viernes, 28 de marzo de 2025

Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo ("The Seven Wonders of the Ancient World"), de Bettany Hughes

Las Siete Maravillas que dan título a este libro me han fascinado desde que conocí de ellas en la colección del Mundo de los Niños, que supongo recuerda mucha gente de mi generación. En mi mente se quedaron grabados aquellos dibujos, y especialmente los jardines colgantes de Babilonia. Muchas otras imágenes se ham quedado en mi subconsciente y han colaborado a definir las prioridades de mis viajes, pero no creo que ninguna tan vivida como las de aquellas Maravillas.

El libro de Hughes nos propone un recorrido arqueológico por las mismas, en la misma línea que los que he leido recientemente de Eric H. Cline (ver aquíaquí y aquí). Así que se combinan mi interés desde la infancia con el más reciente por la arqueología, para hacer una lectura irresistible.

Hughes no es tan rigurosa como Cline, y su estilo más florido me resulta algunas veces cargante (¿no puede dejar ningún sitio sin ponerle un adjetivo?). Además, hay mucho pajareo simbólico en lo que nos cuenta, sobre lo que podía significar y suponía cada una de las Maravillas. En todo caso, me ha resultado una lectura apasionante.

Lo primero que ha conseguido es que fijara las Maravillas en el tiempo: han dejado de estar en un pasado y lugar mítico, a un espacio y tiempo concretos. Me ha sorprendido sobre todo que de verdad se puede comprobar su existencia en tiempos históricos. Hombre, de la Pirámide de Keops ya lo sabía, yo mismo he estado por allí un par de veces. Pero es que del Faro de Alejandría, por ejemplo, se podían ver cosas en pie hasta el siglo XIV, y así lo atestiguan escritos de varios sabios arabes. Otra sorpresa es que la estatua de Zeus de Olimpia estuvo varios cientos de años en Constantinopla, en el área del hipódromo.

Gracias al mausoleo de Halicarnaso he conocido la civilización Karia y he puesto en valor Bodrum, ciudad turca que hubiera merecido una visita, en la que se pueden ver los escasos restos. La más elusiva de las Maravillas es precisamente la que más atrae: los Jardines Colgantes de Babilonia. Quizá por eso es la que más espacio deja a la imaginación y más impresiona con sus recreaciones: "The gardens themselves are therefore a tantalising lacuna, but their very elusiveness is their strength: the gap they leave, we have filled with our dreams.". El caso es que ni siquiera se tiene certeza de donde estaban, y Hughes especula con que pudieron estar en Babilonia o en Niniveh, pero poco más sobre la forma que pudieron tener. Incluso llega a postular que tal vez se confundieran con las murallas de Babilonia, que tal vez estuvieran coronadas por vegetación.

Curiosamente, Hughes identifica un hilo conductor para las Siete Maravillas, ni más ni menos que a Alejandro Magno, quien fue contemporáneo de la construcción de cuatro de ellas, pudo ser la representación de Helios en el Coloso de Rodas, dio nombre a la ciudad del Faro y pudo morir de malaria a la vista del jardín colgante de Babilonia. "The original Seven Wonders list was therefore a product of the Hellenistic Age, that baggy epoch spanning the death of Alexander the Great (Alexander III of Macedon) in 323 BCE and the death of Cleopatra of Egypt (Cleopatra VII of the Ptolemies) in Alexandria itself in 30."

Me ha parecido que la obra de desinfla conforme avanza en las Maravillas, como si en vez de cronológicamente las hubiera colocado por orden inverso a la cantidad de cosas que tenía que contar. Sobre la Pirámide, Hughes nos cuenta cantidad de cosas, llegando a pintar bastante bien cómo podía ser la vida de los egipcios en la época y cómo se construyó, y alcanzando a los tiempos más actuales, con las impresiones que han dejado en personajes históricos o en turistas ingleses. En cambio, lo que cuenta del Coloso de Rodas me ha sabido a poco, y también se echa de menos algo más de información de cómo se construyó el Faro de Alejandría o de cómo funcionaba. A cambio nos obsequia con esta divagación etimológica: "There is a possibility that the word ‘minaret’ derives from Menara– a constantly burning flame. This too is disputed, but the word for ‘lighthouse’ in Spanish, Portuguese and Italian– faro, farol, faro– definitely owes everything to the Pharos. So the Lighthouse of Alexandria, even if we do not realise it, is a creation baked into languages spoken across the majority of the globe."

Dejo un par de frases que me han gustado de sus conclusiones, y concluyo a mi vez recomendado esta lectura.

"powerful civilisations leave behind great monuments; great civilisations leave behind powerful ideas."

"Complacency is the enemy of culture; the enemy of wonder and wondering." (Creo que esta es una cita de un tercer autor)

viernes, 21 de marzo de 2025

Un libertario se encuentra con un oso ("A libertarian walks into a bear"), de Matthew Hongoltz-Hetling

No deja de ser sorprendente que este libro de haya traducido, y más ahora que lo he leído. No es que sea un libro malo, sino que es muy americano, muy local, o quizá debería decir estatal. Supongo que el truco está que en el título aparece la palabra "libertario", que es esa alternativa de organización social que nos está abriendo Javier Milei; y que en la portada se da a entender que el libro va del fracaso de un experimento libertario. Al menos, eso es claramente lo que me ha enganchado a mí, pero no creía que habría tanto mercado en España.

Claro que el libro no va de eso, o no va solo de eso, como uno descubre prácticamente desde el inicio, cuando ya se nos cuenta que el problema de los osos en el área de Grafton, el pueblo del experimento libertario, viene prácticamente desde la colonización ("Even before New England colonists began warring with the British monarchy, they were engaged in long- standing open hostilities with the region’s bears (...).the prominence of bears in the primeval New Hampshire forest, as evidenced by modern maps pockmarked with Bear Hills, Bear Hollows, Bear Ponds, Bear Brooks, and Bear Creeks."). De hecho, el lector notará que los protagonistas del libro son los osos, y que los "libertarios" juegan un papel de comparsas, que le viene bien al autor para atraer lectores.

Que los osos son los protagonistas nos lo recuerda la cita de literatura clásica que encabeza cada capítulo, que se corresponde con extractos de Shakespeare, Mark Twain, Charles Dickens y otros conocidos escritores, en los que aparece la palabra "oso".

En todo caso, el autor documenta el establecimiento y declive del establecimiento de un "Free Town Project" en la zona de Grafton. El nombre es reminiscente del "Free State Project" que se emprendió para New Hampshire (el estado en que esta Grafton) y que según parece comenzó oficialmente en 2016 tras conseguirse el mínimo de adherencias que se solicitaba. Hongoltz-Hetling se refiere al Free State Project como uno de los causantes del final del "Free Town Project" de Grafton, pero no llega a documentar su desarrollo ni si está siendo un éxito o un fracaso. Nos quedamos con las ganas para la próxima entrega.

Respecto al "Free Town Project", el tratamiento que el da el autor es continuamente sarcástico, hasta el aburrimiento, porque tampoco tiene demasiada gracia. En su estilo también resulta cansino el abuso de lo que los ingleses llaman "punch line", esa línea corta suelta tras una parrafada, en la que se pone en duda todo lo razonado previamente.

Hongoltz-Hetling no tiene misericordia con las participantes en el "Free Town Project", a los que opone con los graftonitas, ya de por sí bastante anárquicos, pero que ven a los primeros como invasores de su espacio. Y es que lo que nos retrata el autor es una verdadera panda de friquis, que más que la libertad buscan hacer lo que les dé la gana, lo que no tiene mucho que ver con anarquismo o el libertarianismo, que parte del respeto por los derechos de propiedad. Así, quienes se suman al proyecto parece más bien gente que no quiere pagar multas o impuestos, o los típicos americanos que viven en medio del bosque, incluso hay algún comunista. Vamos, en general unos indeseables con los que nadie querría vivir, ni los libertarios ni los graftonitas.

Un par de ejemplos: "Pendarvis also vowed to force Grafton to withdraw from the school district and to legalize organ trafficking, cannibalism, and duels, among other things."

Otro Freetowner dice:"I’d like to get to what I say is ‘fully off grid,’ or ‘no grid,’ which is no gunpowder, no electricity, and no gasoline or petroleum products." Ya se ve, libertario del todo.

De la descripción que da el autor, a mí me queda claro que, como en cualquier intento social, las personas importan. Los libertarios dicen que el comunismo es un fracaso teórico, y da igual quién lo implemente; los comunistas, en cambio, piensan que su utopía es realizable, pero siempre la cagan las personas: la culpa es de Stalin o Fidel Castro, no de la ideología. No querría yo caer en esta trampa, porque la teoría económica no deja dudas, pero es que habrá que dejar claro que los liberarios pagamos nuestras multas y nuestros impuestos. Y si bien pensamos que estos últimos son malos para la sociedad, y tratamos de que la cosa cambie, incluso algunos rebelándose contra su pago, la mayoría no queremos estar fuera de la ley, aunque sea inmoral. Vamos, que la mayor parte somos gente educada con la que se puede convivir.

Lo cual nos deja con los osos. El autor describe numerosos episodios, algunos históricos y otros más modernos, con participación de paquidermos. El autor nos deja claro algo que ya imaginábamos: la proliferación reciente de osos se debe en gran parte a las políticas estatales de protección medioambiental: "But under the state’s wildlife management laws, he could only shoot bears that were actively threatening his property, a description open to interpretation." Aprovecho para dejar esta perla woke de un funcionario: "“We are hesitant to call these ‘bear attacks,’ because we don’t view them as such,” he said. “However, physical contact between a bear and a person is not the norm, and we should probably be putting those events in a file.”"

Si los osos se hacen más atrevidos, es en parte porque determinadas personas se saltan las normas, y por ejemplo les dan de comer (y aquí es donde entrarían los libertarios), pero también porque no se les puede hacer nada si no quieres acabar en la cárcel. El autor lo resume así: "As the disconnect spread statewide, wildlife officials continued to push the limits of acceptable numbers of bears, and libertarians continued to promote a culture of civil disobedience and individual rights, including the right to feed or shoot the bears in one’s backyard.

Al respecto, muy interesante el ejemplo que cuenta de la ciudad de Hanover, donde la invasión de un oso con sus crías se resuelve a base de gasto público, cosa que en Grafton no se hace por ser una población más pobre y con menos conexiones con los políticos estatales.

En general, es un libro correctamente escrito, que consiste en una recopilación de anécdotas sobre los dos temas que lo presiden y que recoge el título. No hay un orden claro en las mismas y algunos de los sucesos que se cuentan no tienen interés alguno, por ejemplo, toda la trama relacionada con la iglesia del pueblo.

El escritor es claramente hostil a los libertarios, como lo muestra su estilo sarcástico: "And anyway, logically speaking, the Free Towners and Grafton’s longtime residents all hated taxes. What could possibly go wrong?" (Según él, los libertarios son gente hiper-lógica). En este sentido, para quien se considere tal, puede ser un buen ejercicio que mirarse al espejo con unos ojos hostiles.

Pero es que yo no tengo claro que este señor sepa lo que son los libertarios: "Libertarianism is entirely built upon the appeal of exercising free choice to own a gun, marry indiscriminately, commit suicide, shoot bears, curse in polite society, or buy unhealthy amounts of soda in New York City." Supongo que como frase ocurrente está bien, pero como descripción de los libertarios lógicos deja bastante que desear.

