domingo, 20 de julio de 2008

A spot of bother, de Mark Haddon

Hacía ya tiempo que no comentaba una lectura. La verdad es que el penúltimo de los libros que leí, Les contes drolâtiques, de Balzac, sin estar mal, me resultó lo suficientemente complejo para abandonarlo a mitad, ya que no lo estaba disfrutando.

Otras obras de Balzac me han gustado, sobre todo Des Illusions Perdues. Pero es que este no era nada Balzaquiano. Estaba escrito en una especie de francés antiguo, estilo Rabelais, y ya de por sí resultaba de difícil lecturar. Pero es que además eran continuos los juegos de palabras y sobreentendidos, que imagino procaces, pero de los que apenas me enteraba. El libro prometía, y posiblemente era, ser divertido. Cuando me dí cuenta de que no me estaba riendo, lo abandoné para mejor ocasión.

Y en cuanto al que acabo de terminar, pues ni fu ni fa. Mark Haddon es el autor de uno de los libros más originales que he leído en los últimos años ("El extraño incidento del perro en la medianoche" o algo así). Por eso, cuando ví este, cuya estética de la portada es similar a la de áquel, no dudé en hacerme con él.

Trata de las cosas que le ocurren a una familia (padre, madre, hija-madre separada de un niño, hijo-homosexual) en el periodo previo a la segunda boda de la hija. Poco que reseñar: la mayor parte de la narración orbita en torno al posible shock de los padres por el comportamiento de sus respectivos hijos, pero nada más.

El padre, por su parte, parece estar volviéndose loco, pero tampoco es seguro. Y la madre le pone los cuernos a éste con un antiguo compañero de trabajo. Así van pasando cosillas, y las páginas del libro. Eso sí, está bien escrito, y se lee con fluidez. Nada interesante, pero lo suficiente como para seguir hasta el final a ver si pasa algo.

Lo más original del libro es la forma de narrarlo. Son capítulos muy cortos en que se sucesivamente te van contado lo que les sucede a cada uno de los cuatro individuos anteriores y sus reflexiones. Se cuenta en tercera persona, no obstante, no son cuatro perspectivas subjetivas.

Es curioso, pues, cuando dos o más de los personajes coinciden en un evento, pues se narra como por trozos desde el punto de vista de cada uno: no un mismo suceso, desde distintos puntos de vista, sino sucesivamente.

Y poco más que decir. No es el libro de estas vacaciones, espero.

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