Ya empezamos con los remedios. Por fin reacciona el Gobierno para paliar los crecientes problemas de las masas de parados que florecen por nuestro país a causa de la crisis económica. ¿Cómo no se nos habría ocurrido antes? Tanta teoría económica, austriaca o no, y no veíamos la solución.
Resulta que se acumulan las colas de parados en las oficinas del INEM. Ante esta circunstancia, la carga de trabajo de este organismo ha aumentado en un... 35%. Se necesitan medidas urgentes que palíen esta situación. Todos los probos burócratas que en una situación de bonanza económica como la anterior podían desempeñar su trabajo sin acucios de presión, se ven ahora desbordados. Y así, coincidirán conmigo, no hay quien trabaje. Ay, esos cafetitos de la mañana, dónde estarán. Menos mal que el horario se respeta, dónde ibamos a ir a parar. A las 14:00 de vuelta a casa a reposar del exceso de servicio, para al día siguiente poder atender con renovado vigor al cliente.
Así que esta es la situación: por un lado, un enorme fila de gente en paro que demanda atención; por otro, unos escasos funcionarios desbordados por tamaño trabajo. Verde y en botella. Se contrata a unos cuantos de los primeros para que ayuden a los segundos. 3000, más o menos. Aunque, si se aplicara la teoría económica neoclásica, lo suyo sería buscar el equilibrio. Porque esto es la panacea: cuanto más gente de la fila contratemos, menos tendrán que esperar los de la fila y, además, menos habrá. Si se contratan los suficientes, el tiempo de espera se podría reducir a cero... qué digo, la misma cola podría desaparecer.
Vaya, pero hay un pequeño inconveniente. ¿Cómo se paga a estos nuevos 3000 trabajadores, con sus privilegios de funcionario? Ah, con dinero público, con nuestros impuestos. O sea, incrementando el gasto público. Qué pena de inconveniente para esta panacea.
Ah, y cabe pensar, siendo algo optimistas, que eventualmente la crisis pasará y con ella las colas de parados. ¿Qué harán entonces los 3000 nuevos funcionarios alimentados por nuestros impuestos? ¿A quién atenderán antes y después del cafetito?
¿No será mejor no gastar el dinero del contribuyente en estas tareas, y dejar, por la vía de menos impuestos, que la iniciativa privada se encargue de reducir las colas de parados, en lugar de gastarse más en atenderlos "mejor"? ¿Qué quiere un parado, un puesto de trabajo o una mejor atención coyuntural?
PS: Evidentemente, no todos los funcionarios del INEM tienen la desfachatez de irse a tomar un cafetito pasando por delante de sus "clientes", pero alguno he visto. Increible, pero cierto.
2 comentarios:
Por cierto, ¿a nadie se la ha ocurrido que si hacen falta 3.000 funcionarios más en el INEM (y 20.000 más en Justicia, y 30.000 soldados más, etc.) lo que habría que hacer es fusionar varios cuerpor funcionariales y trasladar administrativos desde alguno de los 8 ó 10 ministerios inútiles a los puestos donde sí hacen falta?
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