Yo no hubiera leído este libro de haber conocido su contenido. Simplemente, es que no es interesante lo que cuenta, por mucho que tire de amarillismo para vender libros.

martes, 11 de marzo de 2025

The sociology of revolution, de Pitirim A. Sorokin

El título de este libro expresa perfectamente su contenido. Más intrigante es quizá el nombre del autor, que no sé si es muy conocido en ámbitos sociológicos. El tipo es un ruso contemporáneo de Lenin, lo que significa que pudo experimentar en sus propias carnes un par de revoluciones (estoy pensando en la rusa que acabo con el régimen zaristas, y en la bolchevique, que acabo con el régimen republicado tras el zar). El hombre huyo de la Rusia que estaba empezando a experimentar con la NEP, y escribió este estudio en inglés ayudado por sus compañeros de universidad.

La teoría de Sorokin es que las revoluciones tienen siempre dos fases, una primera de locura y pasiones desatadas en que el individuo se deja llevar por sus peores instintos, y una segunda en que los ejecutores de la revolución se empiezan a desfondar y a desilusionar de sus resultados, tras lo cual se reestructuran las relaciones sociales, con algunos cambios respecto al régimen precedente, pero a unos elevados costes en vidas humanas y destrucción, que no esta nada claro que compensen los beneficios obtenidos. 

Este retorno a la normal lo explica Sorokin de una forma muy hayekiana"Every stable social organization, however imperfect it may seem from the standpoint of immature radicalism, is, nevertheless, the outcome of an immense condensed real ( not fictitious) national experience; the result of innumerable strivings, efforts, experiments of many generations to find the best possible forms compatible with existing concrete conditions.

Only an ignoramus, or a man immersed in the fantasies of his own brain, can imagine that such an order, built up and existing for centuries, can present nothing but an immense nonsense, a misunderstanding, a complete mistake."

Como Sorokin no conoció el régimen Staliniano ni otros países comunistas como Cuba, Corea del Norte o Venezuela, no tiene instancias empíricas que sean contraejemplo de que no siempre se retorna al régimen precedente. O, bueno, siempre se retorna, pero a largo plazo todos calvos.

Sorprende de Sorokin su sofisticado conocimiento de psicología, que aunque explica con instintos y reflejos pavlovianos, en el fondo coinciden con la visión de que muchos de los comportamientos humanos se heredan (psicología evolutiva) y no se educan. Al mismo tiempo, ofrece análisis demasiado cándidos de aspectos como el sexual, que ahora mismo serían completamente obsoletos: por ejemplo, considerar que el divorcio en una perversión de las relaciones sociales, y medir las mismas por el número de matrimonios. 

La metodología de Sorokin consiste en establecer los hechos característicos de las revoluciones, y a continuación demostrar que se han repetido con una u otra forma en las revoluciones de la historia. El abanico histórico que utiliza para documentar sus teorías es muy amplio, alcanzando a revoluciones egipcias, griegas, romanas; las revueltas medievales de campesinos en distintos países de Europa ("Jacqueries"), la revolución Hussita, las revoluciones francesas (empezando por la de 1789, que llama la Grande), la revolución inglesa, varias en Alemania, y, por supuesto, las rusas, terminando el repaso con la bolchevique, que es de la que más información, lógicamente, proporciona. Quizá alguien pueda encontrar interesante estos repasos de acontecimientos, pero en general a mí se me han hecho repetitivos. Hombre, algún punto interesante siempre hay, y la lectura no se atasca, pero aún así, uno tiende a leer estos detalles con rapidez y sin demasiada reflexión. 

Por cierto, ninguna revolución en España (tanto peninsular como transatlántica), nunca me había parado a pensarlo. ¿No hemos tenido aquí ninguna revolución? Quizá lo más parecido sea el comienzo de la Guerra Civil, que aún no se había producido cuando escribe Sorokin.

Esta metodología la aplica Sorokin en los siguientes aspectos: 1) Perversiones psicológicas; 2) Cambios demográficos, tanto cuantitativos como de estructura de grupo; 3) Cambios en las funciones sociales (del gobierno, de la economía y del ámbito espiritual). El índice del libro ya revela que es en el primer aspecto donde Sorokin concentra su artillería, categorizando exhaustivamente las citadas perversiones, y consiguiendo por esta razón que también el libro se haga repetitivo, ya que las líneas entre muchos tipos de perversión son difusas. Por ejemplo, entre las relaciones laborales y las relaciones con la autoridad (aunque para Sorokin la línea quizá sea más clara, pues ve el trabajo como algo especial en la naturaleza individual, y no como una relación contractual).

Así las cosas, el libro se deja leer con facilidad, pues la carga conceptual es relativamente pequeña y hay mucho material de ilustración histórica por el que uno se puede pasear sin detenerse. Y con esto se llega al último capítulo del libro, "Las causas de las revoluciones" que me ha parecido el mejor y más interesante del libro, con bastante más densidad que los antecedentes.

Nos dice Sorokin: "The immediate cause of revolution is always the growth of " repression " of the main instincts of the majority of society, and the impossibility of obtaining for those instincts the necessary minimum of satisfaction.". Aunque advierte que estas represiones normalmente no se transparentan, y que se sustituyen por otros pretextos visibles más grandiosos: "The visible pretexts of revolution are quite different: now it is the passing of the Navigation Act, now the introduction of the Prayer Book, now the reunion of the l' Etats Generaux..."

No basta con que exista algún tipo de represión. En toda sociedad siempre hay grupos más o menos reprimidos. Para que se pueda producir la revolución, la represión tiene que ser general, y además debe concurrir "the impotence of the groups which stand for order".

Se explica: "By insufficient and incompetent resistance I mean the incapacity of the authorities and groups in power: (a) to meet the growing pressure of restricted instincts with a counter-pressure sufficiently strong to balance it; (b) to remove or weaken the conditions that produce the "restriction"; (c) to split and divide the restricted groups in sections and to set them against each other ("divide et impera "!), thus weakening the enemy; and (d) to provide an outlet for other restricted instincts in non-revolutionary forms."

De aquí se va a asomar a las características de los gobernantes en tiempos pre-revolucionarios, con perlas como esta: "Impotence, indecision, incompetence, embarrassment, light-headed carelessness on the one hand, depravity, corruption and fastidiousness on the other; such are the characteristic features of pre- revolutionary governing classes." Viendo lo que tenemos en España y Europa uno podría pensar que estamos en época pre-revolucionaria, la verdad. Por suerte, no parecen darse las otras dos condiciones, o por lo menos lo pensamos: 50% de robo de impuestos no nos parece suficiente represión.

En todo caso, enlazando con el clásico de Hayek "Why worst get on top" está claro que las democracias nos llevan a gobernantes tipo pre-revolucionario, lo que supongo que se compensa con una débil represión, porque sin esto la cosa parece insostenible. Dejo para la reflexión hasta qué punto se puede explicar la dinámica del Estado por el equilibrio represión que quiere hacer - represión que puede hacer sin que esto dé lugar a revolución. 

Un último punto de interés tiene relación con cómo la represión diferencial entre los distintos grupos afectados explica la virulencia y profundidad de la revolución: "As the repressed instincts of different people and groups are different as to character and quantity, then, according to the theorem, their character and quantity should determine and explain : how far the revolutionary disposition of each group will go, and, which of them will first desert the revolution and in what succession the other ones will follow."

Enlazando con la degradación de los gobernantes, un tema interesante es por qué no afloran individuos válidos de entre los grupos no gobernantes o reprimidos. Explica Sorokin que parte de la represión consiste en que los gobernantes se aferran a sus privilegios sin dar nada a cambio, y tienden a blindarse del ascenso de individuos de los otros grupos, impidiendo ese beneficio recambio que tan natural nos parece en un mercado libre (entre los sucesivos emprendedores que triunfan). Una vez más, quien observe lo que sucede en la casta política y burocrática en nuestro país y en Europa, verá que dificulta enormemente la aparición de voces discordantes (un ejemplo son los cordones sanitarios a los partidos calificados como extrema derecha). En EEUU esto parece mucho más fácil (ejemplo, Trump) y no quiero olvidar el milagro Milei en Argentina. ¿Qué posibilidades hay de que algo similar ocurra en la UE?

Aquí lo dejo. Este libro solo está en inglés y es difícil de conseguir. Tampoco es una lectura maravillosa, pero tiene sus momentos. Yo diría que con leer el último capítulo uno ya le saca jugo y se ahorra 300 páginas, pero que cada cual juzgue.

lunes, 10 de marzo de 2025

Ruido ("Noise"), de Daniel Kahneman, Olivier Sibony y Cass R. Sunstein

De la mano de Kahneman me introduje en el apasionante mundo de la psicología, en concreto con su best-seller (y creo que casi su único libro de divulgación) "Thinking fast and slow", super-recomendable. Como es lógico, al conocer de esta nueva obra suya, no duce en hacerme con ella para leerla. La autoría la comparte con Sunstein, economista "behaviour" a quien he visto en directo cuando estuve una semana en Harvard, y Olivier Sibony, consultor de alta dirección que ahora es académico.

El trio ya hace ver que este libro no va tanto de psicología como me hubiera gustado. Y, en efecto, así es: se trata de un análisis sobre el "ruido" en las decisiones de las organizaciones, y de cómo reducirlo. Con esta finalidad, la psicología tiene un importante papel que jugar, toda vez que dicho "ruido" se genera debido a los sesgos psicológicos que todos los humanos tenemos, y por tanto, la reducción del citado ruido pasa por diseñar procedimientos que contrarresten dichos sesgos. 

Esto implica que no hay nuevos conocimientos de psicología que uno vaya a obtener del libro. Es más bien una aplicación de los sesgos cognitivos que nos presentaba Kahneman en su obra magna. No por ello el libro carece de interés, pero sí que hay que reconocer que busca un público más específico, corporativo o burocrático sí se quiere, y no es lectura para el común.

Y esto es así, en primer lugar, porque el ruido en las decisiones/valoraciones es un fenómeno que tiene todo su sentido cuando se trata de varias personas distintas tomando decisiones sobre casos análogos. Por ejemplo, jueces imponiendo sentencias, o personal de recurso humanos valorando candidatos para incorporarse a la empresa, o médicos decidiendo si hay un tumor.

Lo que se observa empíricamente es que estas decisiones no son tan homogéneas como se podría creer. Por el contrario, ante situaciones parecidas, puede haber gran disparidad en las decisiones que no parece corresponderse con los datos objetivos. Esto es lo que llaman los autores "ruido" y afirman que tiene altos costes para las empresas y para la sociedad. De lo que se deduce que es deseable que las organizaciones afectadas traten de minimizar el citado ruido: o sea, traten de garantizar que las decisiones van a ser similares ante circunstancias similares, con independencia de quién sea el decisor concreto.

Kahneman y sus coautores explican que el ruido es un problema similar al del sesgo estadístico. Sin embargo, este último si está reconocido como problema y se ponen procedimientos para solventarlo. En cambio, para el ruido ni siquiera se es muchas veces conscientes de que el problema existe. Solo se constata cuando se hacen "auditorias de ruido", algo que pocas organizaciones llevan a cabo.

El ruido se mide con la desviación estándar (ninguna sorpresa para los que somos telecos) de las valoraciones. Los autores descomponen el ruido sistémico en tres componentes: el "level noise" (debido a la ambigüedad en las escalas de valoración: lo que para un evaluador es un 3 para otro puede ser un 4), el "pattern noise" (debido a la personalidad concreta del evaluador) y el "occasion noise" (debido a las circunstancias en que el evaluador toma la decisión; por ejemplo, si hace calor, la hora del día o si está de mal humor). Es este último el único relevante a nivel individual, o sea, el que puede interesar al lector normal.

