Crónica por el principal sufridor de los mismos, de los acontecimientos que condujeron a la salida de la COPE del autor, así como de los orígenes de la emisora en la que actualmente se emite su programa, Esradio.
No soy demasiado aficionado a los libros de crónica periodística, que tanto abundan en nuestro país. De hecho, no recuerdo haber leído demasiados, y podría incluso ser este el primero que leo. Curiosamente, también he leído este año El negocio de la libertad, de Jesús Cacho, que tendré oportunidad de comentar en un futuro post.
Vaya por delante que admiro a FJL. No soy un fan irredento (no lo soy de nadie), pero sí que me gusta su memoria de elefante sobre los acontecimientos recientes y los pecados de cada político, y sobre todo su independencia de criterio. De ello son prueba las acalarodas discusiones que mantiene con sus contertulios, incluso con los que aparentemente son más afines, cuando trata de defender su visión. Desde luego, no es FJL alguien que se dedique a repetir consignas sin criterio.
También me gusta la forma en que escribe en sus columnas periodísticas: es alguien muy directo que no tiene problemas para denunciar cualquier comportamiento que le parezca reprobable, venga de quien venga.
Y, sin embargo, este libro no me ha gustado. Parece que FJL en las distancias cortas aguanta bien, pero no en las largas. La crónica que nos cuenta en algunos casos no supera el nivel del cotilleo ("me llamó no sé quien por teléfono, nos vimos en tal sitio... e no hubo más"). Por otro lado, da la sensación de que se repiten muchas cosas, que está reciclando material venido de otro sitio, y que quizá no se ha releído el texto (o no las suficientes veces) antes de su publicación.
Aunque es revelador de algunos hechos que el común de los mortales no conoce, tampoco son demasiado relevantes en la historia reciente, a menos que te interese mucho, mucho la vida y milagros del autor. En fin, que me ha decepcionado un poco. Resultará difícil que vuelva a dar una oportunidad a este género.
domingo, 31 de enero de 2016
sábado, 30 de enero de 2016
Als Ich ein kleiner Junge war, de Erich Kästner
Otro precioso libros de Kästner, ideal para los que estamos tanteando nuestras primeras lecturas en alemán.
En este caso, se trata de una novela autobiográfica, como el propio título indica ("Cuando yo era un jovencito"). Kästner nos cuenta su infancia e inicio de juventud, transcurrida en Dresden.
El libro está magníficamente escrito. Sin embargo, Kästner evita los aspectos de su niñez que me hubieran resultado más interesantes, como puede ser su sensación o los eventos que ocurrieron antes de la Primera Guerra Mundial, acontecimiento que le pilló con 15 años. De hecho, quizá sea ese evento el que para Kästner supone el fin de su "pequeña" juventud,
No obstante, tiene gran interés la descripción que nos hace de la vida en la ciudad de referencia, cómo iba al colegio o las meriendas en casas de sus familiares, así como las fortunas que alguno de estos hicieron, si no recuerdo mal, con una carnicería. También hay momentos en que se refiere a las ruinas de Dresden tras la Segunda Guerra Mundial, como cabe esperar en alguien que pasó allí su infancia.
El hecho de que evite las que hubieran sido escabrosas referencias a la Gran Guerra es consecuencia y prueba de que el principal objetivo del libro son, como casi siempre en Kästner, los niños, sin que por ello la lectura desmerezca para un adulto.
En este caso, se trata de una novela autobiográfica, como el propio título indica ("Cuando yo era un jovencito"). Kästner nos cuenta su infancia e inicio de juventud, transcurrida en Dresden.
El libro está magníficamente escrito. Sin embargo, Kästner evita los aspectos de su niñez que me hubieran resultado más interesantes, como puede ser su sensación o los eventos que ocurrieron antes de la Primera Guerra Mundial, acontecimiento que le pilló con 15 años. De hecho, quizá sea ese evento el que para Kästner supone el fin de su "pequeña" juventud,
No obstante, tiene gran interés la descripción que nos hace de la vida en la ciudad de referencia, cómo iba al colegio o las meriendas en casas de sus familiares, así como las fortunas que alguno de estos hicieron, si no recuerdo mal, con una carnicería. También hay momentos en que se refiere a las ruinas de Dresden tras la Segunda Guerra Mundial, como cabe esperar en alguien que pasó allí su infancia.
El hecho de que evite las que hubieran sido escabrosas referencias a la Gran Guerra es consecuencia y prueba de que el principal objetivo del libro son, como casi siempre en Kästner, los niños, sin que por ello la lectura desmerezca para un adulto.
viernes, 29 de enero de 2016
El Rompehielos, de Viktor Suvorov
Ensayo histórico que propone un causante alternativo para la Segunda Guerra Mundial, escrito por un insider ruso. Lógicamente, la teoría ha sido calificada como revisionista y cuenta con poco predicamente. Sin embargo, el libro es persuasivo y está bien argumentado.
Ya he comentado aquí "Sleepwalkers", donde la tesis es que la Primera Guerra Mundial fue impulsada por los franceses, más que por los austriacos o los alemanes. Pero lo cierto es que la historia la escriben los vencedores, y la verdad es que cada vez soy más esceptico sobre las tesis oficiales, máxime si van a favor del ganador.
Este libro tiene el mismo problema. La tesis principal es que la Segunda Guerra Mundial fue impulsada por Stalin, y no tanto por Hitler. En realidad, es como el "Archipiélago Gulag", pero aplicada al origen de la guerra. La obra de Aleksandr Solzhenitsyn nos descubrió la cruda realidad de los campos de concentración en la antigua URSS, cuando parecía que solo los nazis se habían dedicado al tema. Ahora (mejor, en 1992), Suvorov nos muestra como fue Stalin quien estuvo desde el principio impulsando que hubiera otra guerra mundial, con el objetivo de debilitar a los gobiernos democráticos y provocar la revolución socialista en todos ellos.
Y para ello necesitaban un "Rompehielos" que desestabilizara la precaria situación resultante de los tratados de Versalles. Esa figura fue la Alemania de Hitler, de hecho a Hitler le llamaban "El rompehielos".
La verdad es que el libro está escrito de una forma algo sensacionalista, lo que no quiere decir que no tenga rigor, ni mucho menos que sea aburrido. Este libro no se lee, se devora, es apasionante.
Entre los temas que mejor domina Suvorov está el del arte de la guerra, y son los pasajes relacionados con los "errores" tácticos cometidos por los soviéticos al principio de la guerra los que más interesantes me están resultado. Así, habla de la necesidad de tropas de reserva para ganar batallas, o de las tácticas de defensa frente a las de ataque a la hora de dotas las fronteras. Todo ello, para demostrar que estos errores no podían ser tales, sino que tenían que venir de que el objetivo de los soviéticos no era defender, sino atacar.
Suvorov describe cuerpo a cuerpo cómo la estrategía militar era de ataque, y no de defensa. Así se refiere al cuerpo de paracaidistas (sorprendente saber que la URSS era lides superaventajado en estos cuerpos, más después de haber leído lo que cuesta prepararlos en "Band of Brothers", flotilla fluvial, defensas, puentes, localización de los cuerpos de montaña...
La verdad es que uno empieza entusiasmado por lo interesante de las descripciones, pero termina un poco asfixiado por la prolijidad del análisis. Llega un momento en que lo único que quieres es que avance, porque ya has aceptado la teoría y no necesitas más y más pruebas. Desafortunadamente, no hay más avance porque el libro se detiene aquí: en demostrar que en el momento en que se iniciaron las hostilidades, Alemanía lo hizo a la desesperada, pero pillo a la URSS en calzones porque estaba preparándose para el ataque y no para la defensa.
Muy interesante es la descripción de los indicadores usados por los soviéticos para anticipar el previsible ataque de los alemanes: como necesitarían millones de abrigos de oveja, un indicador era el precio de la carne de oveja respecto al de la lana; como el aceite para las armas debería resistir baja temperaturas, también se analizaban los trapos de limpieza usados por los soldados alemanes.
Pues bien, ninguno de estos indicadores fue capaz de identificar que Alemanía iba a lanzar su ataque, lo que demuestra que la Wehrmacht no estaba preparada y que por tanto fue un ataque desesperado ante la amenaza de la ofensiva soviética.
En fin, aquí lo dejo. Pero que nadie pierda de vista las consecuencias que tendría aceptar que la guerra la empezaron, aunque no formalmente, los soviéticos. Sobre todo, para los países de Europa del Este que quedaron incorporados a su dominio.
Ya he comentado aquí "Sleepwalkers", donde la tesis es que la Primera Guerra Mundial fue impulsada por los franceses, más que por los austriacos o los alemanes. Pero lo cierto es que la historia la escriben los vencedores, y la verdad es que cada vez soy más esceptico sobre las tesis oficiales, máxime si van a favor del ganador.
Este libro tiene el mismo problema. La tesis principal es que la Segunda Guerra Mundial fue impulsada por Stalin, y no tanto por Hitler. En realidad, es como el "Archipiélago Gulag", pero aplicada al origen de la guerra. La obra de Aleksandr Solzhenitsyn nos descubrió la cruda realidad de los campos de concentración en la antigua URSS, cuando parecía que solo los nazis se habían dedicado al tema. Ahora (mejor, en 1992), Suvorov nos muestra como fue Stalin quien estuvo desde el principio impulsando que hubiera otra guerra mundial, con el objetivo de debilitar a los gobiernos democráticos y provocar la revolución socialista en todos ellos.
Y para ello necesitaban un "Rompehielos" que desestabilizara la precaria situación resultante de los tratados de Versalles. Esa figura fue la Alemania de Hitler, de hecho a Hitler le llamaban "El rompehielos".
La verdad es que el libro está escrito de una forma algo sensacionalista, lo que no quiere decir que no tenga rigor, ni mucho menos que sea aburrido. Este libro no se lee, se devora, es apasionante.
Entre los temas que mejor domina Suvorov está el del arte de la guerra, y son los pasajes relacionados con los "errores" tácticos cometidos por los soviéticos al principio de la guerra los que más interesantes me están resultado. Así, habla de la necesidad de tropas de reserva para ganar batallas, o de las tácticas de defensa frente a las de ataque a la hora de dotas las fronteras. Todo ello, para demostrar que estos errores no podían ser tales, sino que tenían que venir de que el objetivo de los soviéticos no era defender, sino atacar.
Suvorov describe cuerpo a cuerpo cómo la estrategía militar era de ataque, y no de defensa. Así se refiere al cuerpo de paracaidistas (sorprendente saber que la URSS era lides superaventajado en estos cuerpos, más después de haber leído lo que cuesta prepararlos en "Band of Brothers", flotilla fluvial, defensas, puentes, localización de los cuerpos de montaña...
La verdad es que uno empieza entusiasmado por lo interesante de las descripciones, pero termina un poco asfixiado por la prolijidad del análisis. Llega un momento en que lo único que quieres es que avance, porque ya has aceptado la teoría y no necesitas más y más pruebas. Desafortunadamente, no hay más avance porque el libro se detiene aquí: en demostrar que en el momento en que se iniciaron las hostilidades, Alemanía lo hizo a la desesperada, pero pillo a la URSS en calzones porque estaba preparándose para el ataque y no para la defensa.
Muy interesante es la descripción de los indicadores usados por los soviéticos para anticipar el previsible ataque de los alemanes: como necesitarían millones de abrigos de oveja, un indicador era el precio de la carne de oveja respecto al de la lana; como el aceite para las armas debería resistir baja temperaturas, también se analizaban los trapos de limpieza usados por los soldados alemanes.
Pues bien, ninguno de estos indicadores fue capaz de identificar que Alemanía iba a lanzar su ataque, lo que demuestra que la Wehrmacht no estaba preparada y que por tanto fue un ataque desesperado ante la amenaza de la ofensiva soviética.
En fin, aquí lo dejo. Pero que nadie pierda de vista las consecuencias que tendría aceptar que la guerra la empezaron, aunque no formalmente, los soviéticos. Sobre todo, para los países de Europa del Este que quedaron incorporados a su dominio.
jueves, 28 de enero de 2016
Soumission, de Michel Houllebecq
Este libro ha causado un cierto revuelo en el país vecino, que de hecho ha llevado al autor a esconderse por un tiempo, al parecer por temor al terrorismo islamista. Hombre, podría ser, pero conociendo al autor, y al afán legítimo de cualquiera por promocionar un nuevo libro suyo, igual ha sido una reacción exagerada.
De Houellebecq, que es un escritor de culto, he leído Les Particules élémentaires, que me dejó bastante indiferente, en parte por su obvia intención de provocar con las escenas pornográficas. No sé, quizá si lo volviera a leer lo entendería mejor.
Soumission me ha gustado, en parte por el sentido de humor que despliega. El planteamiento es original y hasta parece verosimil, más con lo que se está viviendo ahora en España.
Los partidos mayoritarios franceses, acosados por la corrupción y la inoperancia, desaparecen del escenario en unas elecciones tras la primera vuelta, dejando ésta en un enfrentamiento entre el partido de Le Pen y un partido musulmán moderado. En estas condiciones, ¿a quién apoyarían los partidos tradicionales? En el libro de Houellebecq optan por reconducir el voto de sus electores hacia el partido musulmán, que lógicamente resulta ganador y pasa a gobernar.
Lo que ocurre después se nos cuenta a través de la visión de un profesor universitario, cuyo área de conocimiento pierde bastante relevancia en este nuevo escenario. Entre las cosas más divertidas que pasan está la vertiginosa disminución del paro al prohibirse el trabajo de las mujeres. Y ello aderezado con las inevitables escenas sexuales que claramente sobran en esta novela. En fin, es Houellebecq, supongo que no lo puede evitar.
La conclusión que parece extraerse de la historia es, básicamente, que la sumisión no es tan terrible y que a lo mejor es la forma más fácil de conseguir la felicidad. En un tema que entronca con la Histoire d'Ô, citado por Houellebecq, y que procedí a leer con posterioridad.
De Houellebecq, que es un escritor de culto, he leído Les Particules élémentaires, que me dejó bastante indiferente, en parte por su obvia intención de provocar con las escenas pornográficas. No sé, quizá si lo volviera a leer lo entendería mejor.
Soumission me ha gustado, en parte por el sentido de humor que despliega. El planteamiento es original y hasta parece verosimil, más con lo que se está viviendo ahora en España.
Los partidos mayoritarios franceses, acosados por la corrupción y la inoperancia, desaparecen del escenario en unas elecciones tras la primera vuelta, dejando ésta en un enfrentamiento entre el partido de Le Pen y un partido musulmán moderado. En estas condiciones, ¿a quién apoyarían los partidos tradicionales? En el libro de Houellebecq optan por reconducir el voto de sus electores hacia el partido musulmán, que lógicamente resulta ganador y pasa a gobernar.
Lo que ocurre después se nos cuenta a través de la visión de un profesor universitario, cuyo área de conocimiento pierde bastante relevancia en este nuevo escenario. Entre las cosas más divertidas que pasan está la vertiginosa disminución del paro al prohibirse el trabajo de las mujeres. Y ello aderezado con las inevitables escenas sexuales que claramente sobran en esta novela. En fin, es Houellebecq, supongo que no lo puede evitar.
La conclusión que parece extraerse de la historia es, básicamente, que la sumisión no es tan terrible y que a lo mejor es la forma más fácil de conseguir la felicidad. En un tema que entronca con la Histoire d'Ô, citado por Houellebecq, y que procedí a leer con posterioridad.
miércoles, 27 de enero de 2016
The Orphan Master's Son, de Adam Johnson
Historia de un falso huérfano al que su padre, el Orphan Master del título, hizo pasar por tal para poder mantenerlo cerca. Lo más interesante de la historia, y lo que hizo que empezara con el libro, es que se ambienta en Corea del Norte, país del que no conozco mucho, ni siquiera novelas relacionadas con él.
El libro empieza con un impactante discurso del Dear Leader (el presidente) en el que, entre otras cosas, se recuerda que está prohíbido mirar las estrellas. Habrá más de este tipo de prohibiciones a lo largo de la historia. Si la novela se basa en cosas reales, como parece ser el caso según la entrevista al autor que hay al final del volumen, solo con esto se obtiene una buena impresión de lo que puede ser aquel paraíso comunista.
La novela se divide en dos partes, bien diferenciadas y con estructuras distintas.
En la primera se nos cuenta forma convencional la historia del protagonista hasta que acaba en una mina-prisión del régimen, momento en que parece que le perderemos de vista para siempre.
