose de un señor mayor impotentemente enamorado de ella.

Y así se me cae el mito de Lolita, pues no es lo que yo pensaba. También de la misma forma se cayó el mito del complejo de Edipo. Basta con leer la obra de Sofocles para entender que, en realidad, Edipo no se enamora de su madre a sabiendas; se enamora de ella SIN saber que es su madre. Para mí, cambia completamente el concepto.

Pero volviendo con Nabokov y Lolita. solo puedo terminar recomendando encarecidamente su lectura. Es una magnífica novela en que, además, el autor nos lleva de viaje por todos los EEUU, por lo que también tiene un algo de "road movie". Pero, insisto, lo mejor es el estilo narrativo: os dejará atrapados, al menos si os atravéis con su lectura en inglés.


Bueno, y con Lolita termino las reseñas de los libros que lei en 2015, con las que pretendía dotar a este blog de un fondo de armario. A partir de ahora las reseñas serán más espaciadas correspondiéndose con mis lecturas actuales, en las que desgraciadamente no soy capaz de mantener el ritmo de lectura de un libro al día.

viernes, 15 de abril de 2016

El Puente Pegasus ("Pegasus Bridge"), de Stephen E. Ambrose

De Ambrose ya he comentado aquí "Band of Brothers". Pegasus Bridge sigue la misma estructura y el mismo estilo narrativo, referido en este caso a otro episodio de la Segunda Guerra Mundial. Reincido en la lectura de Ambrose porque creí que este libro de dedicaba al desembarco de Normandía, cuando lo cierto es que se concentra solo en una de las operaciones que ocurrieron para tal acción.

Ambrose, como en Band of Brothers, entrevista a supervivientes relacionados con la operación Pegasus, en este caso de ambos bandos enfrentandos. A partir de esta información, su narración trata de describir los preparativos de la operación, la ejecución de la misma e incluso cómo continuaron las vidas de los protagonistas tras ella. Y, por supuesto, aporta una contextualización de la operación tanto en el propio desembarco  como en general dentro de todo el conflicto.

En este caso, se centra en la operación Pegaso. Se trata de una operación que involucró diversos tipos de tropas (todas las cuales aparecen recogidas en el libro). El objetivo de la misma era asegurar una posición con un puente sobre un río que permitiría en fases posteriores al desembarco la comunicación entre las dos áreas tomadas por éste.

El equipo al que se le asignó la misión entrenó duramente y ante todo tipo de condiciones adversas, poniéndose en el peor caso para cada circusntacia de la misión, y en esto se detiene bastante al autor. Sin embargo, cuando llega el momento de la operación, los alemanes mostraron una negligencia inestimable que terminó haciendo que la misión fuera bastante más fácil de lo que se preveía, con chapuza burocrática alemana incluida.

Los libros de Ambrose son de digestión ligera y este no es una excepción. Que nadie espere grandes reflexiones bélicas y tácticas. Es una lectura entretenida y prescindible. Me temo que tras éste, abandonaré tanto el autor como el género.

jueves, 14 de abril de 2016

La aventura malaya ("L'Équipée Malaise"), de Jean Echenoz

De Jean Echenoz me gustó mucho Courir, la historia de superación de un ambiente comunista de un atleta checo. Y también tengo ganas de leer Des Éclais, biografia de Nikola Tesla. Entretnato, cayó este libro en mis manos y le eché una lectura.

Supongo que me cogió con el paso cambiado, porque la verdad es que ni me gustó, ni me interesó, ni me enganchó. A duras penas recuerdo de qué iba, y ni siquiera podría explicar el porqué del nombre.

Creo recordar que los protagonistas tienen un nombre parecido, o se cruzan sus motes, por lo que en la lectura siempre tienes que estás alerta para saber quién es quién. Esto es algo fácil cuando la historia te interesa, pero en otro caso, resulta una tortura.

También me parece que uno de los protagonistas es un homeless, y tiene que buscar cobijo y donde adecentarse antes de tratar con el resto de los personajes. Por último, recuerdo que hay varios capítulos en una plantación malaya que me resultó la parte más interesante y digerible del libro, con alguna reflexiones sobre organizaciones y libertad.

Y, insisto, no es que Echenoz escriba mal, es simplemente que es la típica historia de novela francesa que muchas veces solo interesa a los franceses, que tienen esa sensibilidad especial (estoy acordándome de LeClezio, otro que tal baila, al menos lo que me he leído de él).

miércoles, 13 de abril de 2016

El lector ("Der Vorleser"), de Bernhard Schlink

Der Vorleser (El lector) es uno de los libros alemanes contemporáneos más conocidos fuera de Alemania, debido posiblemente a su adaptación al cine, en una película interpretada por Kate Winslet y Raph Fiennes.