La parte más interesante del libro es la que explican los sesgos psicológicos que están detrás del ruido, y también del sesgo estadístico. Aquí Kahneman tira de sus conocimientos y nos cuenta "the planning fallacy, overconfidence, loss aversion, the endowment effect, the status quo bias, excessive discounting of the future (“ present bias”), and many others— including, of course, biases for or against various categories of people". De nuevo apasionante, aunque ahora más bien como recordatorio.

Pero a este añade la imposibilidad de predecir el futuro, la incertidumbre radical que tenemos del mismo, con los datos típicos de % de acierto en las previsiones de los expertos. La incertidumbre radical no es un sesgo psicológico, pero algunos de estos nos pueden hacer creer que sabíamos lo que iba a pasar, sobre todo cuando están bien explicados casualmente dado nuestro sesgo por la "hipercoherencia".

Por cierto, en los experimentos de laboratorio se ha encontrado que un 2% de los individuos se pueden considerar "superforecasters", pues aciertan bastante más que el promedio (eso sí, tampoco tienen un record impresionante). Las características de estos perfiles se resumen así: "their ease in thinking analytically and probabilistically. (...) Instead of offering a gut feeling or some kind of global hunch, they ask and try to answer an assortment of subsidiary questions. (...) Superforecasters also excel at taking the outside view, and they care a lot about base rates. (...) The strongest predictor of rising into the ranks of superforecasters is perpetual beta, the degree to which one is committed to belief updating and self- improvement.”"

En el otro extremo, los autores se refieren a la gente que se cree que puede predecir el futuro: "People who believe themselves capable of an impossibly high level of predictive accuracy are not just overconfident. They don’t merely deny the risk of noise and bias in their judgments. Nor do they simply deem themselves superior to other mortals. They also believe in the predictability of events that are in fact unpredictable, implicitly denying the reality of uncertainty. In the terms we have used here, this attitude amounts to a denial of ignorance."

Una vez conocidos sesgos psicológicos y aceptados límites, llega el momento de proponer soluciones para reducir el "ruido", esto es, para evitar dejarnos llevar por los sesgos psicológicos. Entre ellas, destaco dos. Por un lado, el uso de algoritmos, sencillos o de IA, que eliminan completamente el ruido. Es sorprendente que utilizar un algoritmo por sencillo que sea, mejora siempre la valoración (entiéndase, hace que sea mejor, no que se dé más valor). Conviene utilizarlas incluso para decisiones recurrentes individuales, porque así se elimina el "occasion noise".

Por otra, la promediación o "wisdom of the crowds": el promedio de las valoraciones independientes de varios juzgadores es siempre mejor que la mayor parte de los individuales. Esto se puede aplicar también para reducir el "occasion noise", forzándonos a hacer una misma valoración en distintos momentos y decidiendo en base a su promedio.

Dejo aquí entero el procedimiento que los autores proponen para evitar el ruido en las decisiones organizativas, que incorpora varias de las técnicas reductoras:
"1. At the beginning of the process, structure the decision into mediating assessments. (For recurring judgments, this is done only once.) 
2. Ensure that whenever possible, mediating assessments use an outside view . (For recurring judgments: use relative judgments, with a case scale if possible.) 
3. In the analytical phase, keep the assessments as independent of one another as possible. 
4. In the decision meeting, review each assessment separately. 
5. On each assessment, ensure that participants make their judgments individually; then use the estimate- talk- estimate method. 
6. To make the final decision, delay intuition, but don’t ban it."

Dejan un aviso a navegantes que se quejen de que así se burocratiza un proceso eminentemente creativo: "decision hygiene need not be slow and certainly doesn’t need to be bureaucratic. On the contrary, it promotes challenge and debate, not the stifling consensus that characterizes bureaucracies.

La obra se cierra recalcando la importancia de un análisis coste-beneficio de incorporar técnicas de reducción del "ruido". Y esto se acompaña de las principales críticas a las técnicas propuestas, que los autores rebaten. El argumento que más utilizan es que sí, puede que una determinada técnica tenga el problema que se le achaca, pero entonces que se utilice otra que no lo tenga.

martes, 4 de marzo de 2025

Los nombres propios, de Marta Jiménez Serrano

Como estoy en sequia de literatura en castellano, cualquier recomendación es aceptada, como esta que proviene de mi hija y que me daría más pereza en otras condiciones. Estos huecos hay que buscarlos voluntariamente, porque sin ellos se corre el riesgo de quedarse encasillado en las mismas lecturas y dejar de conocer mundo.

Y cuando ocurre eso, te puedes perder cosas muy interesantes, como esta bonita novela de una autora a la que desconocía. Me ha gustado bastante tanto por el contenido como por la forma, y personalmente creo que va más allá de novela para adolescentes, pese a ser la narradora ni más ni menos que Belaundia Fu, la amiga invisible de la protagonista en su niñez.

Este es sin duda el aspecto más original de la novela, y que da mucho juego en las manos de Jiménez Serrano. Para empezar, el estilo vocativo que utiliza, que esta vez si tiene sentido, pues Belaundia le está contando las cosas a la protagonista, Marta (¿alter ego de la autora?). He leído otras novelas en que dicho estilo no tenía explicación aparente, aquí sí.

La gran ventaja de que la narración la haga la amiga invisible es que permite colapsar los distintos momentos de la novela. Son tres, más un cuarto a modo de epílogo, que se pueden equiparar con la infancia, la adolescencia y la juventud de Marta, en cada caso en torno a un evento especial: veraneo en La Huerta, primer noviazgo, y muerte de la abuela. El recurso estilístico de Jiménez le permite dar la triple perspectiva temporal de un mismo suceso. Por ejemplo: "–Pues yo cuando sea mayor voy a tener un solo hijo. Con quince años no vas a querer ninguno. Con veinticuatro vas a decir que o cero o dos: que un hijo único no lo tienes por nada del mundo. Con veintinueve vas a recordar lo que has deseado siempre y vas a decidir que no quieres tener hijos."

"Dentro de ocho años y de diez y de doce, tantos viernes sin saber si quieres salir o quedarte en casa, si pijama o pintalabios, si amigos o libro. Esa relación extraña que tienes con la soledad y que con veinte años te va a parecer nueva, porque de ti depende organizar tu vida social."

"Vives ajena a tu futuro, a todas las cosas que te van a ocurrir. Vives entre el instituto y tu barrio, la academia de inglés y tu casa, Tribunal y Moncloa."

Me parece magistral el pasaje en que la Marta de 15 años visita a su padre en el hospital en que trabaja, y nos cuenta su experiencia en paralelo a la que vivió la Marta de 7 años. Algo parecido hace también con La Huerta o el viaje en coche con sus padres.

Y es que quizá el tema de fondo de la novela es algo que los neurólogos nos han empezado a explicar hace no mucho: que no somos una sola persona, sino la conjunción de varias, que aparecen en los procesos cerebrales compitiendo por nuestra acción. En los ejemplos anteriores, conviven las Martas de distintos tiempos. Pero también hay Martas síncronas, una de las cuales es la propia narradora, Belaundia Fu: "Yo sigo aquí. Tampoco es que me sigas interpelando como a una amiga invisible, claro. Soy una voz. Una de tantas. Fíjate, hay un montón: la Marta cínica, la Marta trágica, la Marta melancólica."

Otro ejemplo, basado en la fonética: "Las Martas esdrújulas son terribles. No todas, es cierto. La Marta cómica, la Marta lúdica, la Marta excéntrica. Con esas te llevas mejor. La Marta dramática te agota. La Marta profética te asusta. A la Marta típica la rechazas. A la Marta simpática la reservas para las ocasiones especiales, es como una niña que se cansa enseguida."

Esta múltiple-personalidad, por así llamarla, va a permitir a Marta entenderse a sí misma conforma pase el tiempo: "Él aparece y la Marta adrenalínica se carga a la Marta cansada, la Marta eufórica retira de un empujón a la frágil, la Marta sólida le dice a la triste que calladita está más guapa y la Marta miedosa no necesita ayuda: sale corriendo ella sola y huye a esconderse como un animalito traumatizado."

Sobre esta característica principal del libro, Jiménez imprime numerosas sensaciones o recuerdos de sus distintas fases vitales, con las que parece fácil identificarse, sea uno chica o chico. Algunas de ellas son puramente familiares, y harán que aflore un esbozo de sonrisa: "Mamá que está siempre. Mamá que no existe." "Papá no pregunta nada, mamá lo pregunta todo. Cómo, cuándo, dónde." Y sin olvidar los viajes familiares peleándose por la música del coche.

Tenemos una interesante reflexión sobre los trampolines, ahora ya desaparecidos de nuestras piscinas, sospecho que por regulaciones europeas más preocupadas que nosotros por nuestros hijos: "El trampolín descolorido es una irrealidad que te encanta: solo tiene la euforia, solo tiene la fiesta. No hay hecatombe, hay agua. El vuelo sin pagar ningún precio."

Y no puedo dejar pasar esta referencia a una de las series mi adolescencia: "Siempre os pregunta que si habéis visto George & Mildred, aunque nadie en la clase sepa qué es eso." Para el despistado de mi edad, sepa que es el título original de "Los Roper". Para los que sean más jóvenes, como la protagonista y autora de este libro, supongo que tampoco Los Roper le dirá nada.

También tenemos reflexiones, de esas que todos nos hemos hecho alguna vez: "La verdad, eso es querer. La verdad sin anestesia, sin algodones, sin compasión. Pero decir te quiero no es querer, igual que las Ofelias no se mueren cuando se ahogan en el escenario."

"algo es imperdonable, simplemente, cuando no se puede vivir con sus consecuencias."

"Pero no hay cosas buenas o malas. Hay cosas que quieres y cosas que no quieres."

"Nada quieto tiene sentido alguno. Para seguir centrado hay que moverse. Para moverse hay que cambiar de idea."

Para terminar, dejo aquí un par de frases que me han gustado. La primera, por su originalidad:

"Te ha contado que su ex tenía tres años más que él, y él tiene dos más que tú, lo que significa básicamente que viene del futuro."

La segunda, una brillante biografía resumida de la abuela Anuncia: "La madre de tu madre, que no tuvo madre. La niña que hacía jabón, lavaba en el río y jugaba en los árboles; la adolescente a la que tu abuelo espetó un día: «Ahora me veo con tu prima, pero un día me voy a casar contigo»; la joven que un día se casó y empezó a dormir con un señor al lado; la mujer que tuvo dos hijas, un aborto y un bebé que murió con apenas ocho días; la señora que un día tuvo una nieta, y luego otra, y luego otra que fuiste tú." Como se ve, está patente el tema de la múltiple-personalidad, en este caso durante la evolución de la vida de la abuela.

Recuerdo en mi adolescencia cuando las chicas me parecían seres superiores, sin los problemas y dudas que a mí me acuciaban constantemente, y que sabía que a mis amigos también (y no hablo solo de sexo). Hace mucho que sé que todos, señores y señoras, somos igual de humanos: esta novela es una excelente forma de volver a constatarlo. A mí me gustado: me parece original en su tratamiento, y muy enternecedora. Tal vez nos ayude a entendernos mejor a nosotros mismos, y quien saber si también a nuestras hijas quien las tenga.

lunes, 3 de marzo de 2025

Economic Rules, de Dani Rodrick

Este ensayo es una reflexión sobre la forma en que avanza la teoría económica y cómo hay que entender a los economistas. Es un libro que da mucha oportunidad para pensar, y a mí me ha ocurrido una cosa bastante extraña: hay veces que estoy completamente de acuerdo con el autor, y en cambio otras me parece que dice verdaderas burradas, por lo que no sé muy bien cómo tomarme el libro.