El protagonista Jun Do empieza realizando misiones en los túneles bajo la DMZ (Zona desmilitarizada en la frontera con Corea del Sur), de donde es reclutado para una misión especial en Japón (ni más ni menos que secuestrar una cantante de ópera para uno de los capitostes del régimen). De aquí pasará a ser radio-espia en un barco pesquero, de donde por diversas circunstancias termina siendo declarado héroe nacional y con un tatuaje del actriz oficial del régimen en el pecho.
Por fin, tras una extraña misión en EEUU en donde establece cierto contacto con algunas personas de aquel país, es internado en la mina a la que me referí, perdiendo el nombre. Así termina la primera parte.
En la segunda se intercalan tres narraciones: las cosas que le están pasando al comandante Ga (en quien el protagonista se ha impersonado); la historia en primera persona del agente que le interroga, y la historia del comandante Ga según la cuenta el régimen a través de los altavoces.
La verdad es que está segunda parte está contada de forma muy confusa y se tarda un rato hasta enterarse de qué te están contando y en qué orden va. Y es que en general se trata un libro no muy bien narrado, con una historia bastante extraña y difícil de seguir, y cuyo interés residia para mí, sobre todo, en las condiciones de vida del país norcoreano.
Lo cierto es que, aunque hay trazos sobre éstas, tampoco abundan en el libro. Por ejemplo, toda la primera parte transcurre fuera de lo que serían las condiciones de vida habituales en Corea, (túneles, un barco, EEUU). En la segunda la acción se centra en Pyongyang, pero ni la historia directa del protagonista ni la narración por los altavoces nos permiten ver mucho de esas condiciones de vida.
Se nos permite la visión de algunos "usos" tremebundos, como la asignación de maridos a esposas viudas (enviudadas), la lobotomía como forma de reeducación o las cabras en lo alto de los edificios residenciales.
Como digo, aparte de esto y algunos de los discursos del dictador, el libro no es especialmente interesante. Además, se me ha hecho ardúo de leer. Pero bueno, menos da una piedra
El libro empieza con un impactante discurso del Dear Leader (el presidente) en el que, entre otras cosas, se recuerda que está prohíbido mirar las estrellas. Habrá más de este tipo de prohibiciones a lo largo de la historia. Si la novela se basa en cosas reales, como parece ser el caso según la entrevista al autor que hay al final del volumen, solo con esto se obtiene una buena impresión de lo que puede ser aquel paraíso comunista.
La novela se divide en dos partes, bien diferenciadas y con estructuras distintas.
En la primera se nos cuenta forma convencional la historia del protagonista hasta que acaba en una mina-prisión del régimen, momento en que parece que le perderemos de vista para siempre.
El protagonista Jun Do empieza realizando misiones en los túneles bajo la DMZ (Zona desmilitarizada en la frontera con Corea del Sur), de donde es reclutado para una misión especial en Japón (ni más ni menos que secuestrar una cantante de ópera para uno de los capitostes del régimen). De aquí pasará a ser radio-espia en un barco pesquero, de donde por diversas circunstancias termina siendo declarado héroe nacional y con un tatuaje del actriz oficial del régimen en el pecho.
Por fin, tras una extraña misión en EEUU en donde establece cierto contacto con algunas personas de aquel país, es internado en la mina a la que me referí, perdiendo el nombre. Así termina la primera parte.
En la segunda se intercalan tres narraciones: las cosas que le están pasando al comandante Ga (en quien el protagonista se ha impersonado); la historia en primera persona del agente que le interroga, y la historia del comandante Ga según la cuenta el régimen a través de los altavoces.
La verdad es que está segunda parte está contada de forma muy confusa y se tarda un rato hasta enterarse de qué te están contando y en qué orden va. Y es que en general se trata un libro no muy bien narrado, con una historia bastante extraña y difícil de seguir, y cuyo interés residia para mí, sobre todo, en las condiciones de vida del país norcoreano.
Lo cierto es que, aunque hay trazos sobre éstas, tampoco abundan en el libro. Por ejemplo, toda la primera parte transcurre fuera de lo que serían las condiciones de vida habituales en Corea, (túneles, un barco, EEUU). En la segunda la acción se centra en Pyongyang, pero ni la historia directa del protagonista ni la narración por los altavoces nos permiten ver mucho de esas condiciones de vida.
Se nos permite la visión de algunos "usos" tremebundos, como la asignación de maridos a esposas viudas (enviudadas), la lobotomía como forma de reeducación o las cabras en lo alto de los edificios residenciales.
Como digo, aparte de esto y algunos de los discursos del dictador, el libro no es especialmente interesante. Además, se me ha hecho ardúo de leer. Pero bueno, menos da una piedra
martes, 26 de enero de 2016
Historia de las tierras y los lugares legendarios, de Umberto Eco
Umberto Eco es uno de mis escritores preferidos, uno de esos cuyos libros trato de leer nada más conozco de su existencia. Aparte del famosísimo El nombre de la Rosa, llevado al cine con Sean Connery en el papel protagonista, me gustaron bastante, por distintas razones, El Péndulo de Foucault y Baudolino.
Cuando las Navidades de 2014 vi que había publicado este libro, mi interés se disparó sobre lo que sería otra obra del señor Eco (por ejemplo, la más reciente Número Cero, que también he leído este año y a la que en algún momento dedicaré un comentario), ya que el tema es uno de los que tradicionalmente me resulta atractivo. No olvidéis mi pasado como Ferhergón.
El libro, sin embargo, no es tal, sino más bien un publi-reportaje con espléndidas imágenes de dichos lugares legendarios acompañados por breves textos del autor, describiendo la leyenda. Es claramente material reciclado por el señor Eco, principalmente procedente de la documentación la ya citada novela Baudolino, aunque debidamente completado con muchos otros lugares "legendarios".
Las altas expectativas iniciales claramente no se compadecen con el contenido del libro. Aunque quizá me estaba engañando a mí mismo, no sé qué se podía esperar de un libro con el título de referencia. El problema adicional es que la mayor parte de las leyendas recogidas son generalmente conocidas (por lo menos, para mí), por lo que al final la única novedad eran los grabados e imágenes que acompañan al texto.
Cuando las Navidades de 2014 vi que había publicado este libro, mi interés se disparó sobre lo que sería otra obra del señor Eco (por ejemplo, la más reciente Número Cero, que también he leído este año y a la que en algún momento dedicaré un comentario), ya que el tema es uno de los que tradicionalmente me resulta atractivo. No olvidéis mi pasado como Ferhergón.
El libro, sin embargo, no es tal, sino más bien un publi-reportaje con espléndidas imágenes de dichos lugares legendarios acompañados por breves textos del autor, describiendo la leyenda. Es claramente material reciclado por el señor Eco, principalmente procedente de la documentación la ya citada novela Baudolino, aunque debidamente completado con muchos otros lugares "legendarios".
Las altas expectativas iniciales claramente no se compadecen con el contenido del libro. Aunque quizá me estaba engañando a mí mismo, no sé qué se podía esperar de un libro con el título de referencia. El problema adicional es que la mayor parte de las leyendas recogidas son generalmente conocidas (por lo menos, para mí), por lo que al final la única novedad eran los grabados e imágenes que acompañan al texto.
lunes, 25 de enero de 2016
La vida es sueño, de Calderón de la Barca
IMPRESIONANTE.
No sé si había leído esta obra de teatro en mi lejana juventud, pero la acabo de (volver a) leer y me he quedado sin habla. Es sencillamente maravillosa.
Conste que no me emociona especialmente el teatro español del Siglo de Oro. Encuentro que normalmente las tramas son insulsas y al final todo se concentra en la rima y en ver si entiendes todas las referencias a la época. Quizá es que no reflexiono suficiente sobre lo que leo cuando lo hago. De todas formas, es lógico que con toda la producción que tenía, por ejempo, Lope de Vega, no quepa esperar grandes cosas en la mayoría de sus obras.
En todo caso, La vida es sueño me ha dejado impactado. Creo que es justificable que la califiquen como la obra cumbre del teatro español, y desde luego en mi ranking particular de obras de teatro se ha encaramado directamente en el segundo puesto.
¿Qué es lo que maravilla de La vida es sueño? Por supuesto, no la trama, que es la habitual sucesión de hijos y padres perdidos que se redescubren. La historia principal la protagoniza Segismundo prisionero en una torre desde pronta edad por las típicas razones absurdas. En un momento dado, el padre decide ponerle en su sitio para que gobierne el reinado, con la previsión de que si lo hace mal le devolverá a la prisión haciéndole cree que el periodo de gobierno fue un sueño. Por supuesto, en su primera tentativa Segismundo resulta un tirano caprichoso y arbitrario, y es devuelto a su prisión. Cuando se le dé la segunda oportunidad, su gobierno será mucho más sabio, en parte porque se planteará constantemente si no será un sueño del que deba despertarse.
Sobre esta historia lo que tenemos son magníficos monologos de todos los personajes, pero especialmente del protagonista, en los que se reflexiona y filosofa con gran vigencia sobre muchos de los aspectos de nuestra vida, y en particular sobre el poder y la forma de ejercerlo. ¿Reflexiones de interés para nuestros políticos?
Todo ello además en verso. Lo dicho: lectura obligada.
No sé si había leído esta obra de teatro en mi lejana juventud, pero la acabo de (volver a) leer y me he quedado sin habla. Es sencillamente maravillosa.
Conste que no me emociona especialmente el teatro español del Siglo de Oro. Encuentro que normalmente las tramas son insulsas y al final todo se concentra en la rima y en ver si entiendes todas las referencias a la época. Quizá es que no reflexiono suficiente sobre lo que leo cuando lo hago. De todas formas, es lógico que con toda la producción que tenía, por ejempo, Lope de Vega, no quepa esperar grandes cosas en la mayoría de sus obras.
En todo caso, La vida es sueño me ha dejado impactado. Creo que es justificable que la califiquen como la obra cumbre del teatro español, y desde luego en mi ranking particular de obras de teatro se ha encaramado directamente en el segundo puesto.
¿Qué es lo que maravilla de La vida es sueño? Por supuesto, no la trama, que es la habitual sucesión de hijos y padres perdidos que se redescubren. La historia principal la protagoniza Segismundo prisionero en una torre desde pronta edad por las típicas razones absurdas. En un momento dado, el padre decide ponerle en su sitio para que gobierne el reinado, con la previsión de que si lo hace mal le devolverá a la prisión haciéndole cree que el periodo de gobierno fue un sueño. Por supuesto, en su primera tentativa Segismundo resulta un tirano caprichoso y arbitrario, y es devuelto a su prisión. Cuando se le dé la segunda oportunidad, su gobierno será mucho más sabio, en parte porque se planteará constantemente si no será un sueño del que deba despertarse.
Sobre esta historia lo que tenemos son magníficos monologos de todos los personajes, pero especialmente del protagonista, en los que se reflexiona y filosofa con gran vigencia sobre muchos de los aspectos de nuestra vida, y en particular sobre el poder y la forma de ejercerlo. ¿Reflexiones de interés para nuestros políticos?
Todo ello además en verso. Lo dicho: lectura obligada.
domingo, 24 de enero de 2016
Go Set a Watchman, de Harper Lee
Casualidades de la vida. No había leído "To kill a Mocking-Bird" hasta este año. Y resulta que en julio se publica la segunda parte del mismo y segunda novela de la autora, que hasta el momento solo había publicado un libro.
Dedicaré otro post a la magnífica e imprescindible "To kill a Mocking-Bird". Aquí hablaré solo de esta segunda parte.
Es presumiblemente tan autobiográfica como la primera, pero en esta ocasión nos encontramos a la protagonista ya toda una mujer, que vuelve de su sofistica vida en New York a pasar unos días a su pueblo de Maycomb. Allí le esperan algunos de los entrañables personajes que conocimos en la primera parte, entre ellos, por supuesto, el genial Atticus.
Por desgracia, la historia carece del atractivo de la primera, en primer lugar porque ya no nos lo cuenta una niña con su ingenuidad. Y en segundo lugar, porque deja de ser costumbrista, ya no está tan interesada en contarnos la vida cotidiana de Maycomb o de sus habitantes. Ello no quiere decir que no esté magníficamente escrita, solo que los episodios que nos cuenta no acaban de interesar, ni tampoco de estan bien hilvanados.
Lo más interesante es el conflicto con Atticus, del que sacaremos la extraña conclusión de que es la lección que le faltaba por aprender a Scout. Algo así como cuando Obi Wan Kenobi se deja matar en La guerra de las Galaxías: no tenemos claro por qué lo hace, pero lo hace por Luke.
En efecto, Scout descubre que no siempre está de acuerdo con su padre, al que hasta aquel momento profesabe incontestable admiración. En un tema de bastante importancia, Atticus toma una posición que Scout no comparte; Scout parece creer que debe de haber una razón oculta, por Atticus no puede estar equivocado. Sin embargo, la realidad es más pedestre: es simplemente que tienen visiones distintas sobre un mismo asunto. Y esta es la lección final, el sacrificio que hace Atticus: su aura de perfección a cambio de que su hija sea capaz de defender su propia opinión, incluso respecto a su admirado padre.
En la novela se hace una rápida referencia a los eventos que ocurrieron en "To kill a Mocking Bird", pero no hay voluntad de secuela ni de precuela, salvo quizá en la relación con Atticus.
Dedicaré otro post a la magnífica e imprescindible "To kill a Mocking-Bird". Aquí hablaré solo de esta segunda parte.
Es presumiblemente tan autobiográfica como la primera, pero en esta ocasión nos encontramos a la protagonista ya toda una mujer, que vuelve de su sofistica vida en New York a pasar unos días a su pueblo de Maycomb. Allí le esperan algunos de los entrañables personajes que conocimos en la primera parte, entre ellos, por supuesto, el genial Atticus.
Por desgracia, la historia carece del atractivo de la primera, en primer lugar porque ya no nos lo cuenta una niña con su ingenuidad. Y en segundo lugar, porque deja de ser costumbrista, ya no está tan interesada en contarnos la vida cotidiana de Maycomb o de sus habitantes. Ello no quiere decir que no esté magníficamente escrita, solo que los episodios que nos cuenta no acaban de interesar, ni tampoco de estan bien hilvanados.
Lo más interesante es el conflicto con Atticus, del que sacaremos la extraña conclusión de que es la lección que le faltaba por aprender a Scout. Algo así como cuando Obi Wan Kenobi se deja matar en La guerra de las Galaxías: no tenemos claro por qué lo hace, pero lo hace por Luke.
En efecto, Scout descubre que no siempre está de acuerdo con su padre, al que hasta aquel momento profesabe incontestable admiración. En un tema de bastante importancia, Atticus toma una posición que Scout no comparte; Scout parece creer que debe de haber una razón oculta, por Atticus no puede estar equivocado. Sin embargo, la realidad es más pedestre: es simplemente que tienen visiones distintas sobre un mismo asunto. Y esta es la lección final, el sacrificio que hace Atticus: su aura de perfección a cambio de que su hija sea capaz de defender su propia opinión, incluso respecto a su admirado padre.
En la novela se hace una rápida referencia a los eventos que ocurrieron en "To kill a Mocking Bird", pero no hay voluntad de secuela ni de precuela, salvo quizá en la relación con Atticus.
sábado, 23 de enero de 2016
Les Drames de Paris - L'Héritage Mystériux, de Pierre Alexis Ponson du Terrail
Tenía muchas ganas de leer un libro de este autor. Bueno, más bien con el protagonista de la serie por la que monsieur Ponson du Terrail se lanzó a la fama. Me refiero al insigne Rocambole, del cual viene el calificativo "rocambolesco", para calificar aquella situación increíblemente liosa.
Lógicamente, tenía ganas de ver si los libros de Rocambole son tan rocambolescos como el personaje hace pensar. Y la verdad es que no me decepcionó en absoluto. La historia es una sucesión de situaciones rocambolescas en el mejor sentido del término. Todos los personajes involucrados tienen verdaderas ideas de bombero para resolver los problemas que se van plateando, lo que nos lleva a situaciones extrañísimas. Pero no de forma accidental, sino porque los personajes son así de brillantes.
Una cosa curiosa es que el tal Rocambole no aparece hasta pasada la mitad del relato. De hecho, por momentos parece que no va a aparecer, lo que me hizo plantearme seriamente si estaba leyendo una novela de la serie de Rocambole, u simplemente una novela rocambolesca del mismo autor.