Se trata de una historia muy original, bien narrada y fácil de leer en alemán. Tiene tres partes bien diferenciadas. En la primera asistimos a una historia de amor, una verdadera novela erótica, en que los dos protagonistas conocen una tormentosa relación. Lo más característico de ella es que a la señora le gusta que su amante le lea libros en alto (de ahí el título del libro, claro). Se nos cuenta su romance, incluidas sus excursiones, en una de las cuales sucede algo extraño que nos abre una pequeña puerta al misterio que esconde la señora. Poco después, desaparece ésta sin rastro de la vida del lector, y termina la parte de romance de la novela.

En la segunda parte, el protagonista, como parte de sus estudios de derecho, asiste a juicios relacionados con el holocausto. Si bien las cuestiones legales que se plantean son de interés, ahí es donde se notan las limitaciones de mi alemán, y confieso que no era capaz de seguir bien las sutilezas del dilema.

En todo caso, los dos protagonistas se vuelven a encontrar, pues la señora resulta ser una de las acusadas sometidas a juicio, por un tétrico episodio acaecido en los últimos momentos de la guerra. El caso es que parte de la trama judicial tiene que ver con una novela escrita por una de las supervivientes del acontecimiento, así como unos documentos que firmó la protagonista.

Incomprensiblemente para mucha parte del público y en particular para su antiguo amante, le señora se niega a aclarar determinados aspectos de los dos últimos puntos, y termina condenada en la cárcel. Pero ya se ha recuperado la relación entre los dos antiguos amantes, relación que se volverá platónica en la tercera parte de la novela, en la que el protagonista manda cintas grabadas con lecturas a su ex-amante. Esto a su vez tendrá una consecuencia inesperada, que termina aclarando el misterio de la señora. misterio por otro lado bastante predecible.

He disfrutado con la lectura de este libro. Está muy bien escrito y la historia es original y atractiva. Las reflexiones relacionadas con el juicio de la protagonista son además jugosas. Y es que hay un acusado cambio de estilo entre la primera parte y las restantes, que se nota no solo en el tema, sino también, por ejemplo, en la longitud de las frases.


martes, 12 de abril de 2016

Diez días que conmovieron al mundo ("Ten Days that Shook the World"), de John Reed

Relato clásico de los diez días en que los bolcheviques se hicieron con el poder en Rusia, con las consecuencias históricas que ello tendría para millones de individuos de este planeta.

Llego a este libro, cuyo título me sonaba a película pero que no ubicaba históricamente, a través de George Orwell, que lo cita en el prólogo de su Animal Farm.

El libro es una crónica cuasi-periodística que realiza el autor de los diez días de marras, días que le pillaron en San Petersburgo por lo que pudo vivir la experiencia de primera mano. Por cierto que Reed era un periodista americano de ideología socialista que quería conocer de primera mano cómo se estaba llevando a cabo la revolución proletaria en el ya en ese momento ex-país de los zares.

El libro es un poco decepcionante. Parece que nos va a narrar los mecanismos por los que llegaron al poder contra viento y marea los bolcheviques de Lenin y que vamos a ser capaces de entender los subterfugios y estrategias de que se valieron, cual si se tratara de un Juego de Tronos real.

En la práctica, lo que se tiene es una narración confusa de los hechos que iban sucediendo, tanto de aquellos en los que Reed estaba presente, como de aquellos de los que se enteraba de oídas. Aunque el autor trata de proporcionar algo de contexto a los hechos, a lo que dedica los primeros capítulos del libro, lo cierto es que el contexto se pierde en cuanto comienza la acción.

Así, nos encontremos con una sucesión de hechos y datos, pero de los que es muy difícil cuando no imposible hacerse una visión de conjunto, o relacionar causalmente. Ello sin olvidar la sopa de letras en que se convierte el texto en cuanto aparecen más de dos cuerpos administrativos en juego.

El aspecto positivo es que nos traslada bien la sensación y emociones que había presentes en esos momentos en San Petersburgo. Digamos que la narración es necesariamente confusa porque confuso debía ser lo que estaba ocurriendo. Con todo, me costaría recomendar su lectura en sustitución de algún otro relato más sistematizado, aún a costa de no haberse vivido en primera persona.

lunes, 11 de abril de 2016

El Anticristo ("Der Antichrist"), de F.W. Nietzsche

Siempre pensé que sería un hito cuando pudiera leer a Nietzsche en alemán, así que debería ser con cierto orgullo que escribiera esta entrada, ni más ni menos que tras haber leído uno de los ensayos clásicos del filosofo alemán.