La principal tesis que defiende Rodrick es que las ciencias sociales, en particular la economía, no responden a leyes generales, sino que se han de estudiar con modelos específicos para cada situación, y que, por tanto, la ciencia social avanza "horizontalmente" añadiendo modelos a los ya existentes que les complementen en nuevas situaciones. Esta frase del autor ilustra su visión:

"The same theory of evolution applies in both Northern and Southern Hemispheres—and might even apply to alien life. Economic models are different. They are contextual and come in almost infinite variety."

Claro, para quien ve una causa última y única para todos los fenómenos económicos (el ser humano), es bastante chocante que no se puede aceptar que hay una teoría general de la economía. ¿O piensa Rodrick que hay diferentes teorías del valor según las circunstancias específicas? En todo caso, su análisis anecdótico y erróneo le permite emitir una teoría (esta sí, general) de que no hay una teoría general para las ciencias sociales. 

Digo que el análisis es anecdótico porque solo repasa un par de teorías generales, y digo que es erróneo porque concluye, sobre la teoría del ciclo económico: "But the attempts to develop a grand unified theory of what determines the business cycle have to be judged a failure". De lo que podemos deducir que no ha leído a Hayek y no sabe por qué le dieron el premio Nobel.

Rodrick llega a afirmar cosas como: "All that an economist can claim about a market—and one that works well, without the frequent imperfections—is that it yields an efficient allocation of resources in a precise sense: there is no feasible way to make some people richer without making others poorer." Lo que es acojonantes y se carga la teoría de intercambio, que básicamente nos dice que dos individuos intercambian un bien cuando ambos piensan que van a ganar del trueque. Así que un intercambio (libre) hace a ambos más ricos. ¿De dónde sale la tontería que dice Rodrick?

Pero vayamos con los argumentos con los que Rodrick defiende su visión. Una de las primeras advertencias que deduce de su experiencia es que "we have to be wary of economists’ benchmark models, which presume well functioning markets. Often they need to be tweaked by introducing some of the more salient market imperfections." Lo que Rodrick se ha encontrado es que se han aplicado políticas de liberalización de mercados en países en que no había derechos de propiedad o un sistema judicial que hiciera cumplir los contratos. La solución que proponer Rodrick es descartar el modelo de mercado no intervenido y definir otro en que estas condiciones se tengan en cuenta para ver los efectos de las políticas. "This reliance on multiple models does not reflect the inadequacy of our models; it reflects the contingency of social life".

Pero el enfoque es absurdo. El hecho de que en un país no haya derechos de propiedad no disminuye la validez de la teoría económica, y de la eficiencia del mercado no intervenido como mejor forma de reparto de recursos. Que uno se quiere poner a modelar qué pasa sin el primer supuesto, que lo haga, pero nada va a cambiar el hecho de que la solución para mejorar la vida de ese país es que se definan los derechos de propiedad o se subsanen los distintos problemas que impiden el funcionamiento libre del mercado. El nuevo modelo que pide Rodrick lo único que hará será componer el problema, pues llegará a recomendaciones de nuevas intervenciones para solucionar los problemas creados por la intervención (como Mises demostró en su "Teoría de la Intervención"). En este sentido es paradigmática de la visión de Rodrick el que diga en otro momento del libro que la reducción de impuestos es una propuesta de intervención del Estado, cuando realmente es más bien de liberalización.

Pero según avanzamos en el libro se podrá observar que la incomodidad con las "teorías generales" que muestra Rodrick no son por su generalidad, sino porque promueven el mercado no intervenido: "One conventional view of economists is that they are knee-jerk market fundamentalists: they think the answer to every problem is to let the market be free. Many economists may have that predisposition. But it is certainly not what economics teaches. The correct answer to almost any question in economics is: It depends. Different models, each equally respectable, provide different answers." La verdad es que me sorprende esta afirmación, pues no es lo que generalmente me encuentro en mi entorno, que es Europa, durante los últimos 20 años. Rodrick escribe en 2014 y en los EEUU. Igual allí sí es así, qué suerte.

En cambio, sí afirma "Academic reputations are built on new and imaginative demonstrations of market failure.", que es lo que yo observo constantemente. El economista a la busca del fallo de mercado que atraiga a las autoridades y así consiga consultorías o fondos para sus actividades, o simplemente prestigio. Rara vez concluye un paper económico diciendo que el Estado no haga nada. Pero a renglón seguido parece desdecirse, cuando se queja de que: "Those who want restrictions on markets are organized lobbyists, rent-seeking cronies, and their ilk, while those who want freer markets, even when they’re wrong, have their hearts in the right place and are therefore much less dangerous." De nuevo, ¿dónde ve eso este señor?

Por tratar de conciliar mi visión con la de Rodrick, yo diría que sí hay una teoría económica "general" que se construye a partir del individuo y la teoría del valor. Sobre esta teoría se pueden ir superponiendo normas sociales e intervenciones gubernamentales, que se pueden tratar de anticipar con modelos, estos sí, muy específicos a las circunstancias de intervención. Es el mismo esquema que las construcciones imaginarias de Mises, en el fondo, salvo que aquí los modelos son meramente verbales y rara vez se pueden llevar a las matemáticas.

Aunque esto nos lleva a puntos de más acuerdo con Rodrick, como cuando afirma que "Excessive formalization—math for its own sake—is rampant in the discipline", que no llega al nivel de otra cita que hace anteriormente, no suya: "Mathematics brought rigor to economics; unfortunately it also brought mortis", pero con las que estoy de acuerdo. Por desgracia, en otro punto Rodrick defenderá el monismo metodológico, por lo que devuelve a las matemáticas su papel preponderante en una disciplina de la que deberían estar prácticamente ausentes.

Además, una vez aceptamos que cada intervención de mercado requiere su modelo "ad hoc", está el tema de la selección del modelo adecuado de entre los disponibles, o la decisión de si hay que elaborar uno nuevo. Me parecen útiles los criterios que Rodrik propone para elegir el modelo adecuado:

"1. Verifying critical assumptions of a model to see how well they reflect the setting in question

2. Verifying that the mechanisms posited in the model are, in fact, operating

3. Verifying that the direct implications of the model are borne out

4. Verifying whether the incidental implications, those that the model generates as a by-product, are broadly consistent with observed outcomes"

Cierro con una breve referencia al estilo literario: Rodrick escribe con claridad y el libro se lee bien. Sus ideas, estemos de acuerdo o no con ellas, están bien expresadas, dejando al lector todo el tiempo para reflexionar sobre ellas en lugar de interpretarlas, lo que es de agradecer. Por si fuera poco, algo de sentido del humor tiene, y dejo aquí un par de hallazgos:

"Upon being shown such a work by a younger physicist, his response was, “It’s not even wrong.”"

"If you think economists are especially rude to non economists, attend one of their seminars."

En suma, un libro interesante y bien escrito, que da lugar a mucha reflexión, y que en mí ha suscitado aspavientos tanto de acuerdo como de completo desacuerdo. Aunque en general creo que Rodrick se equivoca y tiene algunas confusiones de concepto, no por ello me parece desaconsejable su lectura. Eso sí, no es recomendable para gente sin interés por temas académicos. Que esto no es una novela ni tampoco un libro de divulgación, vaya.

viernes, 28 de febrero de 2025

Calle de la Estación, 120 ("120, rue de la Gare"), de Léo Malet

De Léo Malet lei hace poco Nestor Burma et le monster. Se trataba de una novela policíaca sin más, que no justificaba el renombre del autor. Por ello decidí darle una segunda oportunidad con el que es el primer libro de Nestor Burma y que lanzó al estrellato a su autor, este que ahora comento.

Mi diagnóstico no ha variado ni un ápice. Otra novela de detectives sin mayor aliciente. Este solo aparece al principio, por el estilo humorístico de Malet, que recuerda enormemente al detective anónimo de Eduardo Mendoza en su "El laberinto de las aceitunas" y otros. Además, como dicho detective, también Nestor Burma se escapa del hospital en que está internado para hacer su investigación, aunque no es de un psiquiátrico, y esto solo la hace al principio, antes de que le den de alta. 

De esos momentos iniciales en que aún se tiene ilusión por esta lectura quedan frases como "je mis le produit polonais qu’on nous vendait à la cantine sous le nom de tabac. C’était une espèce de dynamite à ébranler les estomacs, très suffisante pour enfumer le paysage et répandre alentour une odeur poussiéreuse, agréablement âcre.", "Le tabac de Zurich, le chocolat, les saucisses et le café au lait de Neuchâtel, le mousseux de Bellegarde et les fruits d’un peu partout constituaient un puzzle alimentaire qui ne pourrait trouver sa solution que hors de mon estomac." o "cela faisait partie de notre fameuse politique de « franchise » mutuelle. Autrement dit, balivernes et compagnie.".

Otro aspecto que parecía que podría dar juego es que la acción tiene lugar en la Francia dividida de la segunda guerra Mundial, en que hay que ir de una ciudad a otra con salvoconductos. Pero apenas tiene influencia en la novela, salvo un ataque aéreo en Paris en un determinado momento de la novela. "la porte de Châtillon, nous remarquâmes, dans le ciel noir, les pinceaux lumineux de projecteurs. Nous roulâmes pendant cinquante mètres et les sirènes mugirent lugubrement."

Así las cosas, y dado que no soy muy fan del genero policíaco per se, el único aliciente que he encontrado en esta lectura han sido las palabras de jerga con que salpica Malet su narración, y que rara vez se encuentran en la literatura francesa:"tignasse", "diablotin", "fariboles", "gruillons", "pagaille", "tarabiscotée", "trucider", "bagout d’un camelot"...

Y con esto, paso página sobre el señor Léo Malet.

martes, 25 de febrero de 2025

Mañana, y mañana, y mañana ("Tomorrow and tomorrow and tomorrow"), de Gabrielle Zevin

Quien me recomendó este libro lo hizo basándose en las referencias a videjuegos que tiene. Por aquí me enganchó y por eso lo leí. Y no creo que tenga mucho más que a mí me interese, pues eso aparte, se trata de una novela no sé si de amor o de amistad, o de ambas cosas a la vez según el momento. No creo que llegue a ser romántica, pero no le queda lejos.

A ver, está bien escrita y se lee a gusto, pero es una historia que aporta más bien poco, como tampoco lo hace demasiado el estilo de la autora, correcto pero no brillante. Por otro lado, tiene un cierto tufillo woke que, sin apestar, incomoda algo en ocasiones. El momento peor es cuando la autora confiesa, por boca de uno de los personajes. que esta es su utopia: "Guns are verboten; socialism rules; gameplay rewards conservation".

La historia que se nos cuenta es la de un triángulo de amigos o de amores, según el momento, cuyos protagonistas son Sam, Sadie y Marx. Sam y Sadie se conocieron de pequeños en el hospital, tras un grave accidente de Sam que le dejó con trauma, y al que Sadie iba por estar internada su hermana. Los niños se conocieron y empezaron a jugar al Donkey Kong juntos, con lo que Sadie ayudó a Sam a salir del trauma. Por su parte, Marx y Sam se conocieron en la universidad compartiendo habitación. El triángulo se cierra con el reencuentro fortuito de Sadie y Sam tras muchos años, y la decisión de hacer juntos un videojuego. Marx será el productor de lujo del juego preocupándose de todo lo que no sea programación y diseño, y de ahí surgira la compañía "Unfair Games" sobre la que es estructura la novela.