Lo cierto es que sí termina apareciendo, como ayudante de una posadera ayudante del malo de la historia. Es claramente un personaje secundario, un niño de 10-12 años si no recuerdo mal, pero que muestra rápidamente gran iniciativa y decisión, y por qué no, falta de escrúpulos en sus actuaciones. De hecho, también resulta chocante que aparezca como villano, no como héroe. Parece que será más adelante cuando Ponsol de Terrail comienzo a explotar esta faceta del personaje, con posterioridad a la serie Les Drames de Paris, de la que la presente novela es la primera entrega.
He de decir que el amigo Ponsol du Terrail escribe muy bien y de forma muy entretenida, pero que mete algunos pufos de escándalo en su narración. Parece que es uno de sus rasgos más conocidos: el tío escribía un montón, pero de releerse lo escrito nada de nada. Aquí creo recordar que la primera ver que sale Rocambole tiene 10 años, y a las dos semanas ya nos lo pintan con 15.
En fin, lectura de aventuras para disfrutar. Pero también es cierto que ahora exigimos de estas novelas más sofisticación y menos situación rocambolesca, por lo que creo que es difícil que siga leyendo la serie.
Lógicamente, tenía ganas de ver si los libros de Rocambole son tan rocambolescos como el personaje hace pensar. Y la verdad es que no me decepcionó en absoluto. La historia es una sucesión de situaciones rocambolescas en el mejor sentido del término. Todos los personajes involucrados tienen verdaderas ideas de bombero para resolver los problemas que se van plateando, lo que nos lleva a situaciones extrañísimas. Pero no de forma accidental, sino porque los personajes son así de brillantes.
Una cosa curiosa es que el tal Rocambole no aparece hasta pasada la mitad del relato. De hecho, por momentos parece que no va a aparecer, lo que me hizo plantearme seriamente si estaba leyendo una novela de la serie de Rocambole, u simplemente una novela rocambolesca del mismo autor.
Lo cierto es que sí termina apareciendo, como ayudante de una posadera ayudante del malo de la historia. Es claramente un personaje secundario, un niño de 10-12 años si no recuerdo mal, pero que muestra rápidamente gran iniciativa y decisión, y por qué no, falta de escrúpulos en sus actuaciones. De hecho, también resulta chocante que aparezca como villano, no como héroe. Parece que será más adelante cuando Ponsol de Terrail comienzo a explotar esta faceta del personaje, con posterioridad a la serie Les Drames de Paris, de la que la presente novela es la primera entrega.
He de decir que el amigo Ponsol du Terrail escribe muy bien y de forma muy entretenida, pero que mete algunos pufos de escándalo en su narración. Parece que es uno de sus rasgos más conocidos: el tío escribía un montón, pero de releerse lo escrito nada de nada. Aquí creo recordar que la primera ver que sale Rocambole tiene 10 años, y a las dos semanas ya nos lo pintan con 15.
En fin, lectura de aventuras para disfrutar. Pero también es cierto que ahora exigimos de estas novelas más sofisticación y menos situación rocambolesca, por lo que creo que es difícil que siga leyendo la serie.
Gullivers Reisen, de Erich Kästner
Adaptación de la novela homónima de Jonathan Swift, en este caso para lectura de los niños alemanes.
Ya he hablado aquí de una obra similar (Baron von Munchhäusen Erzählt) y la historia de los viajes de Gulliver es sobradamente conocida. Tanto el vocabulario como el estilo de Kästner dan valor añadido a la lectura en alemán, sobre todo si el objetivo es consolidar el idioma.
La historia se concentra en los dos primeros viajes de Gulliver, los que realiza a la tierra de los enanos y a la de los gigantes. Como es sabido, en la novela original Gulliver también viaja a la tierra de los yahoos (¿no sabíais de donde venía el nombre?) y de los Houyhnhnms, así como a la isla flotante de Laputa.
A cambio, Kästner añade de su cosecha algunas entrañables escenas familiares en la casa de Gulliver.
Ya he hablado aquí de una obra similar (Baron von Munchhäusen Erzählt) y la historia de los viajes de Gulliver es sobradamente conocida. Tanto el vocabulario como el estilo de Kästner dan valor añadido a la lectura en alemán, sobre todo si el objetivo es consolidar el idioma.
La historia se concentra en los dos primeros viajes de Gulliver, los que realiza a la tierra de los enanos y a la de los gigantes. Como es sabido, en la novela original Gulliver también viaja a la tierra de los yahoos (¿no sabíais de donde venía el nombre?) y de los Houyhnhnms, así como a la isla flotante de Laputa.
A cambio, Kästner añade de su cosecha algunas entrañables escenas familiares en la casa de Gulliver.
viernes, 22 de enero de 2016
The Casual Vacancy, de J.K. Rowling
Me intereso por este libro tras haber oído hablar de la miniserie homónima producida por la BBC. Además, la autoría de JK Rowling, creadora de Harry Potter, contribuye al atractivo de la novela. He de decir que la saga Harry Potter tiene capítulos y personajes memorables, una vez se superan los inicios infantiles que llegan aproximadamente hasta el tercero de los libros (más o menos hasta que desaparece el quidditch de la narrativa). El profesor Snape es sencillamente impagable, sobre todo en la lectura, no tanto en las películas.
La novela trata de las intrigas en un pequeño pueblo inglés para hacerse con el poder tras la repentina muerte de uno de los "concejales". Rápidamente aparecen interesados y facciones, en torno a las cuales orbita la trama, en la que también pululan otros muchos personajes de interés. Todo queda aderezado por los sucesivos comentarios sobre los candidatos en la página web del ayuntamiento, realizados por algunos de los habitantes bajo el nombre del fantasma del concejal muerto.
Rowling profundiza en la psicología y motivaciones de los personajes de una forma espléndida, algo que no es capaz de conseguir la serie, como es lógico. No hay resquicios para la ironía y pocos para el sarcasmo, la narración es bastante cruda contra lo que cabría esperar. No se trata de satirizar las costumbres rurales de la Inglaterra profunda, ni siquiera del ansia por un poder ridículo a ojos de un tercero.
El libro se deja leer con interés y hasta compulsión, porque está bien escrito. Y porque parece que en algún momento va a haber un giro argumental que coloque cada historia en su sitio y nos deje ver la figura del mosaíco. Sin embargo, este giro no termina de llegar, como tampoco lo hace en la serie, y nos quedamos con una magnífica historia con un final trágico.
Por cierto, parece mentira que en la serie no pusieran la misma escena final que ocurre en la novela, y que es sencillamente espectacular. Solo una pista: involucra la canción "Under my umbrella".
La novela trata de las intrigas en un pequeño pueblo inglés para hacerse con el poder tras la repentina muerte de uno de los "concejales". Rápidamente aparecen interesados y facciones, en torno a las cuales orbita la trama, en la que también pululan otros muchos personajes de interés. Todo queda aderezado por los sucesivos comentarios sobre los candidatos en la página web del ayuntamiento, realizados por algunos de los habitantes bajo el nombre del fantasma del concejal muerto.
Rowling profundiza en la psicología y motivaciones de los personajes de una forma espléndida, algo que no es capaz de conseguir la serie, como es lógico. No hay resquicios para la ironía y pocos para el sarcasmo, la narración es bastante cruda contra lo que cabría esperar. No se trata de satirizar las costumbres rurales de la Inglaterra profunda, ni siquiera del ansia por un poder ridículo a ojos de un tercero.
El libro se deja leer con interés y hasta compulsión, porque está bien escrito. Y porque parece que en algún momento va a haber un giro argumental que coloque cada historia en su sitio y nos deje ver la figura del mosaíco. Sin embargo, este giro no termina de llegar, como tampoco lo hace en la serie, y nos quedamos con una magnífica historia con un final trágico.
Por cierto, parece mentira que en la serie no pusieran la misma escena final que ocurre en la novela, y que es sencillamente espectacular. Solo una pista: involucra la canción "Under my umbrella".
jueves, 21 de enero de 2016
La princesse de Clèves, de Madame de La Fayette
Ejemplar de lo que se podría llamar literatura cortesana, algo así como una revista rosa de época.
Apenas me he asomado al género, y no me han quedado muchas ganas de hacerlo tras esta lectura.
Se nos cuentan las intrigas amorosas en la corte francesa de Henri II, que ocurre en torno a la protagonista, y en las que ésta trata por todos los medios de evitar verse envuelta.
Pensaba que la lectura merecería la pena por sus aspectos costumbristas, pero lo cierto es que apenas algo de esto se podrá encontrar en la novela. Esta empieza con prolijo recuento de personajes e intereses cruzados entre ellos, en relación con sus familias y descendencias, y por tanto las relaciones que podrían ser recomendables en cada caso. Aquí me perdí ya por completo, por lo que anduve cual naúfrago en el resto del libro, a lo que no ayuda el que un mismo personaje a veces sea referido por su nombre de pila y otras por su título nobiliario.
Creo recordar que en algún momento de la narración hay una intriga amorosa entre la princesa de Cléves y un noble de alta alcurnia que, pese a la fidelidad a ultranza de la primera, desata la desconfianza del marido de ésta. En realidad, el libro trata de un tema tan lejano a la actualidad y tan difícil de entender desde la perspectiva presente, que se hace bastante indigesto, en lo que también colabora el poco ágil estilo de la escritora.
Apenas me he asomado al género, y no me han quedado muchas ganas de hacerlo tras esta lectura.
Se nos cuentan las intrigas amorosas en la corte francesa de Henri II, que ocurre en torno a la protagonista, y en las que ésta trata por todos los medios de evitar verse envuelta.
Pensaba que la lectura merecería la pena por sus aspectos costumbristas, pero lo cierto es que apenas algo de esto se podrá encontrar en la novela. Esta empieza con prolijo recuento de personajes e intereses cruzados entre ellos, en relación con sus familias y descendencias, y por tanto las relaciones que podrían ser recomendables en cada caso. Aquí me perdí ya por completo, por lo que anduve cual naúfrago en el resto del libro, a lo que no ayuda el que un mismo personaje a veces sea referido por su nombre de pila y otras por su título nobiliario.
Creo recordar que en algún momento de la narración hay una intriga amorosa entre la princesa de Cléves y un noble de alta alcurnia que, pese a la fidelidad a ultranza de la primera, desata la desconfianza del marido de ésta. En realidad, el libro trata de un tema tan lejano a la actualidad y tan difícil de entender desde la perspectiva presente, que se hace bastante indigesto, en lo que también colabora el poco ágil estilo de la escritora.
What is this thing called Science?, de Alan F. Chalmers
Breve ensayo en que se resumen las principales teorías sobre la ciencia que se han propuesto. Se trata de un librito bastante conocido en el ámbito de la filosfía del conocimiento, y que ha conocido varias actualizaciones.
Se resumen bastante bien el método científico y sus limitaciones; la visión Popperiana de la cienda y la importancia de la refutación ("falsificationism") en el avance científico; y la visión de Thomas Kuhn en lo referente a la ciencia como paradigma. A partir de aquí, la cosa se complica bastante con otros enfoques más modernos, que a mí entender no añaden demasiado sobre las ideas previas. De hecho, Chalmers, les dedica bastante menos espacio. Pero más o menos hasta el capítulo 9 la cosa mantiene el interés.
¿Por qué leer algo sobre la filosofía de la ciencia? Bueno, los que estamos metidos en esto de la teoría económica austriaca tenemos una batalla (quizá, la guerra) con el resto de los teóricos al respecto de la metodología correcta para desarrollar la ciencia económica. La mayor parte de los economistas son positivistas y creen que la ciencia económica se ha de desarrollar de la misma forma que las ciencias, digamos, naturales: o sea, con el método científico: observación, formulación de teoría, desarrollo de consecuencias, experimentación para contrastarlas.
Los austriacos pensamos que eso es imposible para la ciencia económica por una sencilla razón: el método científico presupone que las relaciones entre las variables se mantienen (por ejemplo, desde la primera observación hasta la experimentación de contraste) y ello es correcto si los "actores" son inanimados. Pero en el caso de la economía es el individuo el "actor", y el hombre no es precisamente inanimado: cambiamos de opinión, de gustos, de todo... por lo que asumir que las relaciones se van a mantener en el tiempo es bastante incorrecto.
En todo caso, el libro, que está muy bien, arroja realmente poca luz sobre la cuestión antecedente, que era la que a mí me interesaba más. Está muy enfocado a las ciencias naturales. Una de las aportaciones más interesantes y apasionantes son los ejemplos de desarrollo científico que utiliza para ilustrar los defectos que cada enfoque. Eso sí, algunas veces son ardúos de seguir.
Tengo en la cartera The Structure of Scientific Revolutions de Thoman Kuhn para próxima lectura.
Se resumen bastante bien el método científico y sus limitaciones; la visión Popperiana de la cienda y la importancia de la refutación ("falsificationism") en el avance científico; y la visión de Thomas Kuhn en lo referente a la ciencia como paradigma. A partir de aquí, la cosa se complica bastante con otros enfoques más modernos, que a mí entender no añaden demasiado sobre las ideas previas. De hecho, Chalmers, les dedica bastante menos espacio. Pero más o menos hasta el capítulo 9 la cosa mantiene el interés.
¿Por qué leer algo sobre la filosofía de la ciencia? Bueno, los que estamos metidos en esto de la teoría económica austriaca tenemos una batalla (quizá, la guerra) con el resto de los teóricos al respecto de la metodología correcta para desarrollar la ciencia económica. La mayor parte de los economistas son positivistas y creen que la ciencia económica se ha de desarrollar de la misma forma que las ciencias, digamos, naturales: o sea, con el método científico: observación, formulación de teoría, desarrollo de consecuencias, experimentación para contrastarlas.
Los austriacos pensamos que eso es imposible para la ciencia económica por una sencilla razón: el método científico presupone que las relaciones entre las variables se mantienen (por ejemplo, desde la primera observación hasta la experimentación de contraste) y ello es correcto si los "actores" son inanimados. Pero en el caso de la economía es el individuo el "actor", y el hombre no es precisamente inanimado: cambiamos de opinión, de gustos, de todo... por lo que asumir que las relaciones se van a mantener en el tiempo es bastante incorrecto.
En todo caso, el libro, que está muy bien, arroja realmente poca luz sobre la cuestión antecedente, que era la que a mí me interesaba más. Está muy enfocado a las ciencias naturales. Una de las aportaciones más interesantes y apasionantes son los ejemplos de desarrollo científico que utiliza para ilustrar los defectos que cada enfoque. Eso sí, algunas veces son ardúos de seguir.
Tengo en la cartera The Structure of Scientific Revolutions de Thoman Kuhn para próxima lectura.
miércoles, 20 de enero de 2016
Emil und die Detektive, de Erich Kästner
Esta es una de las obras más conocidas del autor, y la primera que he leído del señor Kästner. Parece mentira con lo cantidad de libros que cree uno haber leído, que en pleno 2015 no conociera a este autor. Es casi como no saber quién es Lewis Carroll, Enid Blyton o Saint-Exuspery. Pero, claro, es que el interés en España por los autores alemanes es bastante limitado. Y quizá no es solo algo que ocurre en España.
El caso es que Kästner es una asignatura pendiente para todos a los que os guste la literatura infantil para adultos; para mí ya no, que me he leído (y sigo leyendo) muchos de sus libros este año.
Una de las cosas curiosas de Kästner es que le gusta hacer prólogos y epílogos sobre las condiciones (reales o imaginadas) en que ha escrito la novela en cuestión. No tienen nada que ver con la historia, pero son bastante jugosos y nos dejan entrever agudos análisis realizados con candidez, como para un niño. Y seguramente para un niño. Sin embargo, cuando leo a Kästner tengo la sospecha que no escribía exclusivamente para niños, algunos de sus comentarios parecen ir dirigidos a adultos o al menos a niños maduros. Desde luego, son libros de un nivel superior a los de, por ejemplo, Barco de Vapor, que he tenido ocasión de leer a mis hijos. Quizá es que los niños alemanes maduran antes que los españoles, incluidos los adultos.
Emilio y los Detectives es una historia bastante original. El protagonista, que luego lo sería de otras entregas, viaja a Berlin con una gran cantidad de dinero. Este dinero le hes sustraído mientras duerme por su vecino de vagón. ¿Qué hacer en tan adversa circunstancia?
Emil monta un ejército de niños que le ayuden a identificar y localizar al sospechoso. Con la ayuda de los cabecillas de la pandilla, montará una operación logística de tremenda envergadura, incluida centralita telefónica, para conseguir su objetivo. Por supuesto, los esfuerzos de Emil y sus amigos detectives se verán coronados por el éxito. De la misma forma que la novela de Kästner, de la que se han hecho varias películas.