Sin embargo, no hay tanto de que presumir, por dos razones complementarias. Primero, porque el alemán de Nietzsche no es especialmente difícil. Al contrario, tanto vocabulario como construcciones son bastante accesibles, al menos en este libro. Y segundo, porque al no ser el idioma un obstáculo, no debería de tener demasiadas excusas para entender los contenidos expuestos. Y, si bien no creo haberme perdido del todo, tampoco creo haberle sacado todo el jugo a la obra que seguramente merezca.

De entrada, por ejemplo, me cuesta formular una síntesis de la obra, lo que es revelador sobre lo que he podido entender de la misma. Lo primero que me viene a la mente es que Nietzsche no usa un estilo racional (o al menos no tanto como cabría esperar), sino más bien pasional. No hay frialdad filosófica en esta obra, sino ataques virulentos contra las religiones en general, y el cristianismo en particular. Creo que la obra se hubiera beneficiado mucho de un estilo más distante, pero es lo que hay.

Volviendo sobre la tesis que parece defender, creo que el punto de partida es algo así como que la moral natural es la correcta (a esto se le suele llamar falacia naturalista) y que por tanto el ser humano es moral cuando se deja llevar por sus instintos. Con este punto de partida, aquellos que traten de que nos comportemos de otra forma, que vayamos contra lo que instintivamente nos parece moral, son inmorales, y seguramente busquen de alguna forma su beneficio a nuestra costa. Es por ello que Cristo, con sus enseñanzas morales, resulta ser un Anticristo, no llamado para salvarnos, sino para manipularnos contra la verdadera moral.

En fin. Ahí queda eso, aunque igual no he entendido nada. Lo que sí es cierto es que esta obra merece una segunda lectura (está bien escrita, con independencia de lo que argumente), y que también habré de leer algo más del filosofo alemán, preferentemente relacionado con la moral. De momento lo intenté con "Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik", pero me perdí por el camino.


domingo, 10 de abril de 2016

La Casa de la Pradera ("Little House in the Big Woods"), de Laura Ingalls Wilder

Sí, es el libro sobre La Casa de la Pradera. Bueno, el primero de la serie, que alcanza 12 libros. Y he de decir que este libro ha sido la gran sorpresa entre mis lecturas del año 2015.

Aprovecho ya para recomendar su lectura sin duda, no necesariamente para niños. De hecho, aunque formato e ilustraciones hacen pensar en un libro para público infantil, lo único que tiene de tal es que la narradora es una niña. Con esto tampoco digo que los niños no lo puedan leer, solo que no creo que lo disfruten tanto.

La Casa de la Pradera es un libro que nos describe las costumbres de los pioneros en el Wisconsin de mediados del XIX. Y en este sentido es maravilloso. Conoceremos cómo celebran la Navidad, cómo iban al pueblo, por qué el padre tenía que ir con su escopeta y cómo se defendía de los osos... Sabremos también cómo se fabrica el tradicional sirope de maple tan frecuente en los USA, y que no es más que un sustituto barato de la miel en un lugar en que no había demasiadas abejas.

Veremos cuándo y para qué se reune la familia o los vecinos, porque solían vivir bastante aislados, lo que hacía necesario el carro y el caballo para la subsistencia. Aislamiento que todavía se percibe en la forma de vida de muchos de los Estados de USA.

No es un libro sensiblero, ni cuenta aventuras de niños, aunque alguna hay. Como digo, su foco casi exclusivo es contarnos cómo vivían realmente en la familia Ingalls. No hay peleas entre niños, ni castigos, ni aventuras. Es la descripción de un modo de vida ya pasado, contada de una forma magnífica.

No os perdáis las reflexiones sobre el progreso que hay en uno de los capítulos finales, a raiz de una tarea (que no recuerdo) y que se facilita enormemente con una máquina que llevan unos operarios por los distintos pueblos, a cambio de un pago: El espíritu emprendedor americano en toda su magnitud.

sábado, 9 de abril de 2016

La suerte de Jim ("Lucky Jim"), de Kingsley Amis

Este es uno de esos libros que tenía enterrados en el kindle desde que vi su título en alguna de las listas que tanto abundan (como "los 100 mejores libros en lengua inglesa") y a las que rara vez me puedo resistir a echar un vistazo. Sigo soñando con el día en que haya leído todos los libros de algunas de esas listas.

Lo cierto es que una vez superado el emocionante momento de hacerme con el libro, se atenúa exponencialmente el interés por su lectura, a causa de otras recomendaciones más personales o de novedades que aparecen. Pero no es menos cierto que su indeleble presencia en el índice del kindle va desgastando la resistencia a su lectura hasta que al final se consuma, para bien o para mal.