Por supuesto, hay mucha referencia a juegos de ordenador, pero no tanto como yo esperaba, y no a los juegos más legacy con los que yo empecé. Ya me he referido al Donkey Kong, franquicia de la Nintendo; otros mencionados se resumen en la siguiente párrafo: "She arranged the games, which were in a combination of jewel cases and book- like cardboard containers, on the shelf: Commander Keen, Myst, Doom, Diablo, Final Fantasy, Metal Gear Solid, Leisure Suit Larry, The Colonel’s Bequest, Ultima, Warcraft, Monkey Island, The Oregon Trail, and three dozen others." Aunque también se menciona muy brevemente la conversacional Colossal Cave Adventure. Como se ve, estamos unos diez años después que las referencias que usa Ready Player One, más ajustadas a mi edad. 

Uno de los puntos que prometía ser más interesante era la descripción de los juegos que diseñarían los protagonistas. Por cierto, otro punto woke: la programadora genial es ella, Sadie, no los chicos. No sé por qué, siempre que la cosa va de videojuegos son ellas las que programan, contraviniendo cualquier estadística por sexos tanto de programadores como de jugones. Tiene tela. A ver si alguien se da cuenta en algún momento que lo original ya no es que sean chicas, pues en todas las novelas y series son siempre ellas.

Decía que prometía ser de lo más interesante, porque la descripción del primer juego que crean, por supuesto, Sadie, nos muestra un juego original hasta la genialidad. Se llama "Solución" y consiste en ser muy rápido fabricando aparatos. La sorpresa es que si decides dedicar tiempo del juego en vez de a ganar, a investigar a qué se dedica lo que produces, te encuentras que es una fábrica Nazi, y que por tanto ganar el videojuego significa cooperar con el triunfo Nazi, o sea, una derrota moral. Me pareció un enfoque espectacular para un videojuego,

Pero con el resto de videojuegos que diseñan (Ichigo, Both Sides, Mapleworld, Master of the Revels o Pioneers). la autora se conforma con darnos unas pinceladas sobre la historia, quizá algo sobre la estética, y poco más, por lo que resulta muy difícil imaginar cómo se jugaría en realidad a estos juegos. Y, claro, al no tener que pensar en cómo se juegan, es fácil imaginar historias chorra. Así, de Both Sides esto es lo que sabremos: "Rose the Mighty can save her village, then maybe Alice Ma can save herself from lung cancer. The two stories are linked but proceed along separate tracks. You can only advance in one by advancing in the other."

En todo caso, lo que más interesante de la novela me ha parecido de la novela son las frecuentes reflexiones filosóficas comparando los videojuegos con la vida. Pueden ser más o menos discutibles, pero en todo caso son originales, y no recuerdo haber leído cosas así anteriormente (ni yo mismo haberlas pensado, pese a haber sido jugón y un poquito filósofo). Por ejemplo:

"You can watch if you want. I’m going to play until the end of this life.” “That’s a good philosophy,”"

"
“A programmer is a diviner of possible outcomes, and a seer of unseen worlds.”"

"
The idea that there was a way to play any game that had the minimal number of errors, the least moral compromises, the quickest pace, the highest number of points. The idea that you could play a game without ever dying or restarting."

"Sadie had often reflected that sex and video games had a great deal in common. There were certain objectives that needed to be met. There were certain rules that shouldn’t be broken. There was a correct combination of movements— button mashes, joystick pivots, keystrokes, commands— that made the whole thing work or not work. There was a pleasure to knowing you had played the game correctly and a release that came when you reached the next level. To be good at sex was to be good at the game of sex."

Termino con esta, que es de la que supongo viene el título del libro: "“What is a game?” Marx said. “It’s tomorrow, and tomorrow, and tomorrow. It’s the possibility of infinite rebirth, infinite redemption."

He dicho más arriba que Zevin deja un cierto aroma woke durante la novela. Sin embargo, al final parece que es capaz de reirse de sí misma, cuando Sam y Sadie se refieren a las nuevas generaciones de programadores, a las que Sadie da clase: "Their standards are higher; they call bullshit on so much of the sexism and racism that I, at least, just lived with. But that’s also made them kind of, well, humorless." Y Sam remata: "“If their traumas are the most interesting things about them, how do they get over any of it?”".

Yo diría que Zevin también es un poco "humorless" pese a esta frase. Pero hay alguna cosa divertida en su novela. Me encanta la descripción que hace de Los Ángeles cuando los protagonistas están decidiendo si se mueven allí desde Boston. Un extracto: "Did she know that no one walked, not even one block? That they drove from their front doors to their mailboxes?" Otra frase divertida que dejo aquí: "“Wow, that is amazingly naive,” Sadie said. “The belief that someone on the internet knows the truth about anything.”"

Por último, también me ha llamado la atención algo de vocabulario de la autora, con palabras con que no me había tropezado, pero que sí existen: "bloviating", "cosplayed" o "deictin" son buenos ejemplos. Y no querría olvidar tampoco las visitas que Sam y Sadie hacen a la colección de flores de cristal de la universidad de Harvard, donde un friqui con vocación de completitud como yo sí ha estado. y el Hearst Castle, más mainstream, pero igualmente visitado.



jueves, 20 de febrero de 2025

Ébano (Ashanti), de Alberto Vázquez Figueroa

De Vázquez Figueroa leí hace mucho tiempo cosas. Si no recuerdo mal, Tuareg lo leí, y creo que también es suya ¿Quién mató al embajador? (La verdad es que "creer" en la época de Internet es cosa de perezosos: ya he chequeado que realmente es suya, aunque prefiero dejar la redacción que me salió).

En su momento me parecieron unas novelas correctas, entretenidas, pero sin más capacidad para engancharme al autor y seguir leyendo cosas. Tenían, como tiene este, ese tono ingenúo de la novela española setentera y ochentera, en que los personajes tienen pocas dobleces y las cosas están más o menos claras a nivel psicológico, por lo que solo hay que centrarse en la aventura.

Esta me la he leído por su temática y subtítulo, puesto que acabo de volver de un viaje a la capital Ashanti (Kumasi, en Ghana) y he tenido tiempo en los largos trayectos para reflexionar sobre la esclavitud. Por cierto, dejo ya aquí caer que la potencia del imperio Ashanti se debió a que exclavizaban a las tribus vecinas para vendérselas a los comerciantes blancos.

El caso es que la historia que nos plantea don Alberto va precisamente de esclavitud en nuestros tiempos. Bueno, en sus tiempos (la novela es de 1974), espero que ahora la situación haya mejorado y ya no haya transporte de esclavos a través del Sahara.

El protagonista, David, fotógrafo, se casa con una hermosa negra, Nadia, atleta olímpica y con carrera universitaria (incidentalmente, descendiente de los Ashanti) y se va de luna de miel a hacer fotos por Áfirca. En un descuido por Camerún, la moza es capturada por un traficante de esclavos que se empeña en llevarla a través del Chad y Sudán a Arabia Saudi, donde espera obtener un buen precio por ella, y algo menos por los otros esclavos que la acompañan.

A partir de aqui, la novela traza en paralelo el recorrido de David en busca de su amada, y el de ésta en la caravana de esclavos. Ello dará lugar a grandes momentos en que se describe el África subsahariana, en los que se revela a Figueroa como un claro amante del continente.

"No completó la frase; habían sobrepasado un campo de cortas dunas, y ante ellos se abría lo que siglos atrás debió de ser un caudaloso y ancho río, y ahora no era más que una profunda depresión de escarpadísimas orillas y lecho pedregoso.—La Sekia…—señaló el targuí—. Aquello es Sudán."

"«las piedras que andan», rocas de cien kilos de peso que avanzaban dejando tras sí un ancho surco en la arena,"

¿Por qué hay gente que opta por vivir en lugares como el Sahará y hasta los ama? Una explicación muy de economía austriaca: "Los humanos somos seres extraños y, afortunadamente, muy diferentes los unos de los otros… Para la mayoría, este desierto no significa más que el último rincón del mundo, y esta lucha, un quijotismo trasnochado. Para mí, en el desierto he llegado a encontrarme a mí mismo,"

Es una lectura interesante, en la que no hay mucha sorpresa. El malo está claro: "Generaciones de sus antepasados habían recorrido África traficando en esclavos, sacándolos de sus pestilentes pantanos y sus húmedos bosques en los que apenas se diferenciaban de los animales, para convertirlos en seres humanos en los mercados de Zanzíbar, Jartum, o La Meca, y a nadie se le había ocurrido pensar jamás que lo que hacían no fuera justo a los ojos de Alá.". Y también lo está el desenlace, aunque la tensión se mantenga hasta la última página.

Me gusta esta reflexión, que quizá siga vigente, aunque no esté tan claro como en 1974: "Como un nuevo Mahoma nacido de las arenas del desierto, el petróleo es obra de la voluntad de Alá, para que recuperemos el esplendor de los tiempos pasados… Dominaremos el mundo sin necesidad de derramar sangre, y puedes estar segura de una cosa: no lo manejaremos peor de lo que está manejado ahora."

Por último, no puedo dejar de llamar la atención sobre la ironía de esta reflexión de Nadia, al hilo de lo que comenté hace unos párrafos: "Ella, Nadia, era ashanti, «coromantina», y no dejaría que la «melancolía fija» la venciera. Lucharía por su libertad hasta el último momento; hasta que no quedara oportunidad de escapar, y sólo entonces pondría fin a su vida, aunque fuera por el sistema de contener la respiración hasta asfixiarse."

En suma: nada especialmente relevante, pero sí una lectura entretenida e informativa. 

miércoles, 19 de febrero de 2025

Pálido fuego ("Pale fire"), de Vladimir Nabokov

Segundo intento de recuperar al gran Nabokov de Lolita, tras la reciente lectura de Laughter in the Dark, y segundo fracaso, No sé si lo intenteré otra vez con Ada, or the Ardor, pero de momento lo voy a dejar en barbecho.

Pale Fire es ciertamente un libro muy, muy extraño. Su planteamiento, como ahora explicaré, es  original, pero no acaba de funcionar. Pale Fire es un poema de unos 1000 versos escrito por John Shade. Pues bien, la novela de Nabokov se estructura como una edición de dicho poema anotada por el autor y narrador, quien se muestra desde el principio como amigo y valedor del poeta. "One is too modest to suppose that the fact that the poet and his future commentator first met on a winter day somehow impinges here on the actual season."

Quien haya leído una edición anotada de cualquier obra clásica me entenderá. Hay un prefacio, en que se nos introduce la obra y el autor; luego se reproduce la obra, y finalmente las notas explicativas, para los versos en que el comentarista las juzgue necesarias. Además, se acompaña de un índice de materias que también es satírico. Esta es la estructura que sigue Nabokov en su novela, pero téngase en cuenta que todo es ficticio y por así decirlo de broma. La poesia se la ha inventado Nabokov, como al poeta y al analista. 

Y la obra pretende ser divertida. Rescato aquí un par de fragmentos del poema, para dejar claro que no hay épica ni lirismo que valga, sino cosas muy de andar por casa:

"At first we'd smile and say: 

"All little girls are plump" or "Jim McVey 

(The family oculist) will cure that slight 

Squint in no time.""

"Now I shall speak of evil as none has
Spoken before. I loathe such things as jazz; 
The white- hosed moron torturing a black 
Bull, rayed with red; abstractist bric- a- brac; 
Primitivist folk- masks; progressive schools; 
Music in supermarkets; swimming pools; 
Brutes, bores, class- conscious Philistines, Freud, Marx, 
Fake thinkers, puffed- up poets, frauds and sharks"

El poema ya deja al lector un poco tocado, porque no es difícil enterarse de qué va la vaina, pero al menor tiene por delante un montón de notas que se supone que le explicarán el poema y darán sentido al libro.