Me atrevería recomendarla incluso para su lectura en español.
El caso es que Kästner es una asignatura pendiente para todos a los que os guste la literatura infantil para adultos; para mí ya no, que me he leído (y sigo leyendo) muchos de sus libros este año.
Una de las cosas curiosas de Kästner es que le gusta hacer prólogos y epílogos sobre las condiciones (reales o imaginadas) en que ha escrito la novela en cuestión. No tienen nada que ver con la historia, pero son bastante jugosos y nos dejan entrever agudos análisis realizados con candidez, como para un niño. Y seguramente para un niño. Sin embargo, cuando leo a Kästner tengo la sospecha que no escribía exclusivamente para niños, algunos de sus comentarios parecen ir dirigidos a adultos o al menos a niños maduros. Desde luego, son libros de un nivel superior a los de, por ejemplo, Barco de Vapor, que he tenido ocasión de leer a mis hijos. Quizá es que los niños alemanes maduran antes que los españoles, incluidos los adultos.
Emilio y los Detectives es una historia bastante original. El protagonista, que luego lo sería de otras entregas, viaja a Berlin con una gran cantidad de dinero. Este dinero le hes sustraído mientras duerme por su vecino de vagón. ¿Qué hacer en tan adversa circunstancia?
Emil monta un ejército de niños que le ayuden a identificar y localizar al sospechoso. Con la ayuda de los cabecillas de la pandilla, montará una operación logística de tremenda envergadura, incluida centralita telefónica, para conseguir su objetivo. Por supuesto, los esfuerzos de Emil y sus amigos detectives se verán coronados por el éxito. De la misma forma que la novela de Kästner, de la que se han hecho varias películas.
Me atrevería recomendarla incluso para su lectura en español.
martes, 19 de enero de 2016
Er ist wieder da, de Timur Vermes
Divertídisima novela sobre un Hitler resucitado en la Alemania de nuestro tiempo.
Parece que la figura de Adolf Hitler está empezando a dejar de ser tabú en Alemania, y así ha ocurrido que este escritor se ha atrevido a hacer una novela como la que comento, algo que creo impensable hace unos pocos años. No solo la ha escrito, sino que ha sido un gran éxito en el país teutón, hasta el punto de que también se ha hecho una película.
La novela está francamente bien, y es bastante divertida. Lo digo porque he pillado bastantes de los chistes y bromas que la componen, aunque estoy seguro de que mi alemán no da para captar no ya el 100% de los chistes o situaciones, ni siquiera el 50%. Una cosa que ya digo para tranquilidad de posibles interesados en su lectura, y es que no hace falta conoocer la actualidad alemana para disfrutarla.
El planteamiento es el siguiente: Hitler se despierta en un descampado de Berlin como si nada hubiera pasado desde su desaparición en la 2ª Guerra Mundial, lo que implica que va con uniforme y todo. Empieza a deambular por la ciudad, y pronto se encuentra con un quiosquero. Él sigue siendo Hitler y se comporta como tal, pero lo que ocurre es que nadie a su alrededor cree que sea Hitler y lo toman por un imitador. Y un muy buen imitador, por lo que resulta divertido. Así pues, tenemos a Hitler embarcado en una exitosa carrera de humorista, cuando realmente él está convencido de estar relanzando su actividad política.
En este contexto, se suceden situaciones y diálogos desternillantes, siempre con la asunción de que Hitler no es consciente de que no le toman en serio, o sea, desde una ingenuidad extraña. La novela está escrita en primera persona, lo que seguramente dará a los que hayan leído Mein Kampf nuevas oportunidades de reir, dado que el estilo es similar al de la "obra magna" de Hitler. Yo confieso haber leído un poco (por eso me atrevo con la anterior afirmación), y hasta haberme parecido interesante al principio (la parte que parece más autobiográfica), pero la dejé en un 7% y no sé si seguiré con ella en algún momento.
Quizá de las escenas más divertidas es una en la que está reunido con el comité de redacción que le asesora en su primera aparición, y uno de los componentes le dice que, cuidado, que el tema de los judios es un asunto serio. A lo que Hitler responde, como era de esperar, que por supuesto que lo es.
Una observación más: este tipo de novelas paródicas en que un personaje famoso viaja en el tiempo y crítica las costumbres de la época por parecerle absurdas es bastante habitual. En ellas, el protagonista asume un cierto grado de superioridad moral sobre los nuevos usos; lo mismo ocurre con Hitler en esta novela. Sin embargo, uno no puede dejar de sentirse incomodo ante esta supuesta"superioridad moral" que presenta uno de los grandes criminales de la historia reciente. Hecha abstracción de este asuntillo, la carcajada está asegurada.
Parece que la figura de Adolf Hitler está empezando a dejar de ser tabú en Alemania, y así ha ocurrido que este escritor se ha atrevido a hacer una novela como la que comento, algo que creo impensable hace unos pocos años. No solo la ha escrito, sino que ha sido un gran éxito en el país teutón, hasta el punto de que también se ha hecho una película.
La novela está francamente bien, y es bastante divertida. Lo digo porque he pillado bastantes de los chistes y bromas que la componen, aunque estoy seguro de que mi alemán no da para captar no ya el 100% de los chistes o situaciones, ni siquiera el 50%. Una cosa que ya digo para tranquilidad de posibles interesados en su lectura, y es que no hace falta conoocer la actualidad alemana para disfrutarla.
El planteamiento es el siguiente: Hitler se despierta en un descampado de Berlin como si nada hubiera pasado desde su desaparición en la 2ª Guerra Mundial, lo que implica que va con uniforme y todo. Empieza a deambular por la ciudad, y pronto se encuentra con un quiosquero. Él sigue siendo Hitler y se comporta como tal, pero lo que ocurre es que nadie a su alrededor cree que sea Hitler y lo toman por un imitador. Y un muy buen imitador, por lo que resulta divertido. Así pues, tenemos a Hitler embarcado en una exitosa carrera de humorista, cuando realmente él está convencido de estar relanzando su actividad política.
En este contexto, se suceden situaciones y diálogos desternillantes, siempre con la asunción de que Hitler no es consciente de que no le toman en serio, o sea, desde una ingenuidad extraña. La novela está escrita en primera persona, lo que seguramente dará a los que hayan leído Mein Kampf nuevas oportunidades de reir, dado que el estilo es similar al de la "obra magna" de Hitler. Yo confieso haber leído un poco (por eso me atrevo con la anterior afirmación), y hasta haberme parecido interesante al principio (la parte que parece más autobiográfica), pero la dejé en un 7% y no sé si seguiré con ella en algún momento.
Quizá de las escenas más divertidas es una en la que está reunido con el comité de redacción que le asesora en su primera aparición, y uno de los componentes le dice que, cuidado, que el tema de los judios es un asunto serio. A lo que Hitler responde, como era de esperar, que por supuesto que lo es.
Una observación más: este tipo de novelas paródicas en que un personaje famoso viaja en el tiempo y crítica las costumbres de la época por parecerle absurdas es bastante habitual. En ellas, el protagonista asume un cierto grado de superioridad moral sobre los nuevos usos; lo mismo ocurre con Hitler en esta novela. Sin embargo, uno no puede dejar de sentirse incomodo ante esta supuesta"superioridad moral" que presenta uno de los grandes criminales de la historia reciente. Hecha abstracción de este asuntillo, la carcajada está asegurada.
lunes, 18 de enero de 2016
Voyage au Congo, de André Gide
Confieso que no me interesa demasiado la literatura de viajes, a menos que sea sobre países que no tengo intención de visitar. En cambio, sí me interesa más la literatura de viajes cuando la hacen autores clásicos en tiempos pasados, para describir costumbres y situaciones en otros momentos de la historia.
En este sentido, aprovecho para recomendaros encarecidamente otro Voyage, en este caso el Voyage en Espagne de Théofile Gautier. Parece mentira que no haga ni 200 años fuera tal aventura atravesar nuestra península. Cómo han cambiado las cosas.
En cualquier caso, centrémonos en el Congo y en Gide. Bueno, me gustaría centrarme, pero lo cierto es que este es un libro que leí antes del verano y que dejó poca impronta, por lo que concluyo que no me entusiasmo demasiado.
Gide nos cuenta su viaje por el río Congo y afluentes hasta terminar en el Tchad. Va visitando las distintas dependencias francesas de la época, y entrando en contacto con los burocratas encargados de la administración. Yo iba buscando descripciones de las costumbres en estos territorios, sea de los indígenas o de los franceses, o descripciones de los paisajes y los pueblos. Algo ahí, pero no mucho.
Se encuentran más casos puntuales de corrupción burocrática, e incluso contabilizaciones extrañas. Lo dicho, es una pena, pero poco jugo extraído de tan prometedor libro.
En este sentido, aprovecho para recomendaros encarecidamente otro Voyage, en este caso el Voyage en Espagne de Théofile Gautier. Parece mentira que no haga ni 200 años fuera tal aventura atravesar nuestra península. Cómo han cambiado las cosas.
En cualquier caso, centrémonos en el Congo y en Gide. Bueno, me gustaría centrarme, pero lo cierto es que este es un libro que leí antes del verano y que dejó poca impronta, por lo que concluyo que no me entusiasmo demasiado.
Gide nos cuenta su viaje por el río Congo y afluentes hasta terminar en el Tchad. Va visitando las distintas dependencias francesas de la época, y entrando en contacto con los burocratas encargados de la administración. Yo iba buscando descripciones de las costumbres en estos territorios, sea de los indígenas o de los franceses, o descripciones de los paisajes y los pueblos. Algo ahí, pero no mucho.
Se encuentran más casos puntuales de corrupción burocrática, e incluso contabilizaciones extrañas. Lo dicho, es una pena, pero poco jugo extraído de tan prometedor libro.
domingo, 17 de enero de 2016
1822, de Laurentino Gomes
Segunda parte de la trilogía de Laurentino Gomes sobre la historia de Brasil, que se completa con los títulos de los otros dos años importantes en la misma, 1808 y 1898. Sobre el primero de ellos ya he publicado una entrada, como es lógico ya que como buen ingeniero amo las lecturas secuenciales.
1822 se centra en la indepencia de Brasil respecto a Portugal, y gran parte del mismo orbita en torno a la figura del primer rey-emperador de aquellas tierras, don Pedro I, hijo de Juan VI, principal protagonista de 1808.
El estilo de Gomes es similar al de la primera parte. Recuérdese que NO son novelas históricas, sino libros de historia en que sucesivamente se van detallando los principales aspectos que contribuyen a conformar el acontecimiento histórico central, en este caso la independización de Brasil. Sin embargo, ni el anterior ni éste son libros que se hagan pesados, sino todo lo contrario, bastante apasionantes. Dicho esto, también he de decir que en 1822 me ha parecido que la lectura no fluía con tanta facilidad.
En cuanto al contenido del relato, nada me ha sorprendido, por la sencilla razón de que ya había leído el maravilloso "El imperio eres tú" de Javier Moro, donde se cuentan prácticamente los mismos hechos, pero en forma de novela, y con un estilo si cabe aún más atractivo. De hecho, al interesado en esta época, le recomendaría más la lectura del libro de Moro que éste (que además solo está en portugués).
Entre los capítulos que más me han llamado la atención está el dedicado al intento de independencia de Pernambuco y la formación de una confederación, muy de actualidad. Por supuesto, Brasil se puede independizar de Portugal, pero jamás dejará que Pernambuco se independice su territorio. Lo digo por si algún político catalán independentista se da por aludido.
Hay otro capítulo dedicado a la masonería y a la influencia que tuvo en la independencia de Brasil. Francamente, no soy experto en los masones, pero al leerlo no podía evitar recordar "El pendulo de Foucault", de Umberto Eco, que es una parodia de esos historiadores que ven conspiraciones masónicas por todos los sitios. En mi opinión, Gomes se desliza peligrosamente por esa pendiente resbaladiza hasta el punto de que me hace poner en cuestión su rigor como historiador.
Finalmente, queda muy bien explicada la importancia que tuvo la exclavitud en los albores del nuevo reino/nación. Y es que fue el temor a las posibles insurreciones de esclavos (la rebelión de Haiti no estaba tan lejana en el tiempo) lo que hizo que los diferentes grupos de interés tuvieran un punto en común para mantener un Brasil unido en un proceso tan complicado.
Interesante lectura en general, pero menos imprescindible que 1808. Me doy un descanso antes de comenzar con el último de la trilogía.
1822 se centra en la indepencia de Brasil respecto a Portugal, y gran parte del mismo orbita en torno a la figura del primer rey-emperador de aquellas tierras, don Pedro I, hijo de Juan VI, principal protagonista de 1808.
El estilo de Gomes es similar al de la primera parte. Recuérdese que NO son novelas históricas, sino libros de historia en que sucesivamente se van detallando los principales aspectos que contribuyen a conformar el acontecimiento histórico central, en este caso la independización de Brasil. Sin embargo, ni el anterior ni éste son libros que se hagan pesados, sino todo lo contrario, bastante apasionantes. Dicho esto, también he de decir que en 1822 me ha parecido que la lectura no fluía con tanta facilidad.
En cuanto al contenido del relato, nada me ha sorprendido, por la sencilla razón de que ya había leído el maravilloso "El imperio eres tú" de Javier Moro, donde se cuentan prácticamente los mismos hechos, pero en forma de novela, y con un estilo si cabe aún más atractivo. De hecho, al interesado en esta época, le recomendaría más la lectura del libro de Moro que éste (que además solo está en portugués).
Entre los capítulos que más me han llamado la atención está el dedicado al intento de independencia de Pernambuco y la formación de una confederación, muy de actualidad. Por supuesto, Brasil se puede independizar de Portugal, pero jamás dejará que Pernambuco se independice su territorio. Lo digo por si algún político catalán independentista se da por aludido.
Hay otro capítulo dedicado a la masonería y a la influencia que tuvo en la independencia de Brasil. Francamente, no soy experto en los masones, pero al leerlo no podía evitar recordar "El pendulo de Foucault", de Umberto Eco, que es una parodia de esos historiadores que ven conspiraciones masónicas por todos los sitios. En mi opinión, Gomes se desliza peligrosamente por esa pendiente resbaladiza hasta el punto de que me hace poner en cuestión su rigor como historiador.
Finalmente, queda muy bien explicada la importancia que tuvo la exclavitud en los albores del nuevo reino/nación. Y es que fue el temor a las posibles insurreciones de esclavos (la rebelión de Haiti no estaba tan lejana en el tiempo) lo que hizo que los diferentes grupos de interés tuvieran un punto en común para mantener un Brasil unido en un proceso tan complicado.
Interesante lectura en general, pero menos imprescindible que 1808. Me doy un descanso antes de comenzar con el último de la trilogía.
sábado, 16 de enero de 2016
A Clockwork Orange, de Anthony Burgess
Aunque a alguno le resulte difícil de creer, solo hace unos meses fui capaz de asomarme a la pelicula de culto de Stanley Kubrick inspirada en la novela que ahora comento. Me había parecido siempre que era una película muy violenta (la imagen de los personajes de blanco me daba mal rollo) y prefería ahorrarme el trago.
Pero, bueno, por fin fui capaz de superar estos miedos atavicos. Y me encontré con una película cuya "violencia" ha sido claramente superada en todos los aspectos imaginables, y que en cambio destaca por su estética, llamativa y original. Como la película parece ocultar algunas reflexiones de profundidad en su historia, decidí también leerme el libro de Burgess a ver si así encontraba el significado oculto. Creo que sí lo encontré, y no es tan profundo como la película invitaba a pensar.
Lo primero que hay que decir es que la película sigue escrupulosamente el libro casi en su totalidad, salvo precisamente en su final, en el que Burgess revela su mensaje, que obviamente no me parece coincidente con el que trata de transmitir Kubrick.
El libro está muy bien escrito, con ese registro aristocrático inglés propio de Jean Austin o de Downton Abbey ("I gather...."). De hecho, es extraño que el gamberro protagonista utilice un estilo tan elevado en vez de uno más acorde a su condición. Pero, bueno, está bien. Usa cantidad de palabras que no están en inglés, algo que también ocurre en la película (por ejemplo, viddi para ver) y que según parece vienen del ruso (algo que igual no saben muchos de los amantes de la película). De hecho, al saber esto, resulta menos extraño que se estén llamando entre ellos Brother, no muy típico entre ingleses de clase media o alta, aunque sí entre rusos.