En este caso, se trata de un libro que ni fu ni fa, que me ha dejado indiferente y sin curiosidad alguna por profundizar en la obra del autor. De hecho, lo único que me resulta curioso es qué tendría este libro para haber sido incluida en una lista como las que refería al principio. ¿O quizá sea el problema la propia lista? No creo, porque normalmente solo las hago caso si me da credibilidad su composición, ie, los libros que he leído de los que la conforman.

El libro es costumbrista y se centra en la vida universitaria inglesa. Supongo que trata de ser algo sarcástico, pero a mí no me ha hecho especialmente gracia ni lo que sucede, ni la visión del protagonista, ni los diálogos. Y esto suele ser difícil que me pase con el humor inglés, pues soy especialmente proclive al mismo: vamos, que tengo muy bajo el umbral de lo que me hace gracia cuando proviene de un autor inglés.

El protagonista es un profesor de bajo rango, de baja o nula producción académica, y cuyo puesto consecuentemente está en juego. Otros protagonistas son su jefe (otro profesor), el hijo de éste, la amante del hijo y otra chica. Ninguno me ha resultado especialmente memorable, con la excepción del hijo del profesor, que es un gran sinvergüenza y que al menos adereza las situaciones en que aparece.

La historia se construye con los retos de producción a que se enfrenta el protagonista para salvar su puesto (una conferencia magistral y una publicación académica) y los líos de faldas que se trenzan entre las dos protagonistas femeninas.

Pero, bueno, poco más reseñable. Quizá se podría apreciar más si uno estuviera en los entresijos de la vida universitaria inglesa. Pero, como no es el caso, me resulta difícil señalar alguna bondad de la novela.

viernes, 8 de abril de 2016

Los hombres Salmonella en el planeta Porno ("Salmonella Men on Planet Porno"), de Yasutaka Tsutsui

La inquietud por la lectura le lleva a uno a explorar todo tipo de vías y alternativas. En este caso, se trata de literatura japonesa. El problema con esta literatura, y en general con la asiática (china, india), es claramente la traducción. ¿Qué puede tener que ver la traducción a cualquier lenguaje occidental de los símbolos que se usan en japonés, en chino o en sanscrito? Ello no es minusvalorar el trabajo de los traductores de estas lenguas, simplemente constatar el hecho evidente de las dificultades que ello puede entrañar.

Por supuesto, si lo que se trata es de conocer el contenido de un tratado científico o legal, la traducción puede cubrir razonablemente el objetivo propuesto. Pero, cuando se trata de obras literarias, en que no solo el contenido sino también la forma cuenta, no está tan claro que ello se consiga. Siempre me pregunta, cuando leo Haikus (y algunos de ellos son maravillosos incluso en la forma traducida que nos llegan) que tendrá que ver el texto que estoy leyendo con lo que trató de transmitir con sus ideogramas el autor chino.

Todo ello para decir que, pese a la indudable curiosidad que la literatura asiática me produce, soy muy precavido en cuanto a lanzarme a us lectura indiscriminada. Creo que lo más viable para adentrarse en ella y en la cultura asociada es buscar escritores asiáticos que escriban en lengua inglesa, por lo menos es que lo que me parece más fiable.

Si no me equivoco, este es el caso de Yasutaka Tsutsui. Este libro es una colección de cuentos cortos, uno de los cuales, en concreto el último, es el que pone título al volumen.

La lectura fue interesante y amena. Los relatos tienen cierto punto de humor (¿japonés?) y cuentan hechos suficientemente chocantes desde el punto de vista de un occidental. En aquellos que no son de ciencia ficción (e incluso en algunos que lo son) se refleja razonablemente lo que puede ser la vida real en una gran urbe japonesa, y las costumbres de sus habitantes. Esto es, en parte, lo que iba buscando.

Curiosamente, pese a lo que puede parecer por el título, el libro ni es erótico ni pornográfico. Aunque hay momentos algo subidos de tono (¿en qué novela no los hay?), no son especialmente frecuentes ni llamativos. Es más, el cuento que da título al volumen ni siquiera tiene que ver con el tema, de lo que deduzco que la palabra Porno debe tener otro significado o connotaciones en japonés. Si no recuerdo mal, este cuento va de una guerra en que el protagonista trabaja de 9.00 a 18.00 y a la que coge transporte público para ir.