Esperanza que se completamente truncada cuando el comentarista empieza a hablarnos de un país llamado Zembla, de las vidas de la gente de allí y de un tipo llamado Gradus, cuando no puramente personales. Todo ello, siempre, con forma de anotaciones al poema.

Por ejemplo: "Line 130: I never bounced a ball or swung a bat Frankly I too never excelled in soccer and cricket: I am a passable horseman, a vigorous though unorthodox skier, a good skater, a tricky wrestler, and an enthusiastic rock- climber."

O: "The passage 797 (second part of line)- 809, on the poet's sixty- fifth card, was composed between the sunset of July 18 and the dawn of July 19. That morning I had prayed in two different churches (on either side, as it were, of my Zemblan denomination, not represented in New Wye) and had strolled home in an elevated state of mind."

Para el interesado sobre el ficticio territorio de Zembla: "The Bera Range, a two- hundred- mile- long chain of rugged mountains, not quite reaching the northern end of the Zemblan peninsula (cut off basally by an impassable canal from the mainland of madness), divides it into two parts, the flourishing eastern region of Onhava and other townships, such as Aros and Grindelwod, and the much narrower western strip with its quaint fishing hamlets and pleasant beach resorts."

Y así transcurre la lectura, con Nabokov apuntando sus maravillosa manera de escribir, pero con el lector pérdido en historias aparentemente desconectadas y sin saber muy bien a qué atenerse. He de decir que al final todo tiene su lógica, que revelaré más abajo para no hacer spoiler. Pero tendrá que ser un lector obstinado el que alcance esas páginas finales para que el puzzle queda al compuesto. Yo me he pasado la mayor parte de la lectura deseando terminar el libro de una vez y pasar a otra cosa, maldición de quien no es capaz de dejar un libro sin acabar.

Voy con el spoiler: lo que ocurre es que el narrador/comentarista es en realidad el rey de Zembla huído de aquel país y perseguido por un asesino, el tal Gradus. Y lo que quería de Shade era un poema referido a su país Zembla. Pero resultó que Shade hico la poesía que le dio la gana, y el narrador solo la pudo leer despues´de que el poeta muriera, por error, a manos de Gradus.

martes, 18 de febrero de 2025

El laberinto de los extraviados ("Le Labyrinthe des Égarés"), de Amin Maalouf

Como tengo oportunidad de decir cada vez que termino uno de sus libros, Maalouf es uno de mis escritores preferidos en lengua francesa, de quien he leído absolutamente todo. Por desgracia, las últimas obras que he leído, o que ha escrito, ya no eran sus maravillosas novelas, sino mas bien ensayos. Así ha sido con las lecturas más recientes de él, que son las únicas que recojo en el blog: El naufragio de las civilizaciones y la bastante anterior Las cruzadas vistas por los árabes

De hecho, uno de los grandes elogios que puedo hacer de una novela es que su estilo me recuerda a Maaloug. Así lo hice con las excelentes Ali y Nino, de Kurban Said, o Todo se desmorona, del nigeriano Chinua Achebe. Vuelvo a recomendarlas aquí.

Pero la obra que nos ocupa no es novela, sino ensayo. Parece que Maalouf ha abandonado el género que le hizo famoso, y ahora prefiere reflexionar sobre el devenir de la sociedad actual, lo que hace desde una excepcional atalaya, dado su profundo contacto con las culturas orientales y el Islam. Así que, cuanto menos, cabe esperar de él un enfoque original.

En este libro, Maalouf reflexiona sobre el modelo de sociedad de occidente, básicamente el establecido por los Estados Unidos, y analiza las alternativas que pudieron ser y no fueron. Menos mal que después de todo el repaso concluye que estamos en el mejor mundo, pese a todos los defectos que se pueda encontrar en la sociedad americana,

Las alternativas para Maalouf pudieron venir de tres países: Japón, la Rusia soviética, y China. Y lo que hace es contarnos una breve historia de las tres potencias, acompañada de la de EEUU, a la que califica como la ciudadela de occidente.

Aunque igual la historia que nos cuenta no sea demasiado rigurosa, lo hace con ese estilo brillante que le caracteriza, con lo que el libro no es que se lea, es que se devora. No creo que merezca la pena detenarme sobre detalles. De la que más he aprendido, por desconocimiento, es de la de Japón. La de Rusia y la URSS la conozco bastante mejor, y no me ha descubierto demasiadas cosas Maalouf. Respecto a China, me ha ayudado a sistematizar lo que ocurrió a finales del XIX y principios del XX: por fin he sitúado las guerras del Opio, y el papel jugado por Mao Zedong antes de hacer de aquello una república comunista.

Quizá la sorpresa más grande me la he llevado con EEUU, donde Maalouf encuentra como mayor problema los conflictos raciales con los negros ("un échec tout aussi étonnant, et qui demeure, pour les États- Unis, jusqu’à ce jour, une tache, et même une tare : leur affligeante incapacité à résoudre la question raciale."), y nos traza una interesante historia con la que podemos entender bastantes cosas de la sociedad americana. Y es que, me parece, la problemática allí es sui generis en comparación con el resto del mundo.

Dejo algunos párrafos que explican el origen del problema, que parecía resuelto tras la victoria de los federales en la Guerra Civil y la abolición de la esclavitud.

"La raison de cette impasse, c’était que la Louisiane, la Floride et la Caroline du Sud avaient « retenu » leurs votes jusqu’à ce qu’on accepte leurs conditions, qui étaient de mettre fin à la reconstruction, de retirer les troupes nordistes qui stationnaient encore dans les États sudistes, et de reconnaître à ces derniers le droit de gérer désormais « leurs » affaires sans que le pouvoir fédéral puisse s’en mêler."

Como consecuencia de estas concesiones, "Le territoire de l’ancienne Confédération devint une zone de non- droit, où une partie significative de la population était privée des attributs de la citoyenneté comme de tous ses droits civiques. Et où l’on imposa une ségrégation raciale systématique dans les écoles, les administrations, les lieux de résidence, les transports publics, etc. Des hordes de Blancs pratiquaient des lynchages en toute impunité, tandis qu’un larcin commis par un gamin « de couleur » pouvait le conduire à la chaise électrique."

Eso en los estados del sur. Pero, en general, esto es lo que ve Maalouf que ocurrió:

"Bien entendu, cette « neutralité » n’avait pas, pour les deux communautés raciales, des conséquences similaires. Les Blancs étaient déjà au pouvoir, dans tous les domaines et depuis plusieurs générations. Ils tenaient solidement l’administration, l’économie, les écoles, les tribunaux, les journaux, les forces de sécurité et tout le reste. Sans doute les Noirs étaient-ils tout aussi motivés pour se battre, mais ils n’en avaient absolument pas les moyens. C’est comme si, sur un ring, l’arbitre avait annoncé que tous les coups étaient désormais permis, sans se préoccuper du fait que l’un des deux boxeurs avait les mains et les pieds menottés."

Maalouf recoge el ejemplo de Woodrow Wilson, el preclaro presidente norteamericano que redefinió las reglas internacionales tras la primera Guerra Mundial, con el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Lo que nos aclara Maalouf es que "quand Wilson parlait du droit à l’autodétermination, il avait à l’esprit les nations d’Europe centrale et orientale, qui ne supportaient plus l’autorité des Russes, des Autrichiens, ou des Turcs ; jamais il ne songeait aux « peuples de couleur »". Porque, en el fondo, Wilson creía en la superioridad de los blancos sobre las demás razas, a las que había que tutelar: "Chez la grande majorité des gens, les lettrés comme les illettrés, les progressistes comme les conservateurs, il y avait une vision hiérarchisée des races, et Wilson ne faisait pas exception à la règle." Todo ello compatible con el progresismo y el feminismo de Wilson.

Mucho material para la reflexión, vamos. El epílogo es muy poco interesante, con las esperadas alusiones al cambio climático o la IA, y también con la esperada conclusión de que todo tiene solución siempre que aceptemos que en este momento estamos "extraviados". Por suerte, aquí se queda Maalouf y no se dedica a proponer soluciones.

Aunque el libro me ha gustado bastante, y me parece recomendable, no quiero dejar sin mencionar su principal problema y que casi hace que lo deje de leer a poco de empezar. Se refleha en párrafos como el siguiente, referido a la expansión geográfica de Europa: "Dans les décennies suivantes, tous les océans seraient sillonnés par des capitaines, des aventuriers, des négociants, des botanistes et des missionnaires venus de Gênes, de Venise, de Porto, de Bristol, d’Amsterdam ou de Saint- Malo. Une vaste entreprise d’exploration, de colonisation, d’exploitation et de conquête, qui allait faire de l’Europe occidentale, pour des siècles, le centre politique, économique et intellectuel de la planète."

¿Nadie echa de menos algo? ¿La ausencia de referencias a España es negligencia, ignorancia o simplemente chauvinismo francés de un libanés? A ver, yo le doy el beneficio de la duda, y por eso seguí la lectura. En general, este desconocimiento no se hace patente en el resto del libro, aunque vuelve a haber alguna morcilla, como cuando se refiere al nacimiento de EEUU ("Il n’était pas facile pour une nation émergente de préserver sa neutralité face aux puissants empires européens qui avaient pris l’habitude d’obtenir, de gré ou de force, tout ce qu’ils désiraient."), pero afirmando que dichas potencias europeas eran Inglaterra y Francia. ¿Qué posesiones tenian entre las dos que pudieran incomodar a la nueva nación?

Bueno, prefiero no seguir con esto, que me quitaría el buen sabor de boca que me dejó al final este libro.

miércoles, 29 de enero de 2025

Los filósofos terrenales ("The worldly philosophers"), de Robert Heilbroner

Se trata una pequeña historia del pensamiento económico centrada en sus grandes personajes. Como tengo muy reciente la de Rothbard que leí antes del verano, las comparaciones son inevitables. Lo primero que llama la atención es, por supuesto, el enfoque de "grandes hombres" por el opta Heilbronner, el tradicional, que es criticado constantemente por Rothbard en su obra, demostrando en cada capitulo que hubo muchos personajes que contribuyeron a la construcción de las ideas económicas.

Esto es especialmente llamativo en el primer capítulo, que Heilbroner dedica a argumentar que no hubo economía prácticamente hasta el tiempo de Adam Smith. Según él, la economía está asociada a la existenci del mercado, algo que no había anteriormente, en las épocas dominadas (según él) por "Tradición" y "Command". Obviamente, no responde a cómo se superaron dichos sistemas sin "economia", aunque sí que afirma sin darse cuenta de la contradicción implícita que "Still another deep current lies in the material changes that eventually made the market system possible" ¿Y cómo se produjeron esos cambios materiales? 

También en este primer capítulo enseña su patita marxista, que confesará abiertamente en el último, cuando nos dice: "Land, labor, and capital as “agents” of production, as impersonal, dehumanized economic entities, are as much modern conceptions as the calculus. Indeed, they are not much older." Todos sabemos que esa categorización no tiene demasiado sentido económico salvo para los marxistas.

Lo segundo que llama la atención es la calidad literaria del libro. Heilbroner escribe francamente bien, mejor que Rothbard (ya que estamos comparando), y eso que a Rothbard es un placer leerlo. Sin embargo, Heilbroner tiene un puntito más literario. Un ejemplo, también sacado del primer capítulo: "The new way of life grew inside the old, like a butterfly inside a chrysalis, and when the stir of life was strong enough it burst the old structure asunder. It was not great events, single adventures, individual laws, or powerful personalities that brought about the economic revolution."

