domingo, 13 de julio de 2008

Competencia en el mercado de helados

Llego de dar un paseo con los niños saborando un helado de Brownies de la marca Camy-Nestlé. Y tras pediros disculpas por este burdo "Product placement" que encima es gratis para la marca, le tendré que agradecer a la misma la existencia de este producto.

Una razón es directa, pues gracias a su capacidad de innovación ahora podemos disfrutar de este delicioso helado, junto a otros de línea similar, de los que confieso que mi favorito es el de Cheesecake.

La otra es más sútil, y nos exige remontarnos unos pocos años al pasado, a la era Magnum, de Frigo (otro placement gratuito). Porque hace tan solo 3 ó 4 años era este el helado que dominaba el mercado, con cuotas de mercado superiores al 50%, si no recuerdo mal. Esta situación, de dominio dirían unos, de clara preferencia de los consumidores, diríamos otros, permitía a Frigo subir el precio de su producto estrella año tras año, sin ningún pudor. A cambio, eso sí, introducía de vez en cuando alguna variedad. Llego a comercializar unos relacionados con los siete pecados capitales que, para más inri, no estaban disponibles más que en determinados periodos de tiempo.

¿Qué era de Camy? Pues desaparecida en combate. No es que yo buscara la marca, pero el dominio de Frigo en canales comerciales era abrumador. En este crítico momento, pudieron pasar varias cosas (que ya sé que son absurdas, pero que en otros sectores han pasado).

Algún burocrata, posiblemente amante del Magnum, hubiera podido decidir que este era un servicio esencial para los ciudadanos y, por tanto, debería ser público. El monopolio de Frigo en Magnum sólo podría ser contrarrestado por una regulación de precios del producto. Y desde ese día, se hubieran acabado las subiditas de 10-15 céntimos anuales, y ahora podríamos disfrutar todos de un cutre-Magnum a 90 céntimos. Bueno, si es que encontrábamos una tienda, y ésta tenía stock.

Otra posibilidad hubiera sido que Camy denunciara a Frigo por abuso de posición dominante. Imposibilitada de llegar al público por no encontrar canal de comercialización para su producto (peor), hubiera podido denunciar algún tipo de abuso con relación a este tema, o algún empaquetamiento. Lo que se le hubiera ocurrido a algún abogado. Andando el tiempo, se hubiera sancionado a Frigo, y, por ejemplo, obligar a todos los distribuidores a llegar a acuerdos con Camy, o a Frigo a abrir la fabricación del Magnum a terceros.

Sí, ya sé que es absurdo. Pero ambas cosas han ocurrido y la segunda sigue ocurriendo con frecuencia (no tanto la primera).

En ambos casos, yo no hubiera podido disfrutar hoy de mi helado de Brownie. Afortunadamente, Camy-Nestlé optó por tratar de mejorar su servicio a los clientes, para así frenar a Frigo. E innovó en producto. Y gracias a eso, hoy no solo me puedo comprar un Magnum o un Cheesecake, sino que además lo puedo hacer por la módica cantidad de 1'5 Euros. Encima, hay montones de puestos para ambos tipos de helados (multimarca).

Qué alivio que el Magnum (al contrario que el agua, la electridad, la educación, la justicia...) no sea un servicio público.

12 comentarios:

Ijon Tichy dijo...

Un ejemplo cojonudo y fácilmente entendible por cualquiera.

Ojala este tipo de artículos tuviera mayor difusión.

Anónimo dijo...

El argumento central de tu exposición constata el relativismo bestial sobre el que se sustenta la farsa neoliberal. Pretendes establecer la falacia de que la consideración de un helado como bien público es una posibilidad tan poco justificable como sería hacer lo propio con el agua, la educación o la justicia. No pienso que nadie en su sano juicio pueda creer semejante majadería. Los seres humanos llevamos siglos inmersos en una lucha por la dignidad que nos ha llevado a tomarnos muy en serio unos asuntos en detrimento de otros. La historia de las ideas está plagada de una multiplicidad inmensa de teorías que han tratado de justificar unos u otros sistemas judíricos, morales, educativos, económicos, etc. Hemos creado y destruído civilizaciones enteras en defensa de unos valores o motivados por la conquista de un recurso natural. Establecer parangón alguno entre, v.g., la necesidad que genera el consumo de helados y el de agua sólo puede ocurrírsele a un sofista muy torpe o muy indecente.

Anónimo dijo...