En resumen, una no muy mala elección para tratar de adentrarse en la literatura japonesa contemporánea. Ahora a ver por dónde sigo.

jueves, 7 de abril de 2016

El trono maldito, de José Luis Corral y Antonio Piñero

A esta novela histórica se le dio algo de bombo en las Navidades de 2015, y de hecho a mí me caló el mensaje hasta el punto de hacerme con ella rápidamente y leerla poco después. Desafortunadamente, la novela no estaba a la altura de las expectativas que su descripción me había generado.

La historia que se cuenta se refiere a los problemas de sucesión en el trono del reino judio durante los años en que vivió Jesucristo, y promete hacernos entender el complejo entorno sociológico en que tales hechos tuvieron lugar, para facilitar, supuestamente, su comprensión.

Acostumbrado a la calidad de Posteguillo o Falcones, me esperaba una inmersión en la sociedad judía de aquel tiempo, un traslado a aquellas condiciones de vida, que me hicieran palpar el entorno en que vivió Jesucristo. Esto es algo que Posteguillo consigue espectaculamente en su trilogía sobre Escipión, sobre todo en el primero de los libros, y que también cuida mucho Falcones. Pero no es el fuerte de los autores de El trono maldito.

Así pues, fracasa la novela en llevarnos de viaje al lugar de los hechos, y entonces nos queda una novela del montón, con una historia más o menos interesante según los momentos, en que se cruzan las intrigas de unos cuantos magnates judios interesados en el trono que deja Herodes, con el poder que ejercen los romanos, sujeto a su vez a sus intrigas.

Y en este lío mete al personaje de Jesús como un factor que puede ser desequilibrante en el balance de intereses. Aunque no recuerdo bien los detalles, el relato tiene un cierto tufo anticlerical posiblemente innecesario. Incluso en algún momento lleva la figura de Jesús al puro ridículo, como con unas afirmaciones que le atribuye sobre flores a la entrada a Jerusalén.

Así que, en definitiva, lectura prescíndible. Podría haber tolerado el anticlericalismo si la novela trasladara bien la forma de vida de la época, lo que preocupaba la gente, su día a día. Pero como en esto fracasa, no veo porque se tiene que inventar capítulos de la vida de nadie, mucho menos de Jesucristo. Me temo que no reincidiré en lecturas de estos señores.

miércoles, 6 de abril de 2016

Bajo la misma estrella ("The Fault in our Stars"), de John Green

Este libro saltó a la fama como consecuencia de la película homónima de hace un par de años. A raiz de ello, todos sus libros cobraron un repentino interés y sus traducciones invadieron nuestras librerías. No obstante, yo no llegué a él por la vía del cine, y sí por la vía de mi hija mayor, quien supongo sí lo haría a través de la peli.

En principio, se trata de una novela que parece dirigida al público adolescente, como no me cabe duda de que lo está la película, por lo que parece poco atractivo. Sin embargo, yo tuve curiosidad por leerlo, y no me decepcionó en absoluto, hasta el punto de que luego proseguí con el autor leyendo otra de sus novelas, Papertowns.

Sin alcanzar el punto de pasión de mi hija por sus libros, he de decir que John Green me parece un escritor interesante. Habiendo leído dos de sus libros, me recuerdo por estilo y tipo de narración a Paul Auster, una especie de Paul Auster para adolescentes. Son ese tipo de narraciones sobre misterios cotidianos, que te atrapan y te sorprenden.

Ya más en concreto hablando de este libro, la historia es sobradamente conocida: se trata de la historia de amor entre dos adolescentes (hetero, aclaro) ambos aquejados por cáncer. Quizá esto explique la mala traducción del título (Bajo la misma estrella de sufrir el cáncer). Sin embargo, las connotaciones del título original son más ricas, y tienen que ver con el destino de unas personas y otras, ¿por qué a algunos les toca tener cáncer y a otros no? ¿Es la culpa de las estrellas bajo las que nacemos? Esto no me lo invento yo, es una reflexión de la protagonista-narradora.

La novela no es sensiblera, como me temía y cabría esperar. Al contrario, trata el tema del cáncer con mucha proximidad y cariño, haciendo un gran esfuerzo por aproximarnos a estos enfermos, pero no desde la lástima. Por ejemplo, ese humor negro de la narradora cuando nos dice que en el grupo de autoayuda (de enfermos de cancer), había mucha rotación. A raiz de este grupo, son muy valiosas las reflexiones sobre la tendencia a aislarse: claro, si solo te relacionas con la gente de tu círculo de autoayuda, terminas conociendo solo gente con cancer y ésta pasa a ser tu vida, sin una visión más allá.