Así que tenemos un libro de muy agradable lectura que trata sobre una serie de economistas que para el autor son los más destacados en la conformación del pensamiento económico y social. Entre los elegidos están los sospechosos habituales: Adam Smith, David Ricardo (con Malthus!), Marx, Keynes y Schumpeter. Junto a estos hay un capítulo dedicado a Thorstein Veblen, desconocido para mí y prescindible, y otros dos más corales: uno para los socialistas utópicos (Owen, Saint-Simon y Fourier a quienes me cuesta calificar como economistas) y otro para los que llama "underworld victoriano", donde incluye a Bastiat, Hobson y Marshall.

Y lo cierto es que son los personajes los verdaderos protagonistas del libro, y no tanto sus ideas. Para quien quiera conocer detalles biográficos, curiosos e incluso picantes, de los economistas más conocidos, este libro es un tesoro, tanto por su contenido como por la bibliografía. Pero esto es algo que a mí no me interesa. Confieso, eso sí, que puede explicar de dónde salieron sus ideas, para bien o para mal. Por cierto, observo que el tratamiento que da a la vida de Karl Marx es bastante más amable que el que le da Federico Jiménez Losantos en su Memoria del Comunismo. ¿De quién fiarse más?

No hay demasiado que objetar al libro. Después de todo, Heilbroner rara vez está contándote lo que él piensa, sino exponiendo tan objetivamente como le es posible las ideas de cada pensador. El problema ocurre las contadas ocasiones en que se decide él a explicarte las cosas para que entiendas mejor el pensamiento de los protagonistas. Aquí se dedica a meter morcillas tanto más peligrosas porque están en un contexto de objetividad sobre la vida y obra de los pensadores.

Esto es especialmente pernicioso en el caso de Keynes, pues Heilbroner explica de forma sencilla los problemas que tiene el ahorro y la acumulación en la aparicion de crisis económicas. Un lector menos avisado igual compra la mercancia averiada. Dejo solo uno de los numerosos párrafos en que Heilbroner acumula sus errores: "Business does not need savings to carry on its everyday operations; it pays its expenses from the proceeds of its sales. Business needs savings only if it is expanding its operation" ¿De dónde habrá sacado esta idea?

También cuando se refiere a los aciertos de las predicciones de Marx: "A propensity to crisis—what we would call business cycles—was not recognized as an inherent feature of capitalism by any other economist of Marx’s time, although future events have certainly vindicated his prediction of successive boom and crash." ¿En serio a estas alturas Heilbroner cree que las crisis son inherentes al capitalismo? ¿No ha leído a Hayek?

De hecho, afirma respecto a Schumpeter: "He worked out an ambitious plan to stabilize the Austrian currency, but conflicts and disagreements forced his resignation before the plan could be approved. It would probably have failed—nothing could have arrested the inflationary juggernaut gathering momentum at that time." Amigo Heilbroner, como la inflación es un fenómeno monetario, basta no emitir más moneda para "arrest the inflationary juggernaut".

Otra pista de su marxismo militante a agrupar a Marx con Freud y Plato, como si estos dos no hubieran sido sobradamente superados por la ciencia actual, y el primero expuesto como un fraude por la psicología contemporánea. "Marx taught us not just to look at, but to look through, history, just as Freud taught us to look through the façade of personality to the psychic processes within us, or as Plato taught us to look through the screen of unexamined ideas to the veiled questions of philosophy. (...) That is why Marx’s name, like those of Freud and Plato, remains contemporary."

A nadie sorprenderá que el capítulo que más me haya gustado sea el que dedica a Schumpeter, al único que, por cierto, tuvo oportunidad de ver en directo. Es curioso que Heilbrones explique tan bien la explicación del austriaco (de la teoría económica austriaca) sobre los beneficios empresariales pero parezca no entenderla, como revela el párrafo antes citado al respecto de Keynes.

Me han resultado muy interesantes las conclusiones que saca de la lectura de Schumpeter: "the businessman who decides that the game is not worth the candle is bowing to cultural, not economic, pressures. Indeed, is it not Schumpeter’s triumphant final conclusion that the processes of economics are not sufficient in themselves to determine how the system goes? " Y no puedo estar más de acuerdo, lo estamos viviendo en la actualidad. En un contexto de Estados omnipotentes como en el que vivimos, es obvio que las reglas económicas no bastan para predecir el resultado del sistema. Lo que más le condiciona, al menos en el corto y medio plazo, es lo que haga cada Gobierno, y esto está fuera de las leyes económicas.

Sin embargo no comparto el corolario derrotista: "And does not the Schumpeterian scenario mean that all that is now past—that whatever the predictive capability of economics, it no longer matters?" Por supuesto que importa, porque la única capacidad predictiva de la teoría económica es precisamente en el contexto de la intervención estatal de la economía (eso nos dicen Hayek y Rothbard, el primero secundarios de lujo en la obra de Heilbroner). En suma, yo releo a Schumpeter como denunciando que al económico se superpone un sistema polítiico con más capacidad para determinar su funcionamiento a corto plazo, pero cuyas consecuencias son desastrosas para la sociedad, y estas sí las predicen los economistas.

Se disfruta mucho leyendo este libro, es como una revista del corazón sobre los economistas más importantes. No tengo claro que se aprenda mucho de economía, en cambio, téngalo el lector claro y decida su lectura en función de lo que vaya buscando.

martes, 28 de enero de 2025

Risa en la Oscuridad ("Laughter in the Dark"), de Vladimir Nabokov

Lolita es la novela mejor escrita en inglés que he leído. Nabokov me pareció un genio en el manejo del lenguaje, pese a su origen ruso, lo que no deja de ser sorprendente. Desde que leí Lolita tenía pendiente leer alguna cosa más de él, pero no acababa de arrancarme, sobre todo por las dudas de qué libro leer. Digamos que Lolita ahoga al resto de su obra, de la que me atrevo a decir que es poco conocida. Antes de una búsqueda intensiva, el único libro que me sonaba de él era "La defensa Luzhin", que quizá pueda ser interesante leer también.

Este con el que he retomado a Nabokov es anterior a Lolita y, por momentos, parece un intento previo. Tenemos al protagonista maduro, con el sugerente nombre de Albinus, y tenemos a la chavala de 16 años, Margot. La infatuación del primero por la segunda es ciertamente muy similar a lo que ocurre en Lolita: "He kept discovering new charms in her— touching little things which in any other girl would have seemed to him coarse and vulgar. The childish lines of her body, her shamelessness and the gradual dimming of her eyes (as if they were being slowly extinguished like the lights in a theater) roused him to such frenzy that he lost the last vestige of that diffidence which his prim and delicate wife had demanded of his embraces."

Sin embargo, aquí las cosas son más dramáticas, pese al tono ligero con que las trata el autor ("she was pretty, when viewed at a certain angle and in a certain light, but so cold and coy that he soon gave her"). Por un lado, Albinus está casado y tiene un hija, Irma. Por otro lado, Margot tiene un amante por el que bebe los vientos, Rex, pero cuya moralidad dista de ser recta. Será el trio conformado por estos dos junto a Albinus el que de cuerpo a la trama. Que, por cierto, ocurre principalmente en Berlin ("where people were, as they always had been, at the mother-in-law stage of humor") pese a que todo el rato parece una trama americana.

Lo más decepcionante es que Nabokov aún no ha alcanzado la madurez de estilo que brillará en su obra maestra, por lo que nadie encontrará disfrute en su mera lectura. Y la trama no da demasiado de sí, por lo menos no hasta el giro clave de la novela, en que Albinus (va spoiler) se queda ciego, lo que es pasada la mitad del libro. Hasta ese momento, poco interés la verdad.

Una vez ocurrido el accidente, ya sí que consigue Nabokov agitar emociones en el lector, ante el abuso y ridículo a que se está sometiendo a Albinus. No se olvide que Rex "loved to fool people; and the less trouble the process entailed, the more the joke pleased him. And at the same time this dangerous man was, with pencil in hand, a very fine artist indeed." O sea que encontrará en la situación una mina para su proclividad. Por ejemplo: "Now and then Rex, who loved taking risks, went up quite close to Albinus on the tips of his bare toes and touched him with the utmost delicacy. Albinus uttered an affectionate purring sound and tried to embrace the supposed Margot while Rex side- stepped noiselessly and went back to the window sill— his habitual perch."

Además, "His culture was patchy, but his mind shrewd and penetrating, and his itch to make fools of his fellow men amounted almost to genius.", con lo que nos deja con esta broma genial que le hace a una actriz cuyo nombre lo invita: "Tell me, have you read Tolstoy?” “Doll’s Toy?” queried Dorianna Karenina. “No, I’m afraid not. Why?”" Si no fuera por lo odioso que es, Rex sería el personaje que justificaría la lectura de este libro.

Tampoco es que uno empatice demasiado con Albinus, que ha dejado a su mujer y no ha mostrado demasiado dolor por (otro spoiler) la muerte de su hija. Pero la situación es de las que despiertan la rabia de cualquier espectador, que ahora sí está deseando que ocurra algo para que termine el abuso.

En fin, novelita bastante convencional de Nabokov, con algun punto interesante en la narrativa, pero muy lejos de alcanzar el talento literario que convirtió a Lolita en una obra maestra. Eso habrá que buscarlo en alguna otra de sus obras, ¿quizá "Ada, or Ardor"? ¿O "Pale Fire"? Lo veremos próximamente,



domingo, 26 de enero de 2025

Motel of the Mysteries, de David Macaulay

Este cuentecillo aparecía recomendado por Eric H. Cline en Three stones make a wall, que leí hace nada. Es una parodia de los trabajos arqueológicos, me atrevería a decir que en concreto del descubrimiento de la tumba de Tut-Ankh-Amon. Transcurre en el año 4000 y algo, cuando la civilización yankee lleva desaparecida unos 2000 tras un acontecimiento catastrófico (colapso de la civilización bajo millones de panfletos publicitarios tras hacerse gratis el correo postal).

Pensé que me reiría un buen rato con este libro, y era cierto que me reiría, pero mucho menos de un rato, porque es un libro cortísimo, que además da poco de sí una vez superado la idea inicial. Incluso siendo corto, se hace repetitivo que todo sea "sacred". La verdad es que tengo dudas de si este era un libro para adultos o no, pero bueno.

Lo que ocurre es que los protagonistas encuentran enterrado un motel de carretera. Toda la broma va de asumir que dicho motel era un complejo funerario de la época, y tratar las cosas mundanas que cabe esperar de un motel como si fueran artefactos sagrados o de los que no se conoce el uso. La historia está ilustrada con dibujos para que la broma sea más visual. La narración termina con un inventario de los objetos encontrados, e incluso una descripción de los souvenirs que puedes encontrar en la tienda del museo.

Poco más que decir. Divertido en las primeras páginas y luego aporta muy, muy poco más. Pero como se lee en media horita, pues no pasa nadie si alguien tiene curiosidad. Yo dejo aquí algunos extractos graciosos que revelan lo que da de sí esta lectura:

Refiriéndose a las carreteras: "Because the various patterns can only be fully appreciated from the air, the German scholar Heinrich Von Hooligan believes the stripes were planned either as landing strips for extraterrestrial craft or as coded messages from the inhabitants of the continent to their many powerful gods."