Como digo, lo más interesante del libro con respecto a la película está en el final que Kubrick no utiliza. Lo "spoileo": la peli termina con Alex en el hospital soñando con unas tías macizas mientras escucha el Himno de la Alegría. Se supone que ha superado el proceso de "educación" y vuelve a ser él mismo.
En el libro ocurre lo mismo (escena onírica aparte), pero la evolución de la vida de Alex va por otros derroteros. Se asocia con otros gamberros, pero esta vida le deja ahora insatisfecho. Entonces se encuentra con uno de los antiguos colegas en el bar, que se ha casado y tiene hijos. Allí descubre que su vocación es ser padre, y que seguramente su hijo sea tan violento como él ha sido, pero que esto no es un problema estructural sino algo pasajero que se supera con la juventud.
Pero, bueno, por fin fui capaz de superar estos miedos atavicos. Y me encontré con una película cuya "violencia" ha sido claramente superada en todos los aspectos imaginables, y que en cambio destaca por su estética, llamativa y original. Como la película parece ocultar algunas reflexiones de profundidad en su historia, decidí también leerme el libro de Burgess a ver si así encontraba el significado oculto. Creo que sí lo encontré, y no es tan profundo como la película invitaba a pensar.
Lo primero que hay que decir es que la película sigue escrupulosamente el libro casi en su totalidad, salvo precisamente en su final, en el que Burgess revela su mensaje, que obviamente no me parece coincidente con el que trata de transmitir Kubrick.
El libro está muy bien escrito, con ese registro aristocrático inglés propio de Jean Austin o de Downton Abbey ("I gather...."). De hecho, es extraño que el gamberro protagonista utilice un estilo tan elevado en vez de uno más acorde a su condición. Pero, bueno, está bien. Usa cantidad de palabras que no están en inglés, algo que también ocurre en la película (por ejemplo, viddi para ver) y que según parece vienen del ruso (algo que igual no saben muchos de los amantes de la película). De hecho, al saber esto, resulta menos extraño que se estén llamando entre ellos Brother, no muy típico entre ingleses de clase media o alta, aunque sí entre rusos.
Como digo, lo más interesante del libro con respecto a la película está en el final que Kubrick no utiliza. Lo "spoileo": la peli termina con Alex en el hospital soñando con unas tías macizas mientras escucha el Himno de la Alegría. Se supone que ha superado el proceso de "educación" y vuelve a ser él mismo.
En el libro ocurre lo mismo (escena onírica aparte), pero la evolución de la vida de Alex va por otros derroteros. Se asocia con otros gamberros, pero esta vida le deja ahora insatisfecho. Entonces se encuentra con uno de los antiguos colegas en el bar, que se ha casado y tiene hijos. Allí descubre que su vocación es ser padre, y que seguramente su hijo sea tan violento como él ha sido, pero que esto no es un problema estructural sino algo pasajero que se supera con la juventud.
viernes, 15 de enero de 2016
La petite fille de Monsieur Linh, de Philippe Claudel
Se trata de la historia de un refugiado que huye de la guerra, posiblemente de Vietnam o de Camboya (su hijo muere al pisar una mina, y ya sabéis que éste ha sido el país con más "lesionados" por minas antipersona).
Se trata de un señor mayor, que tiene que hacerse cargo de su nieta, precisamente por la mina antes citada, que también acabo con la vida de su nuera.
Es una historia corta en que inicialmente se muestra el contraste entre la vida anterior del protagonista y la actual (posiblemente en Francia). Al señor Linh, por ejemplo, le llama mucho la atención que los nombres en este nuevo sitio no signifiquen nada.
Pero la historia deja pronto de ser costumbrista para convertirse en un canto a la amistad, cuando encuentra a monsieur Bark (cuyo nombre, por cierto, no significa nada). Por cierto, Bark conocerá a monsieur Linh como Tao loi, que es como se dice buenos días en su lengua.
La lectura no es especialmente llamativa hasta el último cuarto del libro, en el que se encuentra lo más meritorio: la angustiosa escena en la Linh se escapa del asilo en que le han internado para buscar a su amigo y se pierde en la (aparentemente) inmensa ciudad, siempre acarreando a su nieta. Es especialmente llamativo como describe Cludel la interacción con la gente que encuentra, a la que, no se olvide, no entiende por no hablar su idioma.
El final es emotivo, casi se escapa alguna lágrima, y tiene sorpresa. Si el libro fuera más largo, desde luego sería prescindible. Con esta extensión, sí merece la pena leerlo para llegar a esas escenas finales.
Se trata de un señor mayor, que tiene que hacerse cargo de su nieta, precisamente por la mina antes citada, que también acabo con la vida de su nuera.
Es una historia corta en que inicialmente se muestra el contraste entre la vida anterior del protagonista y la actual (posiblemente en Francia). Al señor Linh, por ejemplo, le llama mucho la atención que los nombres en este nuevo sitio no signifiquen nada.
Pero la historia deja pronto de ser costumbrista para convertirse en un canto a la amistad, cuando encuentra a monsieur Bark (cuyo nombre, por cierto, no significa nada). Por cierto, Bark conocerá a monsieur Linh como Tao loi, que es como se dice buenos días en su lengua.
La lectura no es especialmente llamativa hasta el último cuarto del libro, en el que se encuentra lo más meritorio: la angustiosa escena en la Linh se escapa del asilo en que le han internado para buscar a su amigo y se pierde en la (aparentemente) inmensa ciudad, siempre acarreando a su nieta. Es especialmente llamativo como describe Cludel la interacción con la gente que encuentra, a la que, no se olvide, no entiende por no hablar su idioma.
El final es emotivo, casi se escapa alguna lágrima, y tiene sorpresa. Si el libro fuera más largo, desde luego sería prescindible. Con esta extensión, sí merece la pena leerlo para llegar a esas escenas finales.
jueves, 14 de enero de 2016
Así empieza lo malo, de Javier Marías
La última novela de Marías es otro paso más en la caída de este magnífico escritor. Todavía sigo recomendando y sonriendo cuando recuerdo alguna de las escenas del primer libro que leí de él, Corazón tan blanco. Desde entonces me he leído casi todo lo que ha publicado: Mañana en la batalla piensa en mí, Tu rostro mañana y Los enamoramientos.
Javier Marias es un apasionado del lenguaje y una de las cosas que más me suelen atraer de sus libros son las disgresiones que hace sobre el significado de las palabras en los distintos idiomas y las dificultades en las traducciones para que sean capaces de reflejar todos los matices. De hecho, Marías es el rey de la matización, sus frases son magistrales en la forma en que matiza y re-matiza lo que quiere decir, tratando de alcanzar una imposible precisión con el lenguaje humano.
Los títulos de sus obras son especialmente evocadores, y siempre encuentran su explicación cuando uno avanza en su lectura. ¿Qué puede significar "Tu rostro mañana"? ¿Y "Corazón tan blanco"?. Desgraciadamente, también esto se pierde en su último libro.
Las historias que nos cuenta Javier Marías tampoco son especialmente relevantes. Confieso que no recuerdo la trama argumental de "Corazón tan blanco", y sin embargo es un libro que recomiendo a todo el que quiere empezar con este autor. Y, claro, me quedo tan blanco cómo el corazón del título cuando me preguntan de qué va y no lo recuerdo. Eso sí, tengo grabada en la mente la desternillante escena en que el protagonista actúa de interprete entre los presidentes de dos naciones.
Para mí, la forma de escribir de Marías, sobre todo en sus obras magnas, es parecido a lo que hacen los compositores clásicos de música. Cogen un tema, lo desarrollan; luego otro, lo desarrollan, y conforme avanza la composición los mezclan de mil formas y maneras, enriqueciendo de forma inimaginable al principio las disgresiones.
Esto es lo que hace que para mí Marías sea un escritor excepcional. Pero, en fin, cada vez queda menos de esto en sus novelas. ¿Así empieza lo malo? Bueno, en el caso de Marías ya empezó lo malo con Los enamoramientos. Recomendarlo: da igual, los incondicionales no podremos resistirnos a leerlo por mucho que nos digan que no está a la altura del escritor. Y los que no conocen a Marías, mejor que empiecen, sí, por Corazón tan blanco. Pero que no me pregunten de qué va.
Javier Marias es un apasionado del lenguaje y una de las cosas que más me suelen atraer de sus libros son las disgresiones que hace sobre el significado de las palabras en los distintos idiomas y las dificultades en las traducciones para que sean capaces de reflejar todos los matices. De hecho, Marías es el rey de la matización, sus frases son magistrales en la forma en que matiza y re-matiza lo que quiere decir, tratando de alcanzar una imposible precisión con el lenguaje humano.
Los títulos de sus obras son especialmente evocadores, y siempre encuentran su explicación cuando uno avanza en su lectura. ¿Qué puede significar "Tu rostro mañana"? ¿Y "Corazón tan blanco"?. Desgraciadamente, también esto se pierde en su último libro.
Las historias que nos cuenta Javier Marías tampoco son especialmente relevantes. Confieso que no recuerdo la trama argumental de "Corazón tan blanco", y sin embargo es un libro que recomiendo a todo el que quiere empezar con este autor. Y, claro, me quedo tan blanco cómo el corazón del título cuando me preguntan de qué va y no lo recuerdo. Eso sí, tengo grabada en la mente la desternillante escena en que el protagonista actúa de interprete entre los presidentes de dos naciones.
Para mí, la forma de escribir de Marías, sobre todo en sus obras magnas, es parecido a lo que hacen los compositores clásicos de música. Cogen un tema, lo desarrollan; luego otro, lo desarrollan, y conforme avanza la composición los mezclan de mil formas y maneras, enriqueciendo de forma inimaginable al principio las disgresiones.
Esto es lo que hace que para mí Marías sea un escritor excepcional. Pero, en fin, cada vez queda menos de esto en sus novelas. ¿Así empieza lo malo? Bueno, en el caso de Marías ya empezó lo malo con Los enamoramientos. Recomendarlo: da igual, los incondicionales no podremos resistirnos a leerlo por mucho que nos digan que no está a la altura del escritor. Y los que no conocen a Marías, mejor que empiecen, sí, por Corazón tan blanco. Pero que no me pregunten de qué va.
miércoles, 13 de enero de 2016
Gullible's Travels, de Ring Lardner
En este volumen se recogen cuatro historias cortas del escritor. Ring Lardner es un escritor norteamericano de principios del XX. Llegué a este autor porque está citado en "The catcher in the rye", cuyo protagonista se ríe un montón con sus libros. De hecho, Holden Caulfield encuentra sus historias casi tan divertidas como las que escribe su hermano mayor.
Las historias que se cuentan son divertidas. Tienen como protagonistas a un matrimonio norteamericano de clase media que vive a las afueras de New York. Es una literatura en cierto modo costumbrista, que describe la vida de este tipo de gente a través de los comentarios del marido, que nos cuenta sus desventuras en primera persona.
La historia que da título al volumen se refiere a un viaje en tren a Miami, y todos los sucesos que les ocurren durante el trayecto.
Como digo, el libro es divertido, aunque difícil de leer ya que hay muchas palabras en argot y otras están transcriben la pronunciación de los personajes, incluso haciendo juegos de palabras con ellas. Supongo que me habré dejado sin entender la mitad de las bromas, pero en todo caso habré pillado el doble de las se hubieran podido traducir.
Si vuelve a caer en mis manos algún libro de este autor, sin duda que lo leeré también.
Las historias que se cuentan son divertidas. Tienen como protagonistas a un matrimonio norteamericano de clase media que vive a las afueras de New York. Es una literatura en cierto modo costumbrista, que describe la vida de este tipo de gente a través de los comentarios del marido, que nos cuenta sus desventuras en primera persona.
La historia que da título al volumen se refiere a un viaje en tren a Miami, y todos los sucesos que les ocurren durante el trayecto.
Como digo, el libro es divertido, aunque difícil de leer ya que hay muchas palabras en argot y otras están transcriben la pronunciación de los personajes, incluso haciendo juegos de palabras con ellas. Supongo que me habré dejado sin entender la mitad de las bromas, pero en todo caso habré pillado el doble de las se hubieran podido traducir.
Si vuelve a caer en mis manos algún libro de este autor, sin duda que lo leeré también.
martes, 12 de enero de 2016
El caso de la modelo extraviada, de Eduardo Mendoza
La última novela de Mendoza es divertidísima, ha merecido la pena mantenerse fiel a sus obras.
Eduardo Mendoza es uno de los escritores contemporáneos en lengua española que más me gustan. Me tropecé con él aún en el instituto, por un amigo que me recomendó "El misterio de la cripta embrujada" y "El laberinto de las aceitunas". El estilo me atrapó inmediatamente, ese estilo culto con el que habla y narra el, por otro lado, desarrapado protagonista de las obras: un detective sin nombre que normalmente habita en un manicomio del que debe escaparse para realizar o proseguir sus pesquisas.
Las peripecías de este detective siguieron en "La aventura del tocador de señoras" (sugestivo título) y "El enredo de la bolsa y la vida", aunque para mi no alcanzaron el nivel de la primera de las novelas. En cambio, ésta si me ha gustado mucho. A poco de empezarla, ya me había carcajeado unas cuantas veces.
Aparte de estas novelas, Mendoza tiene otras muchas obras: La ciudad de los prodigios, La verdad sobre el caso Savolta, La Isla Inaudita, Una comedía ligera... He leído prácticamente todas. La más divertidad es "Sin noticias de Gurb". En el lado contrario está "El último trayecto de Horacio Dos", cuya lectura casi me lleva a proscribir futuras obras de don Eduardo. Menos mal que no lo hice.
En esta ocasión, todo ocurrirá mientras el protagonista lleva a cabo una entrega de comida china para el restaurante en que trabaja. A poco de empezar, tiene un incidente con un perro, lo que Eduardo Mendoza aprovecha para obsequiarnos con un flashback de esos que tan de moda ha puesto la series.
Es realmente la narración de este flashback el caso del título y lo que ocupa la mayor parte del libro.
En él, nuestro héreo adopta el nombre de Asmarats, como un subordinado del inspector Flores. El protagonista comienza envuelto en la búsqueda de un perrillo, que luego resulta una mera estratagema para involucrarlo en el asesinato de una modelo. Lógicamente, esto le forzará a meterse a fondo en la investigación, en defensa propia. En esta obra, el detective sin nombre descubre el footing, con hilarantes escenas, y tiene por compañero de investigación a un travesti ex-policia.
Entre los personajes entrañables con que nos encontraremos está un conductor de autobuses para turismo religioso al que el Papa le bendice una raya de coca, y un colmbiano que viaja a Montlluich con la sana intención de homenajear a su abuelo bombardeando desde allí la ciudad de Barcelona.
Un libro magníficamente escrito, aunque realmente todos los personajes mantienen ese registro cómico-elevado propio de Mendoza (uno de los pocos escritores que usa, y con profusión, la construcción "ora... ora..."). El único problema sigue siendo que conforme avanza la novela se deshincha la comicidad de la misma, algo que siempre pasa con las obras de este autor. Empiezan muy divertidas, pero el humor se difumina conforme se aproxima el final.
Eduardo Mendoza es uno de los escritores contemporáneos en lengua española que más me gustan. Me tropecé con él aún en el instituto, por un amigo que me recomendó "El misterio de la cripta embrujada" y "El laberinto de las aceitunas". El estilo me atrapó inmediatamente, ese estilo culto con el que habla y narra el, por otro lado, desarrapado protagonista de las obras: un detective sin nombre que normalmente habita en un manicomio del que debe escaparse para realizar o proseguir sus pesquisas.
Las peripecías de este detective siguieron en "La aventura del tocador de señoras" (sugestivo título) y "El enredo de la bolsa y la vida", aunque para mi no alcanzaron el nivel de la primera de las novelas. En cambio, ésta si me ha gustado mucho. A poco de empezarla, ya me había carcajeado unas cuantas veces.
Aparte de estas novelas, Mendoza tiene otras muchas obras: La ciudad de los prodigios, La verdad sobre el caso Savolta, La Isla Inaudita, Una comedía ligera... He leído prácticamente todas. La más divertidad es "Sin noticias de Gurb". En el lado contrario está "El último trayecto de Horacio Dos", cuya lectura casi me lleva a proscribir futuras obras de don Eduardo. Menos mal que no lo hice.
En esta ocasión, todo ocurrirá mientras el protagonista lleva a cabo una entrega de comida china para el restaurante en que trabaja. A poco de empezar, tiene un incidente con un perro, lo que Eduardo Mendoza aprovecha para obsequiarnos con un flashback de esos que tan de moda ha puesto la series.
