lunes, 11 de enero de 2016

The Sleepwalkers: How Europe went to War in 1914, de Christopher Clark

Interesantísimo y muy bien documentado libro sobre las causas de la Primera Guerra Mundial.

Desde mi punto de vista, dicha Guerra marca el final de la época de más libertad que se ha conocido en el mundo reciente, para dar paso a los Estados poderosos y la situación política que vivimos en la actualidad. Por ello es muy interesante tratar de indagar en las razones por las que ese mundo idílico (que tan bien describe Stefan Zweig en sus Memorias de un Europeo) terminó de forma tan terrible, con miles de personas sumergidas en el barro de las trincheras.

El libro está estructurado en tres partes, creo recordar. La primera fue para mí la más interesante y amena. En ella se nos describe el punto de partida, la organización de cada una de las naciones que luego protagonizarían el conflicto, así como alguna otra directamente afectada. Me refiero al imperio Austrohúngaro, Alemanía, Inglaterra, Francia y Rusia. Junto a ellas, también se habla de Turquía, Bulgaria. Serbia e Italia.

Se nos describe a una Francia aterrorizada por el recientemente adquirido poder alemán (a resultas del Zollverein) que le ha infligido una derrota humillante en la guerra franco-prusiana de 1870. Rusia también le tiene respeto a la creciente pujanza alemana, pero este es tan solo uno de tantos problemas a lo largo de sus fronteras. De hecho, se nos traza a Inglaterra como una potencia difícilmente interesada en pactar algo con Rusia, con la que tiene bastantes conflictos territoriales en Asia central.

Por su parte, el imperio Austrohungaro se describe como bastante inoperativo en cuanto a Estado. El Parlamento austriaco resulta una caja de grillos donde abunda el filibusterismo y donde los distintos pueblos discuten en sus idiomas, por lo que el entendimiento es imposible. De hecho, hay una referencia a Hitler, que al parecer se entretenía acudiendo a las sesiones del parlamento austriaco, concluyendo de ellas la absoluta inoperancia de las democracias. En cuanto a Alemania, se la muestra como una potencia con mucha autoconfianza, y preocupada sobre su expansión colonial fuera de Europa, carrera en la que está muy por detrás de otras potencias europeas.

La segunda parte del libro describe el contexto social en que se produce la Gran Guerra, incluyendo las alianzas existentes entre las distintas naciones, con sus condiciones y diferencias. Aprendemos aquí el terrible automatismo de determinados mecanismos, que llevaría a la guerra tanto a Alemania como Francia de forma inmediata si se producía algún conflicto entre Rusia y Austria.

En la tercera se detallan minuciosamente los contactos diplomáticos entre todas las partes interesadas, con numerosas citas textuales. El estilo de éstas es similar al que podemos leer, no sé, por ejemplo en los personajes de Jean Austin, y resulta hasta divertido... si uno es capaz de olvidar que todos esos intercambios dialécticos terminaron REALMENTE en una guerra. Cuando uno los lee, parece que todo era de broma. Esta última parte es bastante aburrida, por lo demás, lo peor del libro.

Termino resumiendo muy rápidamente la tesis expuesta en el libro sobre el origen de la Primera Guerra Mundial. Francia, conocedora del automatismo de la intervención alemana en caso de conflicto ruso-austriaco, y consciente de que ello automáticamente exigiría su intervención, fuerza a los rusos al conflicto, presionando a Serbia para que no cediera ante las peticiones austriacas sobre la investigación de la muerte del Archiduque Franz Ferdinand de Austria. Francia, que teme el poder de Alemania, es consciente de que solo puede acabar con él si mete en el conflicto tanto a los rusos como a la flota inglesa. A los rusos, como se ha descrito, era comparativamente fácil.

Más costó convencer a los ingleses, que tenían sus propios conflictos con Rusia. No obstante, cuando Alemanía informó a Inglaterra de que de acuerdo a su despliegue estratégico tenía que atravesar Bélgica para llegar a Francia, aunque planeaba hacerlo sin acciones militares, los ingleses lo tomaron como provocación, y pese a las garantías alemanas, dijo que intervendría. Y lo hizo. Así se lió del todo, porque los alemanes tampoco desistieron de esta posibilidad.

A pesar de toda esta secuencia de actos de los distintos Estados, no creo que la Guerra hubiera tenido los efectos que tuvo si hubiera encontrado resistencia en la población. Lo cierto, y esto está muy documentado tanto en novelas como en el cine o en tratados históricos, es que la gente estaba deseando ir a la guerra para demostrar al otro la superioridad de los respectivos pueblos. Cuando estalla el conflicto, las imágenes sons festivas en las principales capitales europeas, no de tristeza. Toda la gente está convencida de que la guerra durará poco y de que además la vencerán.

Hasta qué punto tuvieron responsabilidad tanto Estados como medios de comunicación en aventar este sentimiento nacionalista es una cuestión bastante relevante, incluso en la actualidad.

En fin, muy recomendable libro de historia, en que se aprende mucho al principio, pero que resulta algo monótono y pesado en su parte final.



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