Descripción de la habitación del motel: "Everything in the Outer Chamber faced the Great Altar( No. 1), including the body of the deceased, which still lay on top of the Ceremonial Platform( No. 5). In its hand was the Sacred Communicator( No. 3) and around its wrist was a flexible golden band( No. 4) bearing an image similar to that of the upper"

(Va acompañado de un dibujo de la habitación donde se aprecia que 1 es la televisión, 5 es la cama, 3 el mando a distancia  y 4 el reloj)

Por cierto, de la tele se nos dice en el inventario: "This magnificent structure, toward which everything in the outer chamber was directed, represents the essence of religious communication as practiced by the ancient North Americans."

Por último, la descripción del desatascador del baño:"The instrument on the right is probably of the percussion family, but as yet the method of playing it remains a mystery. It is, however, beautifully crafted of wood and rubber." 

sábado, 25 de enero de 2025

Resturlaub, de Tommy Jaud

De Tommy Jaud ya había leído algún que otro libro, Voll Idiot si no recuerdo mal. Es un escritor contemporáneo, de comedia, ligero de leer y muy recomendable para quien esté aprendiendo alemán. Lo he recuperado para mantener vivo el teutónico idioma, no sea que se me anquilose. Buena elección.

Lo que no esperaba de este libro es que hubiera sido llevado al cine, cosa que ocurrió en 2011, y aún menos que la película la tradujeran a español, con el título "El resto de las vacaciones" (pésima traducción, por cierto, del título de la novela).

La historia que se nos cuenta es ciertamente simple. Pitschi, el protagonista y narrador, vive en la preciosa ciudad de Bamberg, cuya visita recomiendo más que la lectura de esta  novela. Allí lleva una vida relativamente monótona, con su trabajo, sus amigotes y su eterna novia, Biene. Cuando el último de sus amigos, Arno, se casa, Pitschi entre en crisis porque no quiere seguir la senda que todos parecen trazarla. Así que aprovechando unas vacaciones de descanso (las Resturlaub del título) que va a compartir con su grupo, se inventa una excusa de último momento para quedarse en Bamber, aunque en realidad se pira a Buenos Aires, donde le seguiremos en sus peripecias hasta el previsible desenlace que no develaré aqui.

El libro se lee bien, aunque no tiene nada destacable. Se apuntada a una academia de idiomas, trata de buscar trabajo y se relaciona con taxistas. Todo muy normal, casi sin interés, salvo por las reflexiones que acompañan los distintos hechos. El principal problema que tiene el libro es que los dos acontecimientos clave son completamente inverosímiles, con lo cual parecen "Deus-ex-Machina" para poder resolver la novela. Aunque son innecesarios, porque para ese momento el lector ya sabe lo que quiere hacer Pitschi.

Los momentos más divertidos tienen que ver con su relación con los argentinos y los lógicos problemas de idioma. Quizá lo más memorable sea cuando en su desesperación por encontrar amigas se hace con el móvil de su casero y busca frenéticamente mujeres en su lista de contactos. Como no sabe a cuál llamar, decide quedarse con el teléfono de una de ellas, con el sugerente nombre de "Abuela". El desenlace es previsible, pero tiene lugar en uno de esos cafés nobles que se ven constantemente en Buenos Aires, de cuya descripción también podremos disfrutar,

También me gustó la descripción que hace la primera vez que tiene que cruzar la Avenida 9 de Julio, que quizá sea la más ancha del mundo. Impresiona incluso a los que conocemos la Castellana, no va a hacerlo a un residente de una ciudad medieval alemana.

Me lo he pasado entretenido con este libro y he reverdecido el alemán. Nada que merezca especialmente la pena, no está traducido al español. Pero, por mi parte, dentro de unos meses seguramente me lea otra novela de Jaud con el mismo propósito: ahí me quedan Hummel Dumm y Millonär.

viernes, 17 de enero de 2025

La era de la Inteligencia Artificial y nuestro futuro humano ("The age of AI - And our Human Future"), de Henry A. Kissinger, Eric Schmidt y Daniel Huttenlocher

Encontré la referencia a este ensayo en alguna de las lecturas recientes, pero no recuerdo en cual. Sobre el tema de la IA se escriben cantidades industriales de manifiestos, ensayos y panfletos, cada uno tratando ser más alarmista o más fantástico que el anterior, pero yo creo que estoy bien servido con cosas serias, como por ejemplo este que leí hace un tiempo: Predictions Machines y que vuelvo a recomendar.

No estaba especialmente interesado en ampliar mis horizontes sobre el tema, pero al ver los autores decidí echarle una leida. Kissinger se presenta solo, y Eric Schmidt casi también, pues fue consejero delegado de Google, y tiene el excelente How Google works.

Pero me temo que el libro no me ha aportado nada, con la excepción de las reflexiones sobre las consecuencias militares. Es el chau chau habitual, construido sobre los ejemplos habituales (lo del AlphaZero para el ajedrez aparece en todos los libros del tema: ¿en serio no hay a estas alturas ningún otro ejemplo?), con tonos mesiánicos especialmente en los últimos capítulos. 

Por ejemplo: "AI is also in the process of transforming machines— which, until now, have been our tools— into our partners." (subrayado mío). Otro: "The continued integration of AI into our lives will bring about a world in which seemingly impossible human goals are achieved...", o sea, como cualquier tecnología: el coche o el avión nos permiten metas humanas que parecían imposibles en el siglo XIX.

Hombre, por lo menos no advierte de que la "singularidad" está próxima y tiende a mantener la preponderancia del ser humano sobre las aplicaciones de AI. Así, se nos explican con bastante claridad los límites de la IA: "AI is constrained by its code in three ways. First, the code sets the parameters of the AI’s possible actions. These parameters might be quite broad, permitting a substantial range of autonomy and therefore risk. (...) Second, AI is constrained by its objective function, which defines and assigns what it is to optimize. (...)AI can only process inputs that it is designed to recognize and analyze."

Además: "Machine- learning- powered AI requires substantial training data. Training data, in turn, requires substantial computing infrastructure, making retraining AI prohibitively expensive, even if it is otherwise desirable to do so."

En esencia, el principal problema de las AIs es que hacen predicciones/llegan a conclusiones que pueden ser incomprensibles para los seres humanos, incluso a la vista de los mismos datos, y pese a todo ser correctas. AlphaZero aprendió a jugar al ajedrez contra sí mismo, y encontró enfoques que no se le habían ocurrido antes a nadie. Los motores de AI no buscan causalidades sino solo correlaciones, pero lo hacen con una capacidad inimaginable e inalcanzable. Los seres humanos, en cambio, buscamos la causalidad para entender las cosas. Es lógico que nos den miedo cacharros que hacen cosas correctamente aparentemente por casualidad, y que además lo hacen a toda velocidad. 

Pero no por ello son divinos. Me dan repulsa afirmaciones como "it is evident that we are in the presence of another experience of reality by another sophisticated entity." o "We may find ourselves one step closer to the concept of pure knowledge, less limited by the structure of our minds and the patterns of conventional human thought." A ver, los datos con que se alimentan las IAs son necesariamente datos que podemos percibir los seres humanos directa o indirectamente, con nuestras estructuras mentales. Mientras las IAs no sean capaces de capturar datos no accesibles al ser humano, no veo yo cómo van a poder superior nuestras estructuras mentales. ¿Y cómo se le va a ocurrir a una IA que necesita un dato no percibido por un ser humano, si solo aprende gracias a la información que nosotros le podemos dar? La IA no es genuinamente creativa, solo construye a partir de lo que se le ha dado. La IA Generativa genera nuevo material a partir del existente. 

En cuanto al problema de que tomen decisiones sobre nuestras vidas sin que las podamos entender, la cuestión es si esas decisiones de la IA mejorarán nuestra vida o no. Si las decisiones las toman empresas en un mercado libre, las que lo hagan mal serán expulsadas del mercado, y las que lo hagan bien no. Si parte de hacerlo bien consiste en entender cómo se toman las decisiones, las empresas no automatizarán las decisiones propuestas por la IA. 

El problema, como siempre, es si las decisiones asistidas por la IA las toma el Estado, que no tiene los mismos incentivos ni la disciplina para hacer bien su trabajo, Aquí sí que nos podríamos encontrar con situaciones kafkianas como denuncian los autores, pero solo aquí. Es evidente que el Estado debería siempre poder dar una justificación humana a su decisión, y se le debe requerir qne entienda las propuestas de las IAs antes de usarlas. Si no, estaremos aún más fastidiados.

El papel del Estado nos lleva al último punto que quiero tratar, que es el bélico, Ya sabemos que la guerra y el armamento son la principal prerrogativa de los Estados, por lo que no es de extrañar que el uso de la IA para estos fines nos deba dar miedo y respeto. Ya la jodieron con la energía nuclear, algo que deberíamos ver como una bendición, esta sí, cuasi divina, y sin embargo mucha gente ve con temor gracias a su uso bélico.

Las reflexiones de este capítulo son las que más información me han aportado. Aunque no me parecen revolucionarias, no habia leído lo suficiente sobre la aplicación bélica de la IA y quizá por eso me han resultado novedosas e interesantes.

Un primer punto a tener en cuenta, en general sobre las "cybercapabilities" es que su "utility derives largely from their opacity and deniability and, in some cases, their operation, at the ambiguous border of disinformation, intelligence collection, sabotage, and traditional conflict— creating strategies without acknowledged doctrines." Esto significa que a los rivales les resulta difícil estimar el potencial de cada uno, lo que hace que sea más difícil llegar a acuerdos. Con las armas convencionales, cada país tiene más fácil estimar sus posibilidades de victoria ante un conflicto, lo que no parece ocurrir con la "cyberwar".

Los autores lo comparan con la doctrina que afloró para las armas nucleares: la perspectiva de "mutual assured destruction" hizo que tan destructivas armas no se llegaran a usar e incluso se desmantelen. Si bien la IA parece tener una capacidad destructiva similar (según los autores), su opacidad dificulta enormemente una doctrina similar.

Otro problema es la confluencia entre los dominios civil y militar, algo que no ocurre en ninguna otra tecnología: "Three qualities have traditionally facilitated the separation of military and civilian domains: technological differentiation, concentrated control, and magnitude of effect. Technologies with either exclusively military or exclusively civilian applications are described as differentiated. Concentrated control refers to technologies that a government can easily manage as opposed to technologies that spread easily and thereby escape government control. Finally, the magnitude of effect refers to a technology’s destructive potential." Pues bien, hasta la IA ninguna tecnología había presentado las tres características: "dual- use, easily spread, and potentially substantially destructive."

Por último, recoge esta distinción en el ámbito militar que me parece muy interesante y paradgimática del principal problema de la IA a mí entender: "the United States has distinguished between AI‑enabled weapons, which make human- conducted war more precise, more lethal, and more efficient, and AI weapons, which make lethal decisions autonomously from human operators. The United States has declared its aim to restrict use to the first category. It aspires to a world in which no one, not even the United States itself, possesses the second." (negrita propia)

Este ensayo es interesante y está bien escrito. No aportará demasiado a quien tenga ya algunas lecturas sobre el tema. A mí me ha resultado muy esclarecedor el capitulo 5, pero no creo que nadie encuentre nada revolucionario si ya ha leído sobre ciberseguridad. Por contra, se me han hecho insoportables el capítulo 6 y el 7, donde se pajarea y se filosofea sobre la interacción de la IA y el ser humano. Supongo que habría muchos libros iguales cuando se empezó a desplegar el ferrocarril, y no creo que haya llegado ninguno hasta nuestros días. Pues eso mismo.