Es realmente la narración de este flashback el caso del título y lo que ocupa la mayor parte del libro.
En él, nuestro héreo adopta el nombre de Asmarats, como un subordinado del inspector Flores. El protagonista comienza envuelto en la búsqueda de un perrillo, que luego resulta una mera estratagema para involucrarlo en el asesinato de una modelo. Lógicamente, esto le forzará a meterse a fondo en la investigación, en defensa propia. En esta obra, el detective sin nombre descubre el footing, con hilarantes escenas, y tiene por compañero de investigación a un travesti ex-policia.
Entre los personajes entrañables con que nos encontraremos está un conductor de autobuses para turismo religioso al que el Papa le bendice una raya de coca, y un colmbiano que viaja a Montlluich con la sana intención de homenajear a su abuelo bombardeando desde allí la ciudad de Barcelona.
Un libro magníficamente escrito, aunque realmente todos los personajes mantienen ese registro cómico-elevado propio de Mendoza (uno de los pocos escritores que usa, y con profusión, la construcción "ora... ora..."). El único problema sigue siendo que conforme avanza la novela se deshincha la comicidad de la misma, algo que siempre pasa con las obras de este autor. Empiezan muy divertidas, pero el humor se difumina conforme se aproxima el final.
lunes, 11 de enero de 2016
The Sleepwalkers: How Europe went to War in 1914, de Christopher Clark
Interesantísimo y muy bien documentado libro sobre las causas de la Primera Guerra Mundial.
Desde mi punto de vista, dicha Guerra marca el final de la época de más libertad que se ha conocido en el mundo reciente, para dar paso a los Estados poderosos y la situación política que vivimos en la actualidad. Por ello es muy interesante tratar de indagar en las razones por las que ese mundo idílico (que tan bien describe Stefan Zweig en sus Memorias de un Europeo) terminó de forma tan terrible, con miles de personas sumergidas en el barro de las trincheras.
El libro está estructurado en tres partes, creo recordar. La primera fue para mí la más interesante y amena. En ella se nos describe el punto de partida, la organización de cada una de las naciones que luego protagonizarían el conflicto, así como alguna otra directamente afectada. Me refiero al imperio Austrohúngaro, Alemanía, Inglaterra, Francia y Rusia. Junto a ellas, también se habla de Turquía, Bulgaria. Serbia e Italia.
Se nos describe a una Francia aterrorizada por el recientemente adquirido poder alemán (a resultas del Zollverein) que le ha infligido una derrota humillante en la guerra franco-prusiana de 1870. Rusia también le tiene respeto a la creciente pujanza alemana, pero este es tan solo uno de tantos problemas a lo largo de sus fronteras. De hecho, se nos traza a Inglaterra como una potencia difícilmente interesada en pactar algo con Rusia, con la que tiene bastantes conflictos territoriales en Asia central.
Por su parte, el imperio Austrohungaro se describe como bastante inoperativo en cuanto a Estado. El Parlamento austriaco resulta una caja de grillos donde abunda el filibusterismo y donde los distintos pueblos discuten en sus idiomas, por lo que el entendimiento es imposible. De hecho, hay una referencia a Hitler, que al parecer se entretenía acudiendo a las sesiones del parlamento austriaco, concluyendo de ellas la absoluta inoperancia de las democracias. En cuanto a Alemania, se la muestra como una potencia con mucha autoconfianza, y preocupada sobre su expansión colonial fuera de Europa, carrera en la que está muy por detrás de otras potencias europeas.
La segunda parte del libro describe el contexto social en que se produce la Gran Guerra, incluyendo las alianzas existentes entre las distintas naciones, con sus condiciones y diferencias. Aprendemos aquí el terrible automatismo de determinados mecanismos, que llevaría a la guerra tanto a Alemania como Francia de forma inmediata si se producía algún conflicto entre Rusia y Austria.
En la tercera se detallan minuciosamente los contactos diplomáticos entre todas las partes interesadas, con numerosas citas textuales. El estilo de éstas es similar al que podemos leer, no sé, por ejemplo en los personajes de Jean Austin, y resulta hasta divertido... si uno es capaz de olvidar que todos esos intercambios dialécticos terminaron REALMENTE en una guerra. Cuando uno los lee, parece que todo era de broma. Esta última parte es bastante aburrida, por lo demás, lo peor del libro.
Termino resumiendo muy rápidamente la tesis expuesta en el libro sobre el origen de la Primera Guerra Mundial. Francia, conocedora del automatismo de la intervención alemana en caso de conflicto ruso-austriaco, y consciente de que ello automáticamente exigiría su intervención, fuerza a los rusos al conflicto, presionando a Serbia para que no cediera ante las peticiones austriacas sobre la investigación de la muerte del Archiduque Franz Ferdinand de Austria. Francia, que teme el poder de Alemania, es consciente de que solo puede acabar con él si mete en el conflicto tanto a los rusos como a la flota inglesa. A los rusos, como se ha descrito, era comparativamente fácil.
Más costó convencer a los ingleses, que tenían sus propios conflictos con Rusia. No obstante, cuando Alemanía informó a Inglaterra de que de acuerdo a su despliegue estratégico tenía que atravesar Bélgica para llegar a Francia, aunque planeaba hacerlo sin acciones militares, los ingleses lo tomaron como provocación, y pese a las garantías alemanas, dijo que intervendría. Y lo hizo. Así se lió del todo, porque los alemanes tampoco desistieron de esta posibilidad.
A pesar de toda esta secuencia de actos de los distintos Estados, no creo que la Guerra hubiera tenido los efectos que tuvo si hubiera encontrado resistencia en la población. Lo cierto, y esto está muy documentado tanto en novelas como en el cine o en tratados históricos, es que la gente estaba deseando ir a la guerra para demostrar al otro la superioridad de los respectivos pueblos. Cuando estalla el conflicto, las imágenes sons festivas en las principales capitales europeas, no de tristeza. Toda la gente está convencida de que la guerra durará poco y de que además la vencerán.
Hasta qué punto tuvieron responsabilidad tanto Estados como medios de comunicación en aventar este sentimiento nacionalista es una cuestión bastante relevante, incluso en la actualidad.
En fin, muy recomendable libro de historia, en que se aprende mucho al principio, pero que resulta algo monótono y pesado en su parte final.
Desde mi punto de vista, dicha Guerra marca el final de la época de más libertad que se ha conocido en el mundo reciente, para dar paso a los Estados poderosos y la situación política que vivimos en la actualidad. Por ello es muy interesante tratar de indagar en las razones por las que ese mundo idílico (que tan bien describe Stefan Zweig en sus Memorias de un Europeo) terminó de forma tan terrible, con miles de personas sumergidas en el barro de las trincheras.
El libro está estructurado en tres partes, creo recordar. La primera fue para mí la más interesante y amena. En ella se nos describe el punto de partida, la organización de cada una de las naciones que luego protagonizarían el conflicto, así como alguna otra directamente afectada. Me refiero al imperio Austrohúngaro, Alemanía, Inglaterra, Francia y Rusia. Junto a ellas, también se habla de Turquía, Bulgaria. Serbia e Italia.
Se nos describe a una Francia aterrorizada por el recientemente adquirido poder alemán (a resultas del Zollverein) que le ha infligido una derrota humillante en la guerra franco-prusiana de 1870. Rusia también le tiene respeto a la creciente pujanza alemana, pero este es tan solo uno de tantos problemas a lo largo de sus fronteras. De hecho, se nos traza a Inglaterra como una potencia difícilmente interesada en pactar algo con Rusia, con la que tiene bastantes conflictos territoriales en Asia central.
Por su parte, el imperio Austrohungaro se describe como bastante inoperativo en cuanto a Estado. El Parlamento austriaco resulta una caja de grillos donde abunda el filibusterismo y donde los distintos pueblos discuten en sus idiomas, por lo que el entendimiento es imposible. De hecho, hay una referencia a Hitler, que al parecer se entretenía acudiendo a las sesiones del parlamento austriaco, concluyendo de ellas la absoluta inoperancia de las democracias. En cuanto a Alemania, se la muestra como una potencia con mucha autoconfianza, y preocupada sobre su expansión colonial fuera de Europa, carrera en la que está muy por detrás de otras potencias europeas.
La segunda parte del libro describe el contexto social en que se produce la Gran Guerra, incluyendo las alianzas existentes entre las distintas naciones, con sus condiciones y diferencias. Aprendemos aquí el terrible automatismo de determinados mecanismos, que llevaría a la guerra tanto a Alemania como Francia de forma inmediata si se producía algún conflicto entre Rusia y Austria.
En la tercera se detallan minuciosamente los contactos diplomáticos entre todas las partes interesadas, con numerosas citas textuales. El estilo de éstas es similar al que podemos leer, no sé, por ejemplo en los personajes de Jean Austin, y resulta hasta divertido... si uno es capaz de olvidar que todos esos intercambios dialécticos terminaron REALMENTE en una guerra. Cuando uno los lee, parece que todo era de broma. Esta última parte es bastante aburrida, por lo demás, lo peor del libro.
Termino resumiendo muy rápidamente la tesis expuesta en el libro sobre el origen de la Primera Guerra Mundial. Francia, conocedora del automatismo de la intervención alemana en caso de conflicto ruso-austriaco, y consciente de que ello automáticamente exigiría su intervención, fuerza a los rusos al conflicto, presionando a Serbia para que no cediera ante las peticiones austriacas sobre la investigación de la muerte del Archiduque Franz Ferdinand de Austria. Francia, que teme el poder de Alemania, es consciente de que solo puede acabar con él si mete en el conflicto tanto a los rusos como a la flota inglesa. A los rusos, como se ha descrito, era comparativamente fácil.
Más costó convencer a los ingleses, que tenían sus propios conflictos con Rusia. No obstante, cuando Alemanía informó a Inglaterra de que de acuerdo a su despliegue estratégico tenía que atravesar Bélgica para llegar a Francia, aunque planeaba hacerlo sin acciones militares, los ingleses lo tomaron como provocación, y pese a las garantías alemanas, dijo que intervendría. Y lo hizo. Así se lió del todo, porque los alemanes tampoco desistieron de esta posibilidad.
A pesar de toda esta secuencia de actos de los distintos Estados, no creo que la Guerra hubiera tenido los efectos que tuvo si hubiera encontrado resistencia en la población. Lo cierto, y esto está muy documentado tanto en novelas como en el cine o en tratados históricos, es que la gente estaba deseando ir a la guerra para demostrar al otro la superioridad de los respectivos pueblos. Cuando estalla el conflicto, las imágenes sons festivas en las principales capitales europeas, no de tristeza. Toda la gente está convencida de que la guerra durará poco y de que además la vencerán.
Hasta qué punto tuvieron responsabilidad tanto Estados como medios de comunicación en aventar este sentimiento nacionalista es una cuestión bastante relevante, incluso en la actualidad.
En fin, muy recomendable libro de historia, en que se aprende mucho al principio, pero que resulta algo monótono y pesado en su parte final.
domingo, 10 de enero de 2016
Suad, de Noemí Trujillo y Lorenzo Silva
Esta novelilla se la compré a mi hija pequeña a petición suya. No me pareció mala idea a la luz de uno de los co-escritores, Lorenzo Silva, bien conocido por sus guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, cuyas noveles son divertidas y bien escritas.
Supuestamente, con este libro se trata de inaugurar un estilo narrativo y una temática más cercana al adolescente actual, inmerso en un mundo de redes sociales y tecnología, y al que ya no atrae la literatura convencional.
Y como uno lee de todo, y los dineros invertidos en libro se amortizan con más lecturas, también yo me meti en el lío. Afortunadamente, es un libro corto.
Francamente, me pareció un timo de libro. Me parece increíble que los autores crean que muchos adolescentes se van a identificar con una niña que tiene una hermana adoptada saharaui (la que da título al libro), un hermano estudiando en Nueva York y una especie de novio al que solo ve cuando van en Semana Santa de vacaciones a Paris. Novio además cuyo sueño es llevarla a desayunar a no sé qué sitio pijo en Brooklyn. Me suena que el padre es escritor y está todo el día de viaje y la madre ha sacrificado su carrera por los viajes del padre, y que tienen una casa en Barcelona y otra en Madrid. Y creo recordar que las referencias vitales de la niña son un cantante cubano, Baudelaire (?) y algún otro por el estilo.
Como se ve, las circunstancias y gustos normales en cualquier adolescente de 15 años.
Me pregunto si alguno de los autores tiene hijos.
Supuestamente, con este libro se trata de inaugurar un estilo narrativo y una temática más cercana al adolescente actual, inmerso en un mundo de redes sociales y tecnología, y al que ya no atrae la literatura convencional.
Y como uno lee de todo, y los dineros invertidos en libro se amortizan con más lecturas, también yo me meti en el lío. Afortunadamente, es un libro corto.
Francamente, me pareció un timo de libro. Me parece increíble que los autores crean que muchos adolescentes se van a identificar con una niña que tiene una hermana adoptada saharaui (la que da título al libro), un hermano estudiando en Nueva York y una especie de novio al que solo ve cuando van en Semana Santa de vacaciones a Paris. Novio además cuyo sueño es llevarla a desayunar a no sé qué sitio pijo en Brooklyn. Me suena que el padre es escritor y está todo el día de viaje y la madre ha sacrificado su carrera por los viajes del padre, y que tienen una casa en Barcelona y otra en Madrid. Y creo recordar que las referencias vitales de la niña son un cantante cubano, Baudelaire (?) y algún otro por el estilo.
Como se ve, las circunstancias y gustos normales en cualquier adolescente de 15 años.
Me pregunto si alguno de los autores tiene hijos.
sábado, 9 de enero de 2016
1808, de Laurentino Gomes
Por diversas razones, este es posiblemente el libro que más me ha sorprendido en el último año de lecturas. En primer lugar, porque es un libro que está en portugués y que, sin embargo, es fácil de leer. Así que la primera sorpresa para mí es que puedo leer portugués con fluidez sin haberlo estudiado nunca. Ya quisiera yo leer alemán así, y eso con el alemán llevo ya varios años.
En segundo lugar, por lo que descubres en él sobre la historia de Brasil y también de nuestro vecino Portugal (y, por qué no, incluso de España). Si he de ser sincero, la mayor parte de esta "sorpresa" quedó amortizada cuando leí "El imperio eres tú", de Javier Moro. Pero lo cierto es que ambos libros, 1808 y este último, me fueron recomendados a la vez, y solo la disponibilidad de idioma hizo que empezara por el de Javier Moro en vez de por éste. Ahora ya sé que podría haber empezado también con 1808.
Y en tercer lugar, porque es un libro de historia y no una novela histórica, que es lo que yo creía que me iba a encontrar, y pese a todo es muy ameno, y se devora.
La historia de Brasil es relativamente sencillita, y se puede conocer bien a través de los tres libros que nos proponer Laurentino Gomes, bautizados con los años de las tres fechas decisivas (hasta ahora) en la historia del gigante sudaméricano. A saber: 1808 (huida del rey de Portugal y establecimiento de la monarquía en Brasil), 1822 (independencia de Brasil respecto a Portugal, como monarquía) y 1889 (establecimiento de la república).
En 1808, se nos cuenta la huída de Juan VI de Portugal a Brasil causada por las amenazas de invasión por parte de Napoleón, así como las circunstancias en que se produjo tal hecho, que terminaría con el establecimiento de la monarquía en Brasil. Por cierto, el único país americano que ha tenido monarca propio.
Los hechos no están contados de forma secuncial o novelada. El autor dedica cada capítulo a explicar alguna de las circunstancias o personajes relacionados con el evento, Por ejemplo, se dedica un capítulo a Napoleón, otro al viaje, otro a describir Portugal antes de la huída, y así sucesivamente. Va añadiendo piezas para configurar un atractivo mosaíco con el que somos capaces de hacernos una idea de lo que sucedió, por qué y qué papel jugaron cada uno de los protagonistas.
Aunque está en portugués (creo que está traducido al inglés, pero desde luego no al español), el libro no se lee, se devora. Es apasionante. Y tanto, que ahora estoy leyendo el segundo 1822, y procederé con el tercero tras terminar éste (que no me está gustando tanto, por cierto).
En segundo lugar, por lo que descubres en él sobre la historia de Brasil y también de nuestro vecino Portugal (y, por qué no, incluso de España). Si he de ser sincero, la mayor parte de esta "sorpresa" quedó amortizada cuando leí "El imperio eres tú", de Javier Moro. Pero lo cierto es que ambos libros, 1808 y este último, me fueron recomendados a la vez, y solo la disponibilidad de idioma hizo que empezara por el de Javier Moro en vez de por éste. Ahora ya sé que podría haber empezado también con 1808.
Y en tercer lugar, porque es un libro de historia y no una novela histórica, que es lo que yo creía que me iba a encontrar, y pese a todo es muy ameno, y se devora.
La historia de Brasil es relativamente sencillita, y se puede conocer bien a través de los tres libros que nos proponer Laurentino Gomes, bautizados con los años de las tres fechas decisivas (hasta ahora) en la historia del gigante sudaméricano. A saber: 1808 (huida del rey de Portugal y establecimiento de la monarquía en Brasil), 1822 (independencia de Brasil respecto a Portugal, como monarquía) y 1889 (establecimiento de la república).
En 1808, se nos cuenta la huída de Juan VI de Portugal a Brasil causada por las amenazas de invasión por parte de Napoleón, así como las circunstancias en que se produjo tal hecho, que terminaría con el establecimiento de la monarquía en Brasil. Por cierto, el único país americano que ha tenido monarca propio.
Los hechos no están contados de forma secuncial o novelada. El autor dedica cada capítulo a explicar alguna de las circunstancias o personajes relacionados con el evento, Por ejemplo, se dedica un capítulo a Napoleón, otro al viaje, otro a describir Portugal antes de la huída, y así sucesivamente. Va añadiendo piezas para configurar un atractivo mosaíco con el que somos capaces de hacernos una idea de lo que sucedió, por qué y qué papel jugaron cada uno de los protagonistas.
Aunque está en portugués (creo que está traducido al inglés, pero desde luego no al español), el libro no se lee, se devora. Es apasionante. Y tanto, que ahora estoy leyendo el segundo 1822, y procederé con el tercero tras terminar éste (que no me está gustando tanto, por cierto).
viernes, 8 de enero de 2016
Y de repente Teresa, de Jesús Sánchez Adalid
Siendo el año pasado el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, me apetecía leer alguna novela histórica sobre el personaje, para darle un buen contexto y facilitar así la comprensión el mérito de sus acciones, algo siempre difícil desde el presente.
En los últimos tiempos, tiendo a equiparar a los santos de la iglesia católica con los grandes emprendedores de todas las épocas, en este caso imbuídos por el espíritu divino, que les lleva a superar los obstáculos que la sociedad y el mundo pone en su camino, a fin de lograr el fin que persiguen. En este caso, lo que quería era comprender qué había hecho Santa Teresa que resultara tan revolucionario, y cuáles eran los obstáculos reales, vistos con la perspectiva de la época, a los que había tenido que hacer frente. Obstáculos que solo una persona excepcional, merecedora de la santidad, puede superar.
Y, con gran sentido de oportunidad, resultó que Jesús Sánchez Adalid publicó a principios de 2015 la novela de referencia. Que el autor fuera Sánchez Adalid podía, o no, ser una buena garantía. Me explico: es un escritor de indudable prestigio y con buenas novelas. Sin embargo, en los últimos tiempos ha decaído bastante. Y desde que leí su "Los milagros del vino" quedó proscrito en mis preferencias.
No obstante, decidí dar una oportunidad al libro. Y he de decir que, al principio, no me decepcionó. Precisamente era lo que iba buscando, muy bien escrito y contando lo que yo esperaba. Utiliza la figura del protagonista (que no es Sta Teresa) y sus viajes para ir introduciéndonos en las costumbres de la época y el contexto de Santa Teresa. El viaje inicial contribuye enormemente a ello. Además, comienza también con el aderezo de las intrigas por el poder en Toledo, con personajes históricos, intrigas que barruntamos tendrán influencia sobre el devenir de la Santa.
Por desgracia, es un espejismo. Mediado el libro, y precisamente cuando empieza a aparecer con más frecuencia Santa Teresa, se viene abajo el detalle, el argumento y todo lo que merecía la pena, y nos encontramos con un escritor que lo que parece es querer terminar el libro cuanto antes. Nos deja colgados de la brocha al respecto del personaje de Santa Teresa, cuya obra apenas atisbamos y cuyo entusiasmo nos deja algo fríos.
Una verdadera pena. De verdad que hubiera querido recomendar este libro con más entusiasmo.
En los últimos tiempos, tiendo a equiparar a los santos de la iglesia católica con los grandes emprendedores de todas las épocas, en este caso imbuídos por el espíritu divino, que les lleva a superar los obstáculos que la sociedad y el mundo pone en su camino, a fin de lograr el fin que persiguen. En este caso, lo que quería era comprender qué había hecho Santa Teresa que resultara tan revolucionario, y cuáles eran los obstáculos reales, vistos con la perspectiva de la época, a los que había tenido que hacer frente. Obstáculos que solo una persona excepcional, merecedora de la santidad, puede superar.
Y, con gran sentido de oportunidad, resultó que Jesús Sánchez Adalid publicó a principios de 2015 la novela de referencia. Que el autor fuera Sánchez Adalid podía, o no, ser una buena garantía. Me explico: es un escritor de indudable prestigio y con buenas novelas. Sin embargo, en los últimos tiempos ha decaído bastante. Y desde que leí su "Los milagros del vino" quedó proscrito en mis preferencias.
No obstante, decidí dar una oportunidad al libro. Y he de decir que, al principio, no me decepcionó. Precisamente era lo que iba buscando, muy bien escrito y contando lo que yo esperaba. Utiliza la figura del protagonista (que no es Sta Teresa) y sus viajes para ir introduciéndonos en las costumbres de la época y el contexto de Santa Teresa. El viaje inicial contribuye enormemente a ello. Además, comienza también con el aderezo de las intrigas por el poder en Toledo, con personajes históricos, intrigas que barruntamos tendrán influencia sobre el devenir de la Santa.
Por desgracia, es un espejismo. Mediado el libro, y precisamente cuando empieza a aparecer con más frecuencia Santa Teresa, se viene abajo el detalle, el argumento y todo lo que merecía la pena, y nos encontramos con un escritor que lo que parece es querer terminar el libro cuanto antes. Nos deja colgados de la brocha al respecto del personaje de Santa Teresa, cuya obra apenas atisbamos y cuyo entusiasmo nos deja algo fríos.
Una verdadera pena. De verdad que hubiera querido recomendar este libro con más entusiasmo.
jueves, 7 de enero de 2016
Manual del perfecto idiota latinoamericano... y español, de Apuleyo Mendoza, Carlos Montaner y Álvaro Vargas-Llosa
Instructiva recopilación de los mitos económicos y estatistas que según los autores guían la política en Hispanoamérica. También hay un breve capítulo dedicado a las creancias de los españoles al respecto, escrito éste por Mario Vargas Llosa, quien también prologa la obra.
He de decir que iba buscando algo más divertido, a la vista del título, algo del estilo de Alfonso Ussia o Pablo Molina. Sin embargo, aunque el estilo mantiene un todo sarcástico, no hay momentos para la carcajada y ni siquiera para la sonrisa. Lo más gracioso es la expresión de que "El perferto idiota latinoaméricano no lee de izquierda a derecha, ni tampoco de derecha a izquierda con orienta, sino de izquierda a izquierda". Buenísimo!!!!
Hay varios capítulos dedicados a desmontar los mitos económicos, cuya argumentación no encontrará sorprendente ningún liberal con unas mínimas lecturas. Por ello, me han resultado más provechosos e interesantes otros capítulos, como el dedicado a la teología de la liberación, a la verdadera biografía de los "héroes" latinoamericanos (como Bolívar o Perón). Asimismo, uno de los capítulos, dedicado a la biblioteca del perfecto idiota..., recoge una lista de 10 lecturas recomendables, al menos, para entender cómo han llegado los mitos sobre Lationamérica hasta el perfecto idiota. La verdad es que las reseñas están tan bien hechas que incluso apetece leer alguno, lo que no sé si era el objetivo planteado por los autores.
El libro es de 1995, por eso llama la atención que el foco constante y paradigma del desastre en Lationamérica sea Cuba, en lugar de Venezuela, que supongo sería en la actualidad el ejemplo más relevante.
Como colofón, el libro recopila declaraciones reales de personalidades políticas, artísticas y deportivas defendiendo los mitos puestos a descubierto. Lo curioso es que algunas de las afirmaciones recogidas son de los propios autores. Hay una de Carlos Montáner afirmando su optimismo ante la llegada de Fidel Castro al poder en Cuba!!!
He de decir que iba buscando algo más divertido, a la vista del título, algo del estilo de Alfonso Ussia o Pablo Molina. Sin embargo, aunque el estilo mantiene un todo sarcástico, no hay momentos para la carcajada y ni siquiera para la sonrisa. Lo más gracioso es la expresión de que "El perferto idiota latinoaméricano no lee de izquierda a derecha, ni tampoco de derecha a izquierda con orienta, sino de izquierda a izquierda". Buenísimo!!!!
Hay varios capítulos dedicados a desmontar los mitos económicos, cuya argumentación no encontrará sorprendente ningún liberal con unas mínimas lecturas. Por ello, me han resultado más provechosos e interesantes otros capítulos, como el dedicado a la teología de la liberación, a la verdadera biografía de los "héroes" latinoamericanos (como Bolívar o Perón). Asimismo, uno de los capítulos, dedicado a la biblioteca del perfecto idiota..., recoge una lista de 10 lecturas recomendables, al menos, para entender cómo han llegado los mitos sobre Lationamérica hasta el perfecto idiota. La verdad es que las reseñas están tan bien hechas que incluso apetece leer alguno, lo que no sé si era el objetivo planteado por los autores.
El libro es de 1995, por eso llama la atención que el foco constante y paradigma del desastre en Lationamérica sea Cuba, en lugar de Venezuela, que supongo sería en la actualidad el ejemplo más relevante.
Como colofón, el libro recopila declaraciones reales de personalidades políticas, artísticas y deportivas defendiendo los mitos puestos a descubierto. Lo curioso es que algunas de las afirmaciones recogidas son de los propios autores. Hay una de Carlos Montáner afirmando su optimismo ante la llegada de Fidel Castro al poder en Cuba!!!
miércoles, 6 de enero de 2016
Histoire de France, de Frédéric Dard
Frédéric Dard es un autor francés bien conocido por la serie de novelas policíacas del comisario San Antonio, entre las que, aunque parezca extraño, se encuentra el título que procedo a comentar.
Se trata, como el título indica, de una Historia de Francia. Aunque es algo sui generis, como cabe esperar, habida cuenta de formar parte de la serie policíaca citada. Además, digamos que el comisario San Antonio es un tanto chusco e incluso psicalíptico. Sí, son obras policíacas, pero con la presencia constante de bromas algo burdas.
Lo que ocurre en esta novela es que, ante la ausencia de casos y la insistencia de su ayudante, Béru (llamado así o con otros calificativos menos amistosos), se decide a contarle una breve historia de Francia. Conforme avanzan los capítulos, se unirá a la clase de historia al esposa del inclito así como otro público interesado.
Cada capítulo narra un periodo de la historia de Francia, empezando por los galos hasta llegar a poco después de la Segunda Guerra Mundial. La narración está salpicada de comentarios jocosos, y es muy divertida, aunque en algunos momentos difícil de seguir por el vocabulario utilizado. Tras cada capítulo, se narra el principal episodio histórico del periodo con una versión alternativa en la que causan destrozos los antecesores de los protagonistas (i.e,. Béru) en cada momento.
El libro está sorprendentemente bien, incluso en el rigor de los acontecimientos históricos que expone. De hecho, contrastando con lo que ocurre en la serie Vikingos (Sigue Spoiler: tercera temporada, el asedio de Paris), se nos cuenta que efectivamente Rollo se va a casar con la hija del monarca francés y se le va a otorgar la región que ahora en Normandía (de Nor-man, hombre del norte).
Obviamente, no cabe esperar sesudos análisis ni siquiera mucha profundización en cada uno de los periodos históricos tratados. Pero sí que se consigue una visión general rápida de la historia de Francia y sus principales acontecimientos, encadenados unos con otros. Luego toca a cada uno profundizar en aquel periodo que le interese. Yo lo he hecho recientemente con Juana de Arco (véase la entrada reciente sobre el libro de Anatole France), con el magnífico "Les Rois Maudits" de Maurice Druon, con la biografía de Napoleón de Max Gallo y también con Sleepwalkers.
Ahora bien, si alguien me pregunta por este interés por la historia de nuestros vecinos del norte no sabré muy bien que responderle. De hecho, no es un interés específico en la historia de Francia, sino en general en la historia.
Se trata, como el título indica, de una Historia de Francia. Aunque es algo sui generis, como cabe esperar, habida cuenta de formar parte de la serie policíaca citada. Además, digamos que el comisario San Antonio es un tanto chusco e incluso psicalíptico. Sí, son obras policíacas, pero con la presencia constante de bromas algo burdas.
Lo que ocurre en esta novela es que, ante la ausencia de casos y la insistencia de su ayudante, Béru (llamado así o con otros calificativos menos amistosos), se decide a contarle una breve historia de Francia. Conforme avanzan los capítulos, se unirá a la clase de historia al esposa del inclito así como otro público interesado.
Cada capítulo narra un periodo de la historia de Francia, empezando por los galos hasta llegar a poco después de la Segunda Guerra Mundial. La narración está salpicada de comentarios jocosos, y es muy divertida, aunque en algunos momentos difícil de seguir por el vocabulario utilizado. Tras cada capítulo, se narra el principal episodio histórico del periodo con una versión alternativa en la que causan destrozos los antecesores de los protagonistas (i.e,. Béru) en cada momento.
El libro está sorprendentemente bien, incluso en el rigor de los acontecimientos históricos que expone. De hecho, contrastando con lo que ocurre en la serie Vikingos (Sigue Spoiler: tercera temporada, el asedio de Paris), se nos cuenta que efectivamente Rollo se va a casar con la hija del monarca francés y se le va a otorgar la región que ahora en Normandía (de Nor-man, hombre del norte).
Obviamente, no cabe esperar sesudos análisis ni siquiera mucha profundización en cada uno de los periodos históricos tratados. Pero sí que se consigue una visión general rápida de la historia de Francia y sus principales acontecimientos, encadenados unos con otros. Luego toca a cada uno profundizar en aquel periodo que le interese. Yo lo he hecho recientemente con Juana de Arco (véase la entrada reciente sobre el libro de Anatole France), con el magnífico "Les Rois Maudits" de Maurice Druon, con la biografía de Napoleón de Max Gallo y también con Sleepwalkers.
Ahora bien, si alguien me pregunta por este interés por la historia de nuestros vecinos del norte no sabré muy bien que responderle. De hecho, no es un interés específico en la historia de Francia, sino en general en la historia.
martes, 5 de enero de 2016
Nikola Tesla: Imagination and the Man that Invented the 20th Century, de Sean Patrick
Descargué este librito de Amazon.com debido a que supuestamente trataba sobre Nikola Tesla, y porque está gratis para Kindle. Me pareció una forma poco arriesgada de empezar a conocer al personaje.
Lo cierto es que como biografía vale poco. Se limita a acumular una detrás de otra las cosas que hizo Tesla, sin profundizar en el personaje ni mostrar pasión por él o provocar empatía sobre las dificultades que, como todo emprendedor, tuvo que confrontar para conseguir sus fines. Afortunadamente, como el libro es corto, no se invierte mucho tiempo en su deglución.
Mi impresión es que el autor, Sean Patrick, regala este librillo como parte promocional de su obra principal, más cercana a los libros de autoayuda, en este caso en lo referente a la imaginación. Solo así se explica la desproporcionada longitud del prólogo respecto a la propia biografía de Tesla. De hecho, las ideas más interesantes que aporta el librito están aquí.
Muy brevemente, se refiere a tres aspectos indispensables para que un emprendedor o un gran líder triunfe. Los dos primeros ya los sabíamos: capacidad de trabajo y sacrificio en pos de la meta, y suerte. El primero por si solo, aunque sea injusto, no garantiza que se obtenga el resultado buscado. A ellos une Patrick la importancia de la imaginación: si uno no tiene metas ambiciosas, no es capaz de imaginar un futuro distinto, difícilmente podrá ser un emprendedor de éxito.
Patrick ofrece también gratis una biografía de Alejandro Magno, de la que por el momento voy a pasar. En cuanto a Tesla, habrá que hacerse con Des Éclairs, de Jean Echenoz, para conocerle mejor y de la mano de una pluma con garantías.