Mikimoss
Aparte de que no creo que haga falta insultar para realizar argumentaciones, estoy de acuerdo contigo en que sería un Gobierno muy burdo el que buscara justificar su existencia en garantizar los helados a la gente.
Para justificar su existencia, hay que ir a temas realmente importantes para la gente.
Desgraciadamente para tu argumentación, el análisis económico es idéntico en ambos casos.
¿O por qué crees tú que hay escasez de agua y no de helados? ¿O justicia y educación de calidad ínfima, y en cambio estupendos servicios hoteleros o de restauración?

Citoyen dijo...

"Qué alivio que el Magnum (al contrario que el agua, la electridad, la educación, la justicia...) no sea un servicio público."

Yo habría dicho

"Qué alivio que el mercado de helados con palo, a diferencia de la electricidad, la justicia, la educación, es un mercado con una estructura de costes y unas características que permite que no haya barreras de entrada, que la información sea relativamente simétrica y los costes de transacción sean relativamente bajos".

Uno solo debe comparar cosas comparables. Existe algo llamado "teoría de la hacienda pública" http://www2.gsb.columbia.edu/faculty/jstiglitz/download/papers/1991_Economic_Role_ofthe_State.pdf

Ferhergón dijo...

Vaya, Citoyen, así que ahora el criterio para que algo sea servicio público es su estructura de costes, y el grado de simetría de la información????
La teoría a la que te refieres es la que permite justificar la arbitrariedad que precise el Gobierno en cada momento. Que ahora viene bien que sea monopolio, pues monopolio; que no, pues se liberaliza... eso es lo bueno de la teoría económica absurda.
Lo digo porque los supuestos que has enumerado son los que la teoría neoclásica exige para que exista un mercado en competencia perfecta, como si esto fuera deseable o siquiera realista.
Una recomendación que creo que te gustará, y además es corto: "The meaning of competition", de Hayek.
Luego hablamos.
Encantado de saludarte.

Anónimo dijo...

Hola Ferhergón;

Los criterios para que algo sea un servicio público es que el mercado sea suficientemente ineficiente (me remito al paper que he enlazado antes) como para que sea más eficiente regularlo. Cuando un mercado está muy regulado (o no es un mercado o lo produce el EStado) lo llamamos "servicio público" (como las industrias de red http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/?p=45), cuando está más desrregulado, lo llamamos mercado libre. El criterio no es desde luego lo necesario que sea el bien, sino las condiciones tecnológicas (el pan es muy necesario pero el mercado "libre" es bastante eficiente distribuyendo pan)

En cualquier caso; los mercados "libres" no existen: todos los mercados del mundo están "intervenidos" (dependen de la existencia de un marco legal, unas reglas de higiene, distribución, etc... unas instituciones en fin)

Las características que yo he enumerado son las que favorecen que un mercado sea eficiente (estática y dinámicamente).

El mercado de la producción de helados es un mercado oligopolístico (hay pocos distribuidores), no de competencia perfecta y es comparativamente bastante eficiente. El mercado de la distribución, en cambio, probablemente no lo sea (hay competencia intramarca) aunque no estoy muy informado de como funciona la distribución de helados.

En cualquier caso discrepo en tu optimismo; si mal no recuerdo ha habido un par de intervenciones de la comisión europea en el mercado de helados sobre fijación de precios conjunta. (aquí por ejeplo http://www.allbusiness.com/manufacturing/food-manufacturing-dairy-product-ice-cream/673789-1.html y aquí http://www.allbusiness.com/manufacturing/food-manufacturing-dairy-product-ice-cream/498348-1.html) Una de las razones para que los fabricantes de helados no hagan prácticas anticompetitivas es, precisamente, que saben que si se pasan, se les caerá el pelo. Pero la cadena causal incluye la existencia de una autoridad de regulación (por eso las multas son tan altas).

Encantado de leer el artículo de hayek; me pasas el link?

Anónimo dijo...

Rectifico antes he dicho

"Cuando un mercado está muy regulado (o no es un mercado o lo produce el EStado)"

y quería decir

"Cuando un mercado está muy regulado (o no es un mercado y entonces lo produce el EStado)"

parece una estupidez, pero cambia todo el sentido xD

Anónimo dijo...