Pero quizá las reflexiones más interesantes son las que hace la protagonista en relación con los méritos que quiere hacer su enamorado para ser "digno" de ella. Son realmente de gran profundidad y sutileza, y por si solas justifican la lectura de este estupendo libro.

martes, 5 de abril de 2016

Bestiario, de Julio Cortázar

Julio Cortázar no creo que necesite presentación, como seguramente tampoco este librillo de cuentos. Aunque supongo que después de lo que voy a escribir de él le puede caer alguna crítica furibunda a mis gustos literarios.

De Cortázar leí con mucho interés su obra cumbre "Rayuela". Me parecía interesante a priori la idea de que sus capítulos se pudieran leer en cualquier orden y supuestamente tener sentido. El propio autor propone un posible orden, aunque yo creo que los leí de forma convencional.

Por supuesto, Rayuela es un perfecto coñazo, da igual el orden en que lo leas. A mí que me lo expliquen, mientras tanto quien diga que le gustó despertará en mi la justificada sospecha de que no se lo ha leído.

Pensemos por un momento que condiciones tienen que cumplir los capítulos de un libro para que se puedan leer en cualquier orden. Evidentemente, no puede haber referencias cruzadas o temporales. Pues ya está: eso revela el grado de complejidad que cabe esperar de la narración.

No obstante, como el hombre es el único animal de tropieza dos veces con la misma piedra, aquí leo Bestiario, segunda oportunidad para Cortázar. Afortunadamente, éste es simplemente una colección de cuentos cortos.

Los mejores según parece serían Casa Tomada y Circe, que acompañan a otras historias cortas, como Cefalea u Omnibus. Hombre, no diré que Bestiario me ha parecido tan terrible como Rayuela, pero tampoco traicionaré mi opinión para aparecer cultillo. Me han parecido cuentos normales y corrientes, y que me permiten enterrar posibles futuras lecturas del autor sin temor a perderme algo importante.

lunes, 4 de abril de 2016

Moros y cristianos, de José Javier Esparza

Segunda parte de la trilogía sobre la Reconquista de Esparza, que leo tras la primera, y antes de la tercera que acabo de empezar. Uno no puede evitar ser secuencial para estas cosas.

Esta serie me va gustando más conforme voy leyéndola, aunque este segundo volumen no es netamente superior al primero: lo es en algunas cosas (por ejemplo, menos resúmenes de repaso, menos preguntas retóricas de las que no sabe la respuesta) aunque en otras es peor (menos foco en las personas de a pie y más en los reyes; menos detalle de eventos internacionales).

El relato empieza con la fundación del reino de León como sucesor del de Asturias y se extiende hasta la mágica fecha de 2012, con la batalla de las Navas de Tolosa. Por en medio aparecen y son debidamente tratados un montón de personajes históricos, algunos de los cuales seguro que nos suenan (El Cid, Miramamolín, Almanzor, Alfonso el Conquistador) y otros menos (doña Toda, el Rey Lobo, Fernando Magno). Todos ellos van ocupando su posición en la historia y quedando ordenados debidamente en la cabeza del lector, aunque no estoy seguro de por cuanto tiempo.

Otro de los valores importantes del libro son las referencias toponímicas: quién más y quien menos puede encontrar en este libro su pueblo citado, por pequeño que sea, en relación con algún acontecimiento histórico que desconocía. El señor Esparza es generoso en este aspecto, y prefiere nombrar por exceso que por defecto. Por ejemplo, pocos sabrán que Alfonso VIII, el vencedor de las Navas de Tolosa, murió en un pueblecito cercano a Arévalo llamado Gutierremuñoz, por el que he pasado innumerables veces sin ser consciente de su importancia. Otra experiencia interesante: visitar la excolegiata de Covarrubias tras conocer la importancia de los condes con sede en esa villa en la historia de Castilla y por tanto de España.

La importancia del Cid también se vislumbra desde una nueva perspectiva: más allá de la figura archiconocida del héroe y fiel vasallo, tenemos aquí un personaje que, ni corto ni perezoso, es capaz de formarse un reino cuando es rechazado por sus señores naturales, del que forma parte ni más ni menos que Valencia. Y es que la época tratada en este libro es una de grandes oportunidades para todos los que se aventuraran a emprender: no creo que haya habido otra época en la historia en que fuera tan fácil y frecuente montarse un reino propio.

Por el lado cristiano asistiremos a las intrigas por el poder, mucho más sofisticadas que las de Juego de Tronos, que se traen los señores de Castilla, León, Navarra, y luego Aragón y Portugal. Me ha llamado mucho la atención que el origen de Cataluña sea bastante distinto del de los otros reinos de la península. Tanto Castilla como León, Aragón y Portugal son reinos inventados por un tipo en un momento dado, que los escinde de un reino existente o los amplia.

Sin embargo, el origen de Navarra y sobre todo de Cataluña está vinculado al imperio carolingio. Ambas regiones eran marcas defensivas dispuestas por Carlomagno para impedir el avance musulmán hacia el norte. De hecho, Navarra tarda relativamente poco en conformarse como reino independiente, pero la situación de Cataluña es diferente: se quedará como marca o condado, más o menos independiente de "Francia", hasta el momento en que se una con Aragón.

En el caso de los musulmanes, asistimos al ascenso y declive de Almanzor, otro personaje que de la nada se hace soberano del Al-Andalus. Luego a los reinos de Taifas, que sobreviven gracias a las parias pagadas a los reinos cristianos. Y posteriormente a las oleadas sucesivamente fundamentalistas de almorávides y almohades. Otra cosa que parece vigente: cuando el fundamentalismo se relaja tiende a perder su poder y crea oportunidades para nuevos fundamentalismos.

En cuanto a eventos internacionales, Esparza se esfuerza por mantener la contextualización, pero es cierto que ya la riqueza de los eventos en la propia península dificulta mucho el mantener sincronizado lo que pasa fuera de ella. Hay referencias, no obstante, a la disolución del imperio carolingio, a las cruzadas, a los acontecimientos en el norte de África y a los cátaros.

En fin, interesantísima lectura de la que a uno le gustaría ser capaz de retener muchos más datos. Prosigo con el tercer volumen que empieza, ni más ni menos, que con Fernando III el Santo.

domingo, 3 de abril de 2016

La cocinera de Himmler ("La cuisinière d'Himmler"), de Franz-Olivier Gibiert

Gibiert ha sido un descubrimiento del año 2015. Aunque ya había leído alguna cosas suya, como Las escaleras de Chambord, con cierto interés, seguramente sea ésta su obra más completa, interesante y apasionante.

La cocinera de Himmler es una señora de armas tomar que está viviendo sus últimos años en Marsella, donde regenta un pequeño restaurante en el que da trabajo a unos cuantos vecinos bien avenidos. La recepción de una misteriosa carta da pie a la protagonista para contarnos su vida, en paralelo a la investigación sobre el contenido de la misiva.

Y el caso es que la historia de le señora es jugosa, pues atraviesa los episodios más interesantes del siglo XX, si bien comienza en uno relativamente desconocido: el genocidio armenio realizado por los turcos a finales del XIX. De aquí le toca a la moza superar algún genocidio más así como un par de guerras mundiales. La supervivencia a estos eventos dota a nuestra heroína de una perspectiva bastante socarrona de las cosas.

Entre tantos episodios, el de haber sido cocinera de Himmler (y amante también, aunque brevemente) es quizá de los menos interesantes, aunque sea el núcleo en torno al que se justifica el libro. Desde luego, a mí me resultó más interesante el episodio inicial, quizá por lo desconocido del evento.

También nos cuenta la señora sus relaciones con algunas celebridades, como Simone de Beauvoir y su amante Jean-Paul Sartre, al que aprovecha para poner a caer de un burro. De hecho, afimar que toda su genialidad se debe a la buena de Simone, de la que sigue releyendo sus libros, y más en concreto Le deuxième sexe. Y es que este libro es dedicidamente feminista, la mujer frente al hombre, reflejado en todos los abusos que ha sufrido la protagonista durante su vida, y que la hace esencialmente desconfiada del género masculino.

Interesante al respecto la reflexión sobre cómo ha podido influir en la historia del mundo y la civilización, y cito de memoria (más o menos): "el hecho de que una parte de la humanidad pueda imponerse a la otra por la violencia en ausencia de armas".





sábado, 2 de abril de 2016

Completamente Idiota ("Voll Idiot"), de Tommy Jaud

Los libros de este autor parecen ir siempre de lo mismo, como revelan sus títulos similares: Hummeldumm, Übermann o Resturlaub. Era muy difícil que yo me resistiera a un título tal, prometiendo unas risas en alemán, y a lo mejor sin demasiado esfuerzo.

Lo cierto es que tras su lectura, no estoy tan seguro de que fuera un libro de risa, o a lo mejor lo es para el sentido del humor alemán. A mí, español, me dejó un poso de amargura, quizá porque tendemos a ser más clementes que los rigidos alemanes con los errores de otros (y disculpen el estereotipo). Todavía me acuerdo, saliendo de Magdeburgo, los alemanes pitándome porque no era capaz de procesar desde el coche una columna de más 10 rótulos de indicaciones para saber a dónde tenía que ir. 10 rótulos!

En fin. El caso es que el libro nos cuenta las peripecias de un tipo que es realmente patético. Hace cosas idiotas, pero ni si quiere las hace desde la ingenuidad o la bondad, sino desde la maldad, porque es un bicho tonto. Por eso, es difícil empatizar con él, no te da un gancho al que agarrarte para verle con simpatía. Por lo menos, no te lo da hasta que el libro está terminando.

Por supuesto que hay momentos en que salta la carcajada o se esboza la sonrisa, pero normalmente lo que está pasando es que no entiendes cómo alguien puede ser tan gilipollas. En particular, en su relación con los demás.

Por ejemplo, ¿cómo pierde su puesto de trabajo? Resulta que vende teléfonos móviles en una tienda. Pues bien, se las arregla para venderle uno a un niño, algo que no está permitido. ¿Y cómo trata de solucionarlo? Sencillo: se cuela en la casa del chaval para quitarle el teléfono y devolverle el dinero, algo que es controlado por dos policías. Por desgracia para nuestro "héroe" de estos dos policias se ha burlado en las clases de español que con ellos comparte.

Entre los episodios más divertidos (y menos amargos) están sus vacaciones en Canarias. Aquí el autor aprovecha para hacer una leve sátira de los veraneantes alemanes en nuestras islas afortunadas. Pero el foco sigue sin ser costumbrista, solo las estupideces que hace el protagonista.

Pese a no ser tan de risa como esperaba, y pese al sabor amargo que deja, es bastante probable que vuelva a leer algo de Jaud a no mucho tardar, al menos mientras esté en fase de consolidación y no me pueda sumergir en The Buddenbrook o en El hombre sin atributos. Será casi seguro Hummeldumm el próximo que le lea.

viernes, 1 de abril de 2016

Cómo funciona la música ("How music works"), de David Byrne

David Byrne es bastante conocido como el cantante de Talking Heads. Aunque quizá haya escuchado alguna vez alguna de sus canciones, lo cierto es que ni siquiera recuerdo haberlo hecho. Vamos, que no soy fan del grupo ni tampoco conocía a su líder.

Puede parecer extraño que sin estos precedentes, me haya embarcado en la lectura de un libro suyo. La razón es fácil: me lo recomendó un compañero al que sí le gusta como cantante. Y, tras haberlo terminado, creo que la recomendación  fue acertada y la lectura mereció la pena.

El señor Byrne es un tipo con muchas inquietudes, como la demuestra la propia redacción de un libro, algo que pocos cantantes hacen. De hecho, ya había escrito otro sobre sus viajes en bici, que igual también es digno de lectura. La lectura del libro contribuye a mostrar ese espíritu pluridisciplinar que caracteriza a Byrne, que le permite abordar su pasión, la música, desde numerosísimos puntos de vista: innovación y creatividad, economía, evolución, relaciones humanas, arquitectura, tecnología...Ello además no revela la variedad de sus lecturas y la (sorprendente) profundidad de sus reflexiones.

Los capítulos son muy heterogéneos, por lo que lógicamente a cada uno le resultarán de mayor interés unos que otros. Hay un capítulo dedicado al fenómeno de la creatividad; otro a los modelos económicos en que se puede soportar la música; otro a las interacciones entre composición y forma de interpretación; otro sobre el propio origen de la música y su relación con la evolución del hombre. Y por supuesto hay dos dedicados a analizar cómo la evolución de la tecnología afecta a la música, y viceversa.

Por supuesto, a mí los capítulos que más me han gustado son los relacionados con fenómenos económicos: por un lado, el relacionado con los modelos de negocio y su evolución, y por otro los relacionados con el emprendimiento y la mutua dependencia de tecnología y música, y de música y escenario. Son sencillamente apasionantes, con pasajes como el que ahora traduzco:
"Los LPs tenían sus propias limitaciones técnicas. En ellos caben 20-24 minutos por cara, y cuanto más alta es la música (sobre todo los tonos graves), más profundos y anchos son los surcos que se graban en el master. Ello implica que estos pasajes graves y altos utilizan más espacio físico en el disco, y dejan menos tiempo disponible para música."

Tampoco hay que perderse las relaciones entre la música y el escenario en que se interpretan.

Por último, os dejo otra perla:
"Es más fácil encontrar evidencia de la persecución a la música pop por la izquierda totalitaria. En 1928, los Soviets anunciaron que tocar Jazz se podía castigar con 6 meses de carcel. Jazz Jail. Hip-hop es todavía un fenómeno "underground" en Cuba, y hasta hace poco, la música pop estaba estrechamente limitada en China."