Lo cierto es que como biografía vale poco. Se limita a acumular una detrás de otra las cosas que hizo Tesla, sin profundizar en el personaje ni mostrar pasión por él o provocar empatía sobre las dificultades que, como todo emprendedor, tuvo que confrontar para conseguir sus fines. Afortunadamente, como el libro es corto, no se invierte mucho tiempo en su deglución.
Mi impresión es que el autor, Sean Patrick, regala este librillo como parte promocional de su obra principal, más cercana a los libros de autoayuda, en este caso en lo referente a la imaginación. Solo así se explica la desproporcionada longitud del prólogo respecto a la propia biografía de Tesla. De hecho, las ideas más interesantes que aporta el librito están aquí.
Muy brevemente, se refiere a tres aspectos indispensables para que un emprendedor o un gran líder triunfe. Los dos primeros ya los sabíamos: capacidad de trabajo y sacrificio en pos de la meta, y suerte. El primero por si solo, aunque sea injusto, no garantiza que se obtenga el resultado buscado. A ellos une Patrick la importancia de la imaginación: si uno no tiene metas ambiciosas, no es capaz de imaginar un futuro distinto, difícilmente podrá ser un emprendedor de éxito.
Patrick ofrece también gratis una biografía de Alejandro Magno, de la que por el momento voy a pasar. En cuanto a Tesla, habrá que hacerse con Des Éclairs, de Jean Echenoz, para conocerle mejor y de la mano de una pluma con garantías.
lunes, 4 de enero de 2016
An inspector calls (and other plays), de J.B. Priestley
Una de las fuentes de ideas para lectura viene este año de la lista de los libros que mi hija mayor tiene que leer en su asignatura de literatura o en la de inglés.
La obra de teatro del título es una de las lecturas que tiene que hacer para inglés. Y tengo para mí que es una obra que ya solo leen los estudiantes para preparar alguno de los exámenes de grado en UK, pues existen montones de libros comentando la obra, pero únicamente una edición de Penguin con ella.
Es una obra de crítica social, a la aristocracia ingles de la época, que curiosamente (casualmente?) tuvo su estreno en 1945 en la URSS. En fin, un poco de socialismo en vena.
En la obra se nos presenta una familia aristocrática inglesa a punto de comenzar una cena de celebración. El padre es industrial y la madre está metida en sociedades filantrópicas. También está la hija (un poco pija), su fiancé y el hijo (rebelde). Entonces aparece el inspector del título y empieaza a hacer preguntas sobre una trabajadora que se ha suicidado en su oscura habitación.
Mediante sus agudas preguntas, el inspector conseguirá mostrar cómo todos los componentes de la familia tienen una porción de culpa "social" en la tragedia de la señorita. La argumentación no la voy a desvelar, pero a poco que uno reflexione es bastante predecible.
La obra está bien escrita y mantiene la tensión y el interés, lo que suele ser difícil en las obras de teatro leídas (una cosa es leer teatro, otra muy distinta verlo representado). Las acotaciones del autor contribuyen mucho a transmitir bien el dramatismo de las distintas escenas, y es fácil imaginar lo espectacular que puede ser la representación con Alec Baldwin como inspector (papel que al parecer desempeñó en el estreno inglés de la obra).
En el volumen vienen otras tres obras del mismo autor: Time and the Conways. I Have Been Here Before y The Linden Tree. En general, me parecieron aburridas y solo las leí por esa costumbre enfermiza que tengo de terminarme todos los libros que empiezo. Como curiosidad, la segunda se construye sobre una cierta teoría del paso del tiempo, según la cual estamos constantemente reviviendo nuestra vida, por lo que existiría la posibilidad de aprender de nuestros errores y cambiar nuestro futuro si fuéramos capaz de recordar cosas de una instancia a la otra, que es lo que hacer uno de los protagonistas de la obra.
La obra de teatro del título es una de las lecturas que tiene que hacer para inglés. Y tengo para mí que es una obra que ya solo leen los estudiantes para preparar alguno de los exámenes de grado en UK, pues existen montones de libros comentando la obra, pero únicamente una edición de Penguin con ella.
Es una obra de crítica social, a la aristocracia ingles de la época, que curiosamente (casualmente?) tuvo su estreno en 1945 en la URSS. En fin, un poco de socialismo en vena.
En la obra se nos presenta una familia aristocrática inglesa a punto de comenzar una cena de celebración. El padre es industrial y la madre está metida en sociedades filantrópicas. También está la hija (un poco pija), su fiancé y el hijo (rebelde). Entonces aparece el inspector del título y empieaza a hacer preguntas sobre una trabajadora que se ha suicidado en su oscura habitación.
Mediante sus agudas preguntas, el inspector conseguirá mostrar cómo todos los componentes de la familia tienen una porción de culpa "social" en la tragedia de la señorita. La argumentación no la voy a desvelar, pero a poco que uno reflexione es bastante predecible.
La obra está bien escrita y mantiene la tensión y el interés, lo que suele ser difícil en las obras de teatro leídas (una cosa es leer teatro, otra muy distinta verlo representado). Las acotaciones del autor contribuyen mucho a transmitir bien el dramatismo de las distintas escenas, y es fácil imaginar lo espectacular que puede ser la representación con Alec Baldwin como inspector (papel que al parecer desempeñó en el estreno inglés de la obra).
En el volumen vienen otras tres obras del mismo autor: Time and the Conways. I Have Been Here Before y The Linden Tree. En general, me parecieron aburridas y solo las leí por esa costumbre enfermiza que tengo de terminarme todos los libros que empiezo. Como curiosidad, la segunda se construye sobre una cierta teoría del paso del tiempo, según la cual estamos constantemente reviviendo nuestra vida, por lo que existiría la posibilidad de aprender de nuestros errores y cambiar nuestro futuro si fuéramos capaz de recordar cosas de una instancia a la otra, que es lo que hacer uno de los protagonistas de la obra.
domingo, 3 de enero de 2016
L'Étrange Affair du pantalon de Dassoukine, de Fouad Laroui
Divertida colección de cuentos de Fouad Laroui, escritor de origen marroquí, que además es ingeniero de Caminos (y que actualmente da clases de econometría! en Holanda, perdón, los Países Bajos).
Tenía ya fichada para su lectura la que es posiblemente su obra más famosa, Une Année Chez les Français. Pero ha caído en mis manos este librito y no he podido postponer más la curiosidad.
Esperaba quizá encontrar algo más costumbrista sobre Marruecos, pero lo cierto es que, aunque no ha sido así, he disfrutado mucho con la lectura. La mayor parte de los cuentos incluidos en este libro usan la técnica de "reunión en el café" como forma de narración. Básicamente, Laroui nos narra una tertulia de café, posiblemente en Casablanca, en que uno de los contertulios narra una anécdota entre apostillas de los demás. Ello posibilita una interacción bastante rica y divertida, en parte por la propia candidez de los contertulios, además de trasladarte al ambiente de un café marroquí sin necesidad de mucha descripión.
Vienen a la mente esos paisanos que se ven en las ciudades marroquíes dejando pasar el día mientras ven pasar a la gente y sorben su té a la menta.
En general, son divertidas, pero la más divertida es sin duda "L'invention de la natation séche", donde a lo absurdo del tema (véase el título) se une la explotación más rica del recurso tertuliano antes expuesto.
Llama la atención también la prudente desconfianza que el autor muestra hacia las instituciones estatales y la burocracia, imagino que inevitables cuando uno ha vivido en Marruecos con independencia de su ideología.
Buen aperitivo ante la lectura que preveo próxima de Une Année Chez les Français. Y a ver si me hago también con el ensayo que tiene sobre el Islamismo.
Tenía ya fichada para su lectura la que es posiblemente su obra más famosa, Une Année Chez les Français. Pero ha caído en mis manos este librito y no he podido postponer más la curiosidad.
Esperaba quizá encontrar algo más costumbrista sobre Marruecos, pero lo cierto es que, aunque no ha sido así, he disfrutado mucho con la lectura. La mayor parte de los cuentos incluidos en este libro usan la técnica de "reunión en el café" como forma de narración. Básicamente, Laroui nos narra una tertulia de café, posiblemente en Casablanca, en que uno de los contertulios narra una anécdota entre apostillas de los demás. Ello posibilita una interacción bastante rica y divertida, en parte por la propia candidez de los contertulios, además de trasladarte al ambiente de un café marroquí sin necesidad de mucha descripión.
Vienen a la mente esos paisanos que se ven en las ciudades marroquíes dejando pasar el día mientras ven pasar a la gente y sorben su té a la menta.
En general, son divertidas, pero la más divertida es sin duda "L'invention de la natation séche", donde a lo absurdo del tema (véase el título) se une la explotación más rica del recurso tertuliano antes expuesto.
Llama la atención también la prudente desconfianza que el autor muestra hacia las instituciones estatales y la burocracia, imagino que inevitables cuando uno ha vivido en Marruecos con independencia de su ideología.
Buen aperitivo ante la lectura que preveo próxima de Une Année Chez les Français. Y a ver si me hago también con el ensayo que tiene sobre el Islamismo.
sábado, 2 de enero de 2016
Jeanne d'Arc, de Anatole France (Dos Volúmenes)
Biografía de la Pucelle francesa, rigurosamente documentada y profusamente anotada (3000 notas al pie, ahí es nada). Nos cuenta la vida de Juana de Arco desde su infancia, la aparición de las Voces (S Miguel, Sta Catalina y Sta Margarita) y cómo se presenta ante el rey de Francia, le ayuda en el asedio de Orleans y la recuperación de diversas ciudades inglesas (aunque en territorio francés) hasta su coronración en Reims. Prosigue luego con unos episodios menos glamurosos (como el ataque a Paris) hasta la heroína es capturada por los ingleses.
Desde ese momento Anatole France hace una detallada descripción del Proceso o juicio de la Pucelle, con las preguntas a las que se le somentio y las respuestas que produjo. Quizá sea esta la parte más interesante de la lectura. El proceso como es bien sabido terminó con la muerte de la Pucelle, aunque la historia sigue con otras señoritas que al parecer declararon serlo una vez muerta la original. Y termina con la rehabilitación judicial de la figura de Juana de Arco, que se produce una vez los franceses reconquistan Paris y pasan a dominar su territorio nacional de nuevo.
La principal lección que parece extraerse del libro es que el juicio religioso a Juana de Arco tiene una causa política, esto es, la desacreditación del monarca francés por parte de sus enemigos ingleses, y en el que la Iglesia se ve obligada a jugar un papel gregario. Vamos, que Juana estaba condenada desde el momento en que empezó el proceso porque el objetivo era despojar de valor los actos del rey francés a ojos de la cristiandad.
El libro es duro de leer, el estilo de Anatole France no es precisamente ameno, sino más bien trabado. Muy distante de las novelas históricas que tanto me atraen en los últimos tiempos. No obstante, refleja de forma atractiva lo que debía ser la realidad de la época, a la que tan bien nos aproximan los libros de George Martin: los cambios constantes en las lealtades, la mutua desconfianza y los intereses ocultos. Por ejemplo, las dinámicas que se producen entre los ciudadanos de las distintas villas asediadas y los destacamentos militares dotados por cada señor para la supuesta defensa de la misma.
La época en que se producen los hechos es, por otro lado, apasionante, con los Armagnac enfrentados a los Bourguignon, y el territorio de lo que hoy es Francia divivido entre este país e Inglaterra. De hecho, Juana de Arco nace en "Inglaterra" y luego pasa a Francia a ayudar a su monarca. No se olvide que Burdeos y la Aquitania eran Inglaterra en esa época. Estaría bien encontrar alguna novela histórica buena ambientada en la época. ¿Alguien sabe si Maurice Druon escribió otros "Rois Maudits" para el siglo XV?
Desde ese momento Anatole France hace una detallada descripción del Proceso o juicio de la Pucelle, con las preguntas a las que se le somentio y las respuestas que produjo. Quizá sea esta la parte más interesante de la lectura. El proceso como es bien sabido terminó con la muerte de la Pucelle, aunque la historia sigue con otras señoritas que al parecer declararon serlo una vez muerta la original. Y termina con la rehabilitación judicial de la figura de Juana de Arco, que se produce una vez los franceses reconquistan Paris y pasan a dominar su territorio nacional de nuevo.
La principal lección que parece extraerse del libro es que el juicio religioso a Juana de Arco tiene una causa política, esto es, la desacreditación del monarca francés por parte de sus enemigos ingleses, y en el que la Iglesia se ve obligada a jugar un papel gregario. Vamos, que Juana estaba condenada desde el momento en que empezó el proceso porque el objetivo era despojar de valor los actos del rey francés a ojos de la cristiandad.
El libro es duro de leer, el estilo de Anatole France no es precisamente ameno, sino más bien trabado. Muy distante de las novelas históricas que tanto me atraen en los últimos tiempos. No obstante, refleja de forma atractiva lo que debía ser la realidad de la época, a la que tan bien nos aproximan los libros de George Martin: los cambios constantes en las lealtades, la mutua desconfianza y los intereses ocultos. Por ejemplo, las dinámicas que se producen entre los ciudadanos de las distintas villas asediadas y los destacamentos militares dotados por cada señor para la supuesta defensa de la misma.
La época en que se producen los hechos es, por otro lado, apasionante, con los Armagnac enfrentados a los Bourguignon, y el territorio de lo que hoy es Francia divivido entre este país e Inglaterra. De hecho, Juana de Arco nace en "Inglaterra" y luego pasa a Francia a ayudar a su monarca. No se olvide que Burdeos y la Aquitania eran Inglaterra en esa época. Estaría bien encontrar alguna novela histórica buena ambientada en la época. ¿Alguien sabe si Maurice Druon escribió otros "Rois Maudits" para el siglo XV?
viernes, 1 de enero de 2016
La conjura de las reinas, de Valerio Massimo Manfredi
Se trata de una novela pseudo-histórica, una especie de continuación de la Guerra de Troya, que se centra en alguno de los personajes secundarios de la Iliada. Más en concreto, el protagonista principal es Diomedes, uno de los héroes de los aqueos, y al que Homero dedica una de las famosas aristías de la citada epopeya (las otras dos son las de Hector, patética, y la de Aquiles, exuberante), y mi preferida. Quizá por ello guardo un especial cariño por el personaje.
También aparecen Agamenon (brevemente, ya sabeis que le mata Clitemnestra nada más volver a su ciudad de Micenas), Menelao, y Nestor y Ulises de oídas.
Manfredi es un escritor bastante interesante, que hace obras correctas, pero que no es capaz de dotar de pasión y vida a sus personajes. Sus obras se leen bien, pero no dejan demasiado rastro. También he leído de él La última legión, en que lo más interesante es conocer el capítulos histórico de la legión perdida de Craso en Asia que pudo terminar en China.
El libro gustará a los amantes de la mitología griega, sobre todo a los que disfrutaron con la Iliada y se quedaron con las ganas de más Diomedes. El estilo trata por momentos de ser épico, aunque solo lo mantiene fielmente al principio, luego se centra más en los acontecimientos que en tratar de ser homérico.
Aunque el verdaderamente interesado en continuaciones de la Iliada lo que debería es leer la Eneida de Virgilio, y la Orestiada de Esquilo. Estas sí que merecen la pena. Personalmente, la Odisea me gusta menos, demasiado enfocada a las vicisitudes con los pretendientes y Telémaco, y poco al viaje.
También aparecen Agamenon (brevemente, ya sabeis que le mata Clitemnestra nada más volver a su ciudad de Micenas), Menelao, y Nestor y Ulises de oídas.
Manfredi es un escritor bastante interesante, que hace obras correctas, pero que no es capaz de dotar de pasión y vida a sus personajes. Sus obras se leen bien, pero no dejan demasiado rastro. También he leído de él La última legión, en que lo más interesante es conocer el capítulos histórico de la legión perdida de Craso en Asia que pudo terminar en China.
El libro gustará a los amantes de la mitología griega, sobre todo a los que disfrutaron con la Iliada y se quedaron con las ganas de más Diomedes. El estilo trata por momentos de ser épico, aunque solo lo mantiene fielmente al principio, luego se centra más en los acontecimientos que en tratar de ser homérico.
Aunque el verdaderamente interesado en continuaciones de la Iliada lo que debería es leer la Eneida de Virgilio, y la Orestiada de Esquilo. Estas sí que merecen la pena. Personalmente, la Odisea me gusta menos, demasiado enfocada a las vicisitudes con los pretendientes y Telémaco, y poco al viaje.
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