El problema, Citoyen, es cómo se decide si el mercado es eficiente o no, porque resulta que ese es un criterio arbitrario.
Ya te anticipo que los criterios por ti enumerados maximizan la eficiencia estática (en el sentido neoclásico del término, que como verás es absurdo) pero se cargan completamente la dinámica.
Respecto a las intervenciones de la CE, no son ejemplo de nada, más que de, sí, arbitrariedad.
Pero hemos de ir poco a poco. Empieza por Hayek, y luego pasa a Armentano.
El artículo de Hayek está en "Individualism and Economic Order", pero que yo sepa no está por Internet (yo leí el libro).
Busca a ver si en www.mises.org. Tb aquí a Armentano.

Te veo muy puesto en derecho de competencia, por cierto.

Anónimo dijo...

Vamos a ver;

La eficiencia, a la pareto, asegura que los empresarios sirvan a los consumidores (que nadie esté dispuesto a pagar lo que cuesta producir una unidad adicional. Desde luego no es realista que los mercados sean eficientes a la pareto, pero es un buen benchmark para pensar en ello.

Conozco superficialmente (ocupó unos diez minutos en una clase de 40 horas) la concepción austriaca del proceso de competencia. Pero lo cierto es que es algo igualmente arbitrario. El poder de mercado es real y permite infringir costes a los competidores sin que eso signifique nada en absoluto.

La relación entre la presión competitiva (versión neoclásica) y eficiencia dinámica es controvertida y lo cierto es que depende de la industria. Pero por ejemplo, hay economistas como Phillippe Aghion (este paper es fantástico http://www.stiy.com/MeasuringInnovation/CompetitionAndinnovationAnInvertedURelationship.pdf) que han hecho investigaciones empíricas y teóricas que da que pensar en que la relación es ambigua y depende el grado de concentración de la industria (competencia neck and neck o leader follower) .

No estoy pretendiendo que el criterio de eficiencia sea una criterio perfecto; de hecho la economía normativa es un área horriblemente problemática. Pero los que lo criticáis debéis explicar una alternativa para explicar cuando debemos considerar que una situación es óptima o subóptima. En tu análisis hay un criterio implícito-disfrutar de helados- así que espero que lo hagas explícito. ¿Como y por qué?

Anécdota personal:Ayer comí con Rallo y me explicaba que pensaba que había que extirpar la teoría del valor de la teoría económica. Vale; pero si esto es así uno no puede criticar nada en absoluto porque no tiene un criterio para explicar qué hace qué.

Por cierto he buscado el artículo pero no lo he encontrado.

Que la comisión haya metido las narices sí significa algo; los agentes saben que si se pasan los empapelan y lo cierto es que la comisión es probablemente la organización más productiva del continente (incluyendo privadas y públicas) pero admito qeu esto es bastante subjetivo-intuitivo-arbirario.

Anónimo dijo...

Citoyen, como nos estamos yendo de baras, te voy a recomendar un articulillo, y las referencias en él. Luego si quieres comentamos la jugada. http://mises.org/story/2896

Por cierto, para haber dedicado 10 minutos a la teoría del proceso competitivo, te muestras bastante contundente en tu juicio.

Otra cosa: estás de coña cuando dices que la CE es la organización más productiva del continente, verdad?

Por último, ejercicio de ignorancia: a qué parte de la economía se llama la teoría del valor?

Fernando A. Ramírez Martínez dijo...

El ejemplo está muy bien, y mientras se aplique a elemenos similares a los helados es correcto; pero como ha dicho Citoyen tiene sus limitaciones. Como yo de izquierdas no soy, tiraré por otra dirección:
Más que la información a la que pueda acceder la gente, los costesde y barreras; la limitación se debe a que son elementos fácilmente discretizables y que no requieren de una extensa red de distribución o utilizan una ya existente. En el caso de los helados, el transporte en camiones se basa en la red de carreteras estatal, luego sí es impensable que el Estado se meta a vender manteca cangelada. Pero la electricidad o el agua, por ejemplo, además de ser elementos no discretizables en su origen (grandes masas de agua, ríos, acuíferos), requieren de redes específicamente dedicadas a su transporte (Líneas eléctricas y canalizaciones). Por esto la distribución de agua y electricidad es más susceptible de ser intervenida por el estado, tampoco hace falta buscar explicaciones "socialistas".

Como ya he dicho, no soy de izquierdas, ser liberal no significa ignorar estas cuestiones y muchas otras y confiar que cualquier cosa la soluciona el libre mercado, sin tener en cuenta las limitaciones técnicas y tecnológicas a las que nos enfrentamos.

paola dijo...

me encanta el helado.. toda mi vida compre en el supermercado los de frigor pero como apareció un grido en la plata cerca de casa voy a ese todas las tardes que paso por ahí. Nada como el dulce de